15 de agosto de 2019

Los secretos de Fregoli

Una interesante biografía de este polifacético artista que nos acerca a su lado más emprendedor e innovador: su auténtica pasión por el cinematógrafo, su apuesta decidida por este nuevo entretenimiento que le convierten a principios del siglo XX en la primera gran estrella del séptimo arte. Contemporáneo y coetáneo de George Méliès, mientras Méliès es conocido como el cineasta ilusionista, Fregoli es recordado como el ilusionista cineasta. 

NOHAIN, Jean & François Caradec 
Fregoli (1867-1936) : sa vie et ses secrets 
Editions de la Jeune Parque, 1968, París

Music-Hall y cine: Fregoli


Aquí tenemos un interesante documento realizado en 1981 para la serie de televisión The Amazing Years of Cinema, presentada por Douglas Fairbanks Jr.

Fairbanks nos cuenta la gran deuda que tiene el cine con los artistas de variedades, music-hall y circo y cómo las primeras películas eran presentadas en los programas de estos establecimientos, que rápidamente incorporaron esta novedad a sus atracciones.
Esta primera parte del documental es una auténtica maravilla. Tenemos, nada más y nada menos, que al genial artista Leopold Fregoli, filmado por él mismo en 1897 con una extraña patente llamada Fregoliograph. Y descubrimos así que el internacionalmente famoso transformista fue también uno de los pioneros del cinematógrafo.

Fregoli conoce a Auguste Lumière en el Théâtre des Célestins de Lyon y de este encuentro nace un entusiasmado romance de Frégoli por este nuevo aparato, que comienza a utilizar en sus propias representaciones con películas dirigidas por él mismo. Según esta página web, desde 1897 a 1899 realizó unas doce películas con las que contribuyó notablemente a la difusión de esta nueva industria en Italia, además de conformarle una excelente y novedosa segunda parte en sus espectáculos con la exhibición de pequeños cortos protagonizados por el artista.


Más adelante Fairbanks nos presenta a Gilbert Saroni, un conocido actor de vaudeville en un divertido papel de vieja criada, filmado por Edison en 1898, aunque en IMDB todas sus películas aparecen como posteriores a 1900. Y para rematar tenemos la grabación íntegra de Big boots dance (1899) y un extenso comentario sobre Harry Relph, del que ya hemos hecho un comentario recientemente. Pero aquí nos encontramos con una nueva intervención temprana de Little Tich como actor en la película de Georges Méliès, Le Raid Paris-Monte Carlo en deux heures (1905).

6 de agosto de 2019

Les folies du Music-Hall

Originalmente publicado en París en 1960, esta traducción está magníficamente ilustrada con numerosas fotografías en blanco y negro de las principales estrellas del Music-Hall. Un recorrido apasionante de plumas y lentejuelas entre las páginas de un espléndido libro. 

DAMASE, Jacques 
Les Folies du Music-Hall: a history of the Music-Hall in Paris 
Spring Books, Hamlyn Publishing Group, 1970 
ISBN: 600-35410-5

Hoy, circo… y batacazos

Circus Today (1926), Del Lord 

Billy Bevan y a Andy Clyde 
A la altura de 1926 los cuatro ases de la comedia –Chaplin, Keaton, Lloyd y Langdon- han dejado atrás las películas de dos rollos y están haciendo largometrajes, que requieren otro tipo de construcción dramática, más pausada, y un mínimo desarrollo sicológico de los personajes. Mack Sennett, pionero de la comedia cinematográfica y productor de libro, hace algún intento en este sentido con su adorada Mabel Normand, pero él conoce a su público y sabe que donde haya una buena catarata de gags visuales habrá alguien dispuesto a pasar por taquilla.

Ya les hemos advertido en otras ocasiones de la oportunidad de prestar atención a los cómicos menos conocidos de la edad de oro del slapstick. En esta categoría podríamos encuadrar a Billy Bevan y a Andy Clyde, estrellas de Sennett cuando los pesos pesados de la Keystone han sido tentados por sustanciosas ofertas económicas que el productor no ha intentado siquiera mejorar. El australiano Billy Bevan, ficha por Sennett a principios de los años veinte y protagoniza medio centenar de comedias de dos rollos en las que su inconfundible mostacho era ya garantía de comicidad. A mediados de la década de los veinte Sennett lo empareja con el escocés Andy Clyde, que había entrado en la productora como chico para todo. Dirige otro hombre de la casa, Del Lord en el que Sennett confiaba tan ciegamente que siempre era él quien lanzaba las tartas en el plató y quien conducía el camión de los Keystone Kops a cien por hora en el cruce de las calles Figueroa y octava… siempre que no hubiera policía por allí. 

