18 de febrero de 2021

Cuando un cómico ya no es gracioso


Mickey One (Acosado, 1965), Arthur Penn

Los primeros minutos de Mickey One cuentan muy sucintamente cómo puede un  cómico perder la gracia. Basta con que se corra una juerga con una desconocida y deba unos cuantos miles de dólares a la mafia. Las amenazas le impiden hacer nada a derechas. Los clientes de los locales de Detroit lo abuchean. El cómico (Warren Beatty) decide entonces cancelar su identidad, borrarse… Quema sus papeles, aborda un tren como si fuera un hobo más y se planta en Chicago.


Allí, una vez tocado fondo y con el nombre de Mickey One empieza a frecuentar los clubs de striptease. Un agente de medio pelo (Teddy Hart) se ofrece a representarlo y una mujer (Alexandra Stewart) se enamora de él e intenta ayudarlo. Entre ambos le consiguen una prueba en el Xanadu, un local del centro de la ciudad. Pero Mickey vive aterrorizado con la posibilidad de que todo sea una trampa.


Penn plantea una película esencialmente kafkiana. Mickey carece de identidad, no sabe de qué se le acusa ni a quién debería entregarse para saldar su deuda. Todo su trayecto es un zigzag en el que se alternan la huida y la búsqueda de expiación.


Penn dibuja así una alegoría del hombre contemporáneo, estrangulado por su propio miedo. ¿O la película es, como postulan algunos, una parábola sobre la caza de brujas? ¿O una requisitoria contra el control ejercido por el gobierno estadounidense sobre los ciudadanos?


Un personaje mudo, el artista (Kamatari Fujiwara), construye una complicada maquinaria a base de chatarra que ejecuta una extraña sinfonía y termina en llamas. Ya que andamos metidos en metáforas, bien valdría ésta por la propia película: un mecanismo aparatoso que produce un discurso disonante y finaliza abocando al cómico, oficiante del humor verbal, a la mudez.


¿Que por qué la proyectamos en la carpa entonces? Pues por acercarnos al mundo de la stand up comedy y a adentrarnos en esos clubs donde el batería es el rey de los músicos y entre número y número del protagonista podemos admirar a una stripteuse a o una pareja de baile acrobático. En esta ocasión no hemos sacado mucho más en claro.


Mickey One (Acosado, 1965)
Producción: Columbia Pictures (EEUU)
Director: Arthur Penn.
Guión: Alan Surgal.
Intérpretes: Warren Beatty (Mickey One), Alexandra Stewart (Jenny Drayton), Hurd Hatfield (Ed Castle), Franchot Tone (Ruby Lapp), Teddy Hart (George Berson), Jeff Corey (Larry Fryer), Kamatari Fujiwara (el artista mudo), Norman Gottschalk (el evangelista tartamudo), Benny Dunn (el comediante), Charlene Lee (la cantante), Ralph Foody (el capitán de policía), Donna Michelle, Dick Lucas, Jack Goodman, Jeri Jensen.
89 min. Blanco y negro.

8 de febrero de 2021

In articulo mortis


Zorrita Martínez (1975), Vicente Escrivá

Antes de dar en empresario del espectáculo, José Luis Moreno era sencillamente ventrílocuo. Como ya hemos visto por aquí, se dedicaba a ello por tradición familiar [http://www.circomelies.com/2011/07/talio-rodriguez-maestro-de-titiriteros.html], pero junto a la conquense Mari Carmen Martínez-Villaseñor, alcanza una gran popularidad gracias a la televisión en la década de los setenta del pasado siglo. Al plantearse que el protagonista masculino de Zorrita Martínez ejerza este oficio, Vicente Escrivá recurre a Moreno para la fabricación de los muñecos y el doblaje de los mismos, de modo que, aunque no debutase como actor cinematográfico hasta la primera entrega de Torrente (1998), José Luis Moreno ya está presente en voz y alma en esta curiosa comedia sexy a la española.


Curiosa, porque se escapa del molde genérico de la comedia para recorrer el camino de la tragicomedia moralizante o la tragedia grotesca con final aleccionador, que Vicente Escrivá cultivó al final del franquismo. Y curiosa la trayectoria la del guionista y director valenciano, que desde aquellos libretos para las películas de estampita de Rafael Gil de principios de los cincuenta hasta los descarados sainetes eróticos de la Transición —con el díptico El virgo de Visanteta (1979) y Visanteta estate queta (1979)— transitó por todos los senderos del costumbrismo popular. Zorrita Martínez, como Lo verde empieza en los Pirineos (1975), otra película del mismo año también protagonizada por López Vázquez y Nadiuska, pretenden poner en solfa la represión sexual del macho celtibérico al encontrarse ante la exuberancia de la extranjera… aunque en el segundo título en cuestión, a pesar de ser camarera en Biarritz, Nadiuska sea tan española y tan casta como la que más.


