9 de febrero de 2018

Tottons, el clown


Il più comico spettacolo del mondo (1953), Mario MattoliTotò en 3-D

En la década de los cincuenta, el príncipe Antonio de Curtis, en arte Totò, es la gallina de los huevos de oro del cine italiano. Su presencia en las pantallas se multiplica. No es raro que estrene ocho títulos en un año. Los productores –habitualmente Carlo Ponti y Dino de Laurentiis- siempre necesitan una película de bajo coste más con rendimientos de taquilla garantizados y Totò nunca se niega, con tal de que le paguen su caché y no le hagan trabajar antes de mediodía.

En 1952 hace de conejillo de Indias en la primera película italiana en color –Totó a colori-. No es extraño que Ponti y De Laurentiis consideren, en el plazo del siguiente año, que también él es el vehículo idóneo para lanzar el 3-D en Italia. El sistema autóctono, logrado gracias a la filmación con tres cámaras, recibe el nombre de PodelVision, por las iniciales de los apellidos de ambos productores. Il più comico spettacolo del mondo se estrena en diez salas acondicionadas para proyectar con dicho sistema en tanto que los espectadores deben colocarse unas gafas para percibir el efecto, pero la demanda es tal y el sistema de reproducción tan lento que pronto las modestas copias planas sustituyen a las tridimensionales.

En el Circo Nazionale Togni
Como indica su título Il più comico spettacolo del mondo es una parodia de The Greatest Show on Earth (El mayor espectáculo del mundo, 1952), de Cecil B. De Mille, como se puede adivinar por su título. El payaso Tottons (Totò) guarda bajo el maquillaje de augusto un terrible secreto, como le ocurría en la película de referencia a James Stewart; el trapecista Bastian (Alberto Sorrentino) –homólogo del Great Sebastian que encarnaba Cornell Wilde- no llega a subir al trapecio porque se tuerce una muñeca; y Mark (Marc Lawrence), el propietario del circo, no se quita el sombrero y la chupa de cuero que llevaba Charlton Heston ni para dormir.

Como siempre en el terreno de la parodia no hace falta más para hilvanar un argumento: el público conoce ya el referente y sólo tiene que comparar las situaciones: esto es cuando se caía del trapecio; eso, cuando entraba en la jaula de los leones; aquello, cuando le seguía la policía… Y así.

Los animales y artistas que aparecen en Il più comico spettacolo del mondo proceden del Circo Nazionale Togni, del que encontrarán abundante información en este artículo de nuestro amigo y visitante habitual Raffaele De Rittis.
Las actuaciones enlazan sin solución de continuidad números de circo con rutinas revisteriles. Entre los primeros: las evoluciones de los acróbatas sobre cuatro camellos; cinco trapecistas en la barra, una de las cuales dobla a la actriz Tania Weber; el número de doma de elefantes en el que sí que participa la actriz sueca May Britt; y las piruetas en el trapecio de Cesare Togni. En el segundo apartado, la fantasista o soubrette Dorothy (Franca Faldini, más tarde compañera de Totò hasta su muerte) “Oggi, a me, domani toca a te”.

Los números de fuerza son las intervenciones de Totò, claro, al servicio de cuya comicidad se realiza la película. El más sonado es un largo sketch, procedente con toda evidencia de una de las revistas en las que actuaba Totò. Tiene una duración próxima a los quince minutos y se presenta absolutamente exento, salvo porque se supone que la acción se desarrolla en la pista del circo y por la intervención final de los payasos en una parodia de los Keystone Kops. El sketch es un dueto con Mario Castellani, que abandonada su pose de domador borrachuzo para incorporar a un peluquero tópicamente afeminado. Totò se convierte en un aprendiz que todo lo resuelve por vía expeditiva. De este “tour de force” destaca el momento en que, travestido, debe darle un masaje a la escultural Isa Barzizza. Todo se resuelve sobre un plano de su rostro elástico, en un conjunto de muecas admirable.

Más evidente es la comicidad de la ineludible secuencia en la jaula de los leones y del largo segmento en el gabinete de las figuras de cera. La escena que ha quedado para la posteridad, no obstante, es la sentimental “oración del clown” que precede al “grand finale” en la pista y que ya colgamos en su día en el perfil de nuestro protagonista
(Pinocho, príncipe de Bizancio).

Éste sí que es el mayor espectáculo del mundo
Preferimos al Totò de resortes, a la marioneta, al turco entre los muñecos del pim-pam-pum. El hecho de que la película sea en tres dimensiones impone este tipo de juegos y una planificación efectista en que las bolas arrojadas por los marineros llueven sobre el objetivo y, por ende, sobre el público.

El mismo efecto se produce cuando May y Dorothy compiten en atributos físicos. Totò las obliga a taparse ante las miradas de los espectadores indiscretos, pertrechados de sus correspondientes gafas, no sin antes afirmar que “éste sí que es el mayor espectáculo del mundo”.

En Dailymotion tienen la película en dos partes:
2ª parte: https://dai.ly/x7yzr1l
Sr. Feliú
Il più comico spettacolo del mondo (1953)
Producción: Rosa Film (IT)
Director: Mario Mattoli
Guión: Mario Monicelli, Sandro Continenza, Italo De Tuddo y Ruggero Maccari.
Intérpretes: Totò (Tottons, el clown), Franca Faldini (Dorothy, la soubrette), May Britt (May, la domadora), Tania Weber (Tania, la trapecista), Mario Castellani (Karl, el domador / Lucio, el peluquero), Marc Lawrence (Marc, el propietario del circo), Alberto Sorrentino (Bastian, el trapecista), Enzo Garinei (el maestro de ceremonias), Salvo Libassi (el policía), Enrico Viarisio (el presentador de la película) y las colaboraciones de: Isa Barzizza, Antonella Lualdi, Aldo Fabrizi, Antony Quinn , Silvana Mangano, Carlo Campanini, Peppino De Filippo.
70 min. Color (Ferraniacolor). 3-D por PodelVision