En el Mack’s Mammoth Circus 
A la altura de 1926 la máquina está engrasada y funciona a la perfección. El equipo de Sennett sólo necesita una excusa argumental que sirva como contenedor de ocurrencias visuales de cualquier tipo. Vale, por ejemplo, con que Bevan y Clyde sean dos hermanos que no son gemelos por la mínima diferencia de dos años y que se apelliden Barnum. ¿Dónde situarlos? Evidentemente, en un circo. Pero no bajo la inmensa lona de Barnum & Bailey, sino bajo la modesta del Mack’s Mammoth Circus, que tiene una carpa y siete hipotecas. Allí ejercen los hermanos de mozos de pista.

Para que no haya dudas sobre el terreno en el que nos encontramos, en su primera aparición en la ventana del carromato, el director de la troupe, Steve Skinner (Kewpie Morgan), recibe una soberana ducha cuando Slim (Andy Clyde) le enchufa distraídamente la trompa del elefante. Madame Stella (Madeline Hurlock) hace prácticas de amazona de proboscidios en una cunita. Skinner le ordena que prepare a Beppo para salir a la pista. Beppo resulta ser un tití bastante revoltoso que se dedica a hacer la vida imposible al pomposo Skinner. Primero le arroja un biberón a la cara y luego se cuela en su bota, propinándole tremendo mordisco en el pie. El clown acude al rescate de su jefe y corta la bota con un hacha. Finalmente, la bota, dotada de patas y cola, huye por el circo aterrorizando a un negro disfrazado de romano. Va a comenzar la función. Stella es écuyère. Skinner trabaja como maestro de ceremonias. El trapecista se ha roto un tobillo y Gus (Billy Bevan) debe sustituirlo. Gus se lanza desde la cúpula, pero sus tirantes se enganchan en la plataforma, lo que le permite correr por el aire tras el caballo hasta desplomarse encima del director. Imaginativo y bien resuelto.

Arruinado el número ecuestre, Skinner coloca a Gus en una bicicleta que debe lanzarse por una empinadísima pendiente. Gus ya se sabe el truco: engancha los tirantes a una palanca y cuando llega al final de la pendiente vuelve a subir haciendo caer a Skinner desde lo alto de la plataforma. El jefe sube amenazante por la escalerilla. Gus se deja ir, ahora sin sostén, y aterriza en el extremo de un balancín en el que se ha colocado -¡bendita casualidad!- un elefante. El paquidermo sale volando por los aires y ejecuta un preciso mortal antes de estampar su tonelada de peso contra el suelo. El uso imaginativo de los efectos especiales en este tramo es digno de mención. La subida de Gus se consigue, no por la tracción de los tirantes, sino gracias a una reversión en la marcha del negativo. El vuelo del elefante se realiza con el concurso combinado de la sobreimpresión y el paso de manivela, efecto en el que Méliès había sido consumado maestro. El elefante ve (literalmente) las estrellas que están directamente dibujadas sobre el celuloide.

El siguiente número de riesgo que debe ejecutar Gus es el salto a una tina de agua con los ojos vendados. La cosa carece de peligro porque la plataforma está a unos ridículos tres metros del suelo. Pero en cuanto Gus ha ascendido a ella Skinner acciona una manivela y la palanca se eleva y se eleva y se eleva... Para colmo, el elefante se bebe el agua de la pileta. ¡Allá va! La resolución no es en absoluto realista pero sí ocurrente y eficaz desde el punto de vista cómico. 

Colgados con un león a quinientos metros del suelo 
El segundo acto es una larga persecución. Gus huye en el carromato de la jaula de los leones. Slim, que hacía equilibrios sobre unos barriles, cae en el techo. Skinner los persigue con una cuádriga. Y el elefante, que ha arrollado una tienda, va tras ellos. Siembran el caos en la ciudad e, incluso, en un rodaje. En una curva la jaula se desprende y los leones escapan. Uno –probablemente Numa, que ya había intervenido el año anterior en The Lion Whiskers (1925) junto a Billy Bevan y con dirección de Del Lord-, siembra el pánico entre los espectadores y entra en el camerino de Stella. Sennett cuenta en sus memorias el modo en el que el director convenció a la estrella femenina para que se tumbase debajo del león. La señorita Hurlock le pidió una demostración práctica de cómo debía rodar la escena así que Del Lord no tuvo más remedio que colocarse bajo las zarpas del león, sólo para enterarse de que a la estrella no le daba ningún miedo aquella situación y sólo pretendía saber con quien se las gastaba.