En Zorrita Martínez es una venezolana llamada Lydia Martínez que simultanea su trabajo como bailarina con el “alterne” con los clientes y la prostitución más o menos encubierta. Para poder legalizar su permanencia en España, Manolo (Manolo Zarzo), su agente artístico, le propone un matrimonio de conveniencia “in articulo mortis” con un ventrílocuo con un pie en el otro barrio, “Finito” (José Luis López Vázquez).


Si otras veces hemos trazado el perfil del payaso triste, en esta ocasión deberíamos hablar del “ventrílocuo triste”, porque “Finito” no casca y decide seguir adelante con el matrimonio fingido, a pesar de la relación que ella mantiene con un tal Antonio (Alberto de Mendoza) y de los sucios manejos de representante.


El único modo de que la venezolana abandone esta vida degradante es montar un espectáculo en el que sus habilidades para el estriptis se combinan con las dotes humorísticas del ventrílocuo, como pueden ver aquí:


A lo largo de la película, Finito saca de un gran dado blanco a Cholo, un loro con chistera —trasunto del cuervo Rockefeller—, y a Zorrita, una chica de alterne con la que, como es habitual en estos casos, expresa sus auténticos sentimientos, al tiempo que utiliza la autohumillación como fuente de humor. El repertorio se completa con chascarrillos de doble sentido, alusiones al fornicio y puyas a la Censura que, paradójicamente, hizo posible este tipo de cine.


Zorrita Martínez (1975)
Producción: Aspa P.C. / Impala (ES)
Guión y Dirección: Vicente Escrivá.
Intérpretes: Nadiuska (Lydia Martínez), José Luis López Vázquez (Serafín “Finito” Tejón), Alberto de Mendoza (Antonio), Manolo Zarzo (Manolo Corrales, el representante), Rafael Alonso (don Arturo), Fernando Santos (el comisario), Luis Barbero (el cura), Emilio Fornet (un enfermo), Elmer Moulding (el norteamericano), Guadalupe Muñoz Sampedro (la monja del asilo), Jesús Guzmán (el productor catalán), Alfonso del Real (Ortigosa), Paco Cecilio (el trasnformista), Bárbara Rey, Judy Stephen, Carmen Platero, Yolanda Farr, José Luis Zaide, Emilio S. Espinosa, Mariano Venancio, Marisa Bell, Raquel Rodrigo, Víctor Israel, Fabián Conde, Juana Jiménez, Lola Lemos, Scott Miller y los muñecos y la voz de José Luis Moreno con el loro Cholo y la chica de alterne Zorrita.
90 min.Color

Queen of the Tap Dance


Honolulu (1939), Edward Buzzell

Para que veáis que tengo razón en lo que he afirmado de Eleanor Powell he encontrado esta pequeña joya para vuestro disfrute. El claqué es una disciplina artística que se ha presentado muchas veces en las pistas de circo. No hace mucho tuvimos la oportunidad de ver a Pat Bradford en el Teatro Circo Price dentro del programa del Circ Raluy, que además de claqué con los pies, lo hace con las manos, en equilibrio sobre ellas. En esta película Eleanor está mayúscula, demostrando un control de la acrobacia y del ritmo insuperable. Muchas de sus coreografías implican un riesgo que pocos artistas de la época se atrevían a intentar.

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Esta secuencia es, en mi humilde opinión, puro arte. Eleanor, la Reina del Tap Dance, está magnífica, sugerente, divina —no encuentro adjetivos suficientes para definir lo que me evoca— realizando una rutina auténticamente de vaudeville. Es una escena que se filmó para Honolulu (1939) y que finalmente se añadió siete años más tarde a la película The Great Morgan (1946)
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Y aquí la podemos admirar junto con la también incomparable Gracie Allen en un número brillante, en el que las dos derrochan simpatía y mucho arte. Atención al excelente final acrobático con comba que se marca Eleanor. Sin palabras. 


Honolulu (1939)
Director:  Edward Buzzell
Productor: Jack Cummings
Fotografía: Ray June
Edición: Conrad A. Nervig
Dirección artística: Cedric Gibbons
Guion:  Herbert Fields  y Frank Partos 
Intérpretes: Eleanor Powell (Dorothy March), Robert Young (Brooks Mason / George Smith), George Burns (Joe Duffy), Gracie Allen (Millie De Grasse), Rita Johnson (Cecelia Grayson), Clarence Kolb (Mr. Horace Grayson), Jo Ann Sayers (Enfermera), Ann Morriss (Gale Brewster), Willie Fung (Wong), Cliff Clark (First Detective), Edward Gargan (Second Detective), Eddie 'Rochester' Anderson (Washington (as Eddie Anderson)), Sig Ruman (Psychiatrist), Ruth Hussey (Eve), Kealohu Holt (Native Dancing Girl).
83 min. Blanco y negro.