Ottai, Antonella
Gedisa Editorial
Barcelona, 2020
ISBN: 978-84-17835-61-3
Un lugar para el encuentro. en el más amplio sentido del término, entre el cine, el circo y las variedades
(A place for the meeting, in the most wide sense of the term, among the cinema, the circus and varietés).
Autores: Sr. Feliú y Javier Jiménez
Con el mismo material cinematográfico del documental Circus day in our town (1949), que ya hemos proyectado en nuestra carpa, la Encicloepedia Britannica Films Inc. realiza otro documental más enfocado a los artistas a la espera de su actuación y a los números del programa. Imágenes de los payasos maquillándose o de los artistas entrenando se mezclan con secuencias de los números que se representan en cualquiera de las tres pistas del Cole Bros. Circus.
Un trío de patinadoras, un grupo de caballos en libertad, un monociclista realizando equilibrios con su boca, las aerealistas mariposas, una troupe de contorsionistas orientales, el ballet de los elefantes que abrazan con sus trompas a las artistas y las hacen girar, la encantadora de serpientes, el equilibrista sobre el cable, el doble cañón humano…
Una animada tarde en el circo en compañía de la familia que admira embobada las actuaciones de los artistas mientras consume algodón dulce o palomitas. Aquí lo tienen, disfruten del espectáculo.
Let's go to the circus (1949)
Producido por The Encyclopaedia Britannica Films Inc.
en colaboración con Grace Storm de la Universidad de Chicago
Indiana University Audio-Visual Center
Circo: Cole Bros. Circus
9 min. Blanco y negro
Este Rocambole poco tiene que ver con aquel delincuente metido a protector de huérfanas y viudas y azote de villanos cuyas aventuras publicó, a modo de folletín, el vizconde Ponson du Terrail a mediados del siglo XIX. El Rocambole que nos ocupa está más próximo a Arsenio Lupin o con Raffles. Para empezar, sus aventuras se trasladan de los bajos fondos parisinos de mediados del XIX a las cortes europeas de la Belle Époque, con viaje en el Orient-Express incluido. En segundo lugar, el nuevo Rocambole es un ladrón de guante blanco, que se plantea el robo del espléndido collar de la Gran Duquesa (Lilla Brignone) como un ejercicio deportivo, al tiempo que le permite ganar el amor de Cléo (Edy Vessel), bailarina de la Ópera de París, empeñada en cazar al barón Keller (Alberto Lupo) para ascender en la escala social. Es éste un prusiano dedicado a la fabricación de armas de gran calibre, dispuesto a provocar un conflicto bélico con tal de dar salida a su mercancía. De ahí, que planee el atentado contra el presidente de Francia durante una visita del dignatario a las ruinas de las Termas de Caracalla, en Roma. Rocambole, bajo la falsa identidad de conde de Chamery se encargará de evitarlo ante la incredulidad del comisario Agus (Guy Delorme), cuyo único propósito, siempre burlado, es detenerlo por el robo del collar.
A estas alturas, te estarás preguntando, lector, qué tiene que ver este enredo de aventuras con las películas que habitualmente proyectamos en la carpa. La explicación es bien sencilla, para interpretar a Rocambole Bernard Borderie, eligió nada menos que a Channing Pollock, uno de nuestros prestidigitadores de cabecera. Andaba entonces el ilusionista estadounidense por la Europa de la dolce vita, alternando actuaciones en teatros con apariciones en programas televisivos de variedades. De ahí, a figurar en el elenco de Europa di notte (Alessandro Blasetti, 1959) y decidir que quiere probarse a sí mismo como actor cinematográfico, sólo hay un paso. Lo dará protagonizando en un par de películas de aventuras: Lo sceicco rosso / Le cheik rouge (La máscara roja, Fernando Cerchio, 1962) e I moschettieri del mare / Il était trois flibustiers (Steno, 1962).