Pero Circus Today, que no nos deja un instante de respiro, aún se reserva la traca final. Al escapar del león madame Stella libera un globo cautivo. Los hermanos Barnum se han encerrado en una caseta sin advertir que el león se ha colado con dentro. El ancla del globo se engancha en el techo y ahora tenemos, para el gran final, una écuyère en un globo que no sabe gobernar y a los dos panolis intentando escapar de una caseta suspendida a quinientos metros del suelo en cuyo interior hay un león. Como no estamos en un serial no procede la clásica pregunta: ¿Conseguirán nuestros héroes escapar de una muerte segura entre las fauces del león al que le ha llegado su hora del almuerzo o, en el mejor de los casos, por precipitación? En resumen: una muestra tardía de la comedia de batacazo, perfectamente disfrutable por su apuesta incondicional por el gag. Del Lord mete en veinte minutos lo que a otros les daría para tres largometrajes. Nosotros nos la hemos encontrado en la colección de DVDs Slapstick Encyclopedia, de Image Entertainment. En el mismo disco pueden encontrar otros dos cortos del mismo equipo: Super-Hooper y Wandering Willies.
Sr. Feliú
Circus Today (1926) 
Producción: Mack Sennett Comedies (EEUU) 
Directores: Del Lord (en algunas fichas también aparece acreditado Lloyd Bacon). 
Guión: Gus Meins y Al Giebler. 
Intérpretes: Billy Bevan (Gus Barnum), Andy Clyde (Slim Barnum), Kewpie Morgan (Steve Skinner), Madeline Hurlock (Madame Stella), Betty Welsh (la doncella). 
2 rollos. Blanco y negro + virados.

5 de agosto de 2019

Little Tich


"Little Tich, que nous m´avons pas vu a Paris depuis des années, est un excentrique: mais quel comédien, quel mime, et comme sa personalité dépasse toutes les classications!"
Frejaville, Au Music Hall, 1922

"Il est impossible de décrire le numéro de Little Tich, tout son numéro venaint de lui-même, de sa silhouette unique, de ses gestes, de des physionomies. Il était irrésistible"
Jacques Charles, Cent ans de Music Hall, 1956

¿Cómo descubre un mal estudiante de Imagen a este genial artista de finales del siglo XX completamente desconocido en España? Muy sencillo: en un documental sobre Jacques Tati titulado Tati, sur le pas de Mr. Hulot, realizado por Sophie Tatischeff (en realidad, la hija del cineasta) en 1986. En él, Tati confiesa que la película del acto de Little Tich, con su personaje Big Boots que incluimos al final de esta entrada, ha sido su inspiración, tras lo cual protagoniza una apasionada defensa de este gran cómico excéntrico, como ya hizo en el prólogo de la biografía de Little Tich editado por Elm Tree Books: "The film of his Big Boots act, the only one I know of, remains as a foundation for everything that has been realized in comedy on the screen. (…) Film enthusiasts today could then understand that, without Little Tich, The comic film would never have attained its degree of intelligence and that this is owed to him, the giant of creation" (R. Findlater, Little Tich, 1979).

Harry Relph (1868-1928), conocido como Little Tich, fue el décimosexto hijo de un granjero de Kent que a sus 77 años seguía ejerciendo de semental, pues es a esa edad cuando tuvo a nuestro héroe. Nacido con seis dedos en cada mano y en cada pie, y de piernas cortas, Harry era un niño un poco solitario. Su padre y casi todos sus hermanos eran demasiado mayores. Y aún así, una especial predisposición a hacer reír, remarcada por su especial físico, iba a marcar su camino en el mundo del espectáculo. Willson Disher va un poco más allá cuando afirma: "At his birth there was laughter. The whole parish of Cudham, near Sevenoaks, that summer of 1868, joked about the quizzical look of Mr. Relph´s new baby" (Willson Disher, Winkles and Champagne, 1938). Así que Harry, en cuanto tuvo oportunidad, y también necesidad, apenas con doce años, ya estaba ganándose la vida con sus canciones en los pubs y tabernas de la ciudad.

Después de estrenarse en los escenarios como cómico negro –"people thought you coudn´t be funny unless you had a burnt-cork face", nos dice el mismo Tich–, comienza una larga y próspera carrera en Drury Lane interpretando numerosos personajes y creando otros muchos. Entre los números que le dieron fama destacan, además del ya mencionado Big Boots, Miss Turpentine (una parodia de Louis Fuller (Serpentina) como bien nos descubre Rafaelle de Ritis) y la Señora española. Este último, uno de los más logrados y divertidos de su carrera, estaba sustentado en los casi 30 años de relación que mantuvo con Julia Amparo Celeste Recio, una española de Málaga que trabajaba en el cuerpo de baile del Olympia de París. "Tich bounced round and round the stage with a monumentally large comb stuck in a towering wig, wearing a splanged tutu, thrusting a rose in his mouth, clicking his castanets with a demented intensity, dancing a fandango –and dancing it with precise expertise, despite the comic business of getting mixed up with his mantilla. His ironic, malicious smile gave a darker shade to the portrait" (R. Findlater, Little Tich, 1979). Quizás el lado siniestro de esta parodia residía en el dominante carácter de la española, tercer matrimonio fracasado del artista, o en un profundo análisis del temperamento español que tan de moda estaba en los ambientes del Music Hall en esos años.

El documento que os presentamos está realizado por
Clément-Maurice para el
Phono-Cinéma-Théâtre en 1900. Pero hemos encontrado otro documento en el que aparece Little Tich, esta vez filmado por nuestro patrono Georges Méliês en el año 1905, la película de cuatro minutos Le Raid Paris-Monte Carlo en deux heures, en la que Little Tich recibe al victorioso rey de Bélgica, Leopold II, a su llegada a Montecarlo con su vehículo, después de numerosas peripecias. Próximamente en sus pantallas.

Biografía de un gigante

Mary Relph, la única hija de Harry Relph, conocido artísticamente como Little Tich, escribió en 1979, con la colaboración del escritor Richard Findlater, una biografía de su padre que nos desvela aspectos desconocidos hasta entonces de la vida de este genial artista. 40 años después de la muerte de su padre, Mary encuentra un verdadero tesoro en el trastero de su casa de Hendon: canciones. contratos, programas, dibujos, fotografías y recortes que ilustraban los 48 años de carrera artística de Little Tich. Mary volvió a descubrir a su padre entre los montones de recuerdos y, renovando una admiración y un respeto casi olvidados, decidió rendirle homenaje con este libro. Su colaborador, Richard Findlater, es un especialista en temas teatrales y entre sus libros cabe destacar uno dedicado a la vida y obra de Joe Grimaldi, gran santo de los payasos ingleses, figura legendaria de una época apasionante, clave para entender la historia del espectáculo en general y el desarrollo de la pantomima y el número de payasos, de manera más específica (Grimaldi, King of Clowns, Richard Findlater, MacGibbon & Kee, 1955). 

TICH, Mary & Richard Findlater 
Litle Tich: giant of the Music 
Hall Elm Tree Books, London, 1979 
ISBN: 0-241-10174-3

Winkles & Champagne

Entretenido libro de este gran escritor inglés, gran conocedor del mundo del espectáculo y autor también de Clowns and Pantomimes y Greatest Show on Earth, otros dos libros que deberían estar en una buena biblioteca especializada. En este caso, Willson Disher nos acerca de manera magistral al ambiente del Music Hall, desde sus etílicos comienzos en oscuras tabernas londinenses hasta su esplendor luminoso de las lujosas salas de París. 

DISHER, M. Willson 
Winkles and Champagne: comedies and Tragedies of the Music Hall 
B.T. Batsford, London, 1938

3 de agosto de 2019

Les Folies Bergere

Les Folies Bergere… Un café-spectacle différent d'un café parce que l'on payera en dehors des consommations un droit fixe d'entrée de 1 F et 1,50 F. Différent d'un spectacle parce que, tout en ayant de vraies représentations théâtrales composées d'opérette, saynettes et chansonnettes, les spectateurs auront les mêmes libertés dont ils jouissent dans les cafés: boire et fumer… 

PESSIS, Jacques & Jacques Crepineau 
Les Folies Bergere 
Fixot Sogemo, Rennes, 1990
ISBN: 2-87645-091-7

2 de agosto de 2019

Flo Ziegfeld

Flo Ziegfeld es otro de los grandes héroes del mundo del espectáculo de principios del siglo XX. La época era propicia para el entretenimiento —a pesar de la fragilidad de la salud y el recuerdo y la amenaza de numerosas guerras— y el atrevido y jóven Flo Ziegfeld emprendió la arriesgada tarea de proporcionárnoslo con altas dosis de diversión y talento. 

CARTER, Randolph 
The world of Flo Ziegfeld 
Paul Eleck, London, 1974 
ISBN: 0-236-31053-4