26 de marzo de 2011

Espacio Etaix


La publicación que acompaña al ciclo de la obra integral de Pierre Etaix en su cuaderno bilingüe (francés-inglés) con un espléndido repertorio gráfico.

Los textos van desde sendas entrevistas con el propio Etaix –“la spontanéité est capitale, mais il faut laisser múrir l’idée, l’intégrer dans un contexte, en essayant d’être le premier spectateur de son film”– y su cómplice a lo largo de los años, el guionista Jean-Claude Carrière –“avec Pierre, nous passons d’abord deux mois à parler en général, à etablir la ligne, et une fois que nous commençons a rédiger, nous le faisons côte a côte, ensemble, et nous devons tomnber d’accord sur chaque phrase, sur chaque geste”– , hasta algunos documentos sobre las labores de restauración digital realizadas para obtener nuevos materiales de preservación y copias en 35mm de los cinco largometrajes y tres cortos dirigidos por él, pasando por testimonios de cineastas tan notorios y dispares como François Truffaut –“j’ai aime chaque plan, chaque idée et (…) m’apprend des tous de choses sur le cinema”– o Robert Bresson –“vous êtes un des rarissimes”.

PIERRE ETAIX: Intégrale cinéma restaurée / Restored Complete Film Works.

Paris, Technicolor Foundation / Fondation Groupgama Gan pour le Cinéma, 2010


Pueden ustedes encontrar una versión en pdf en el siguiente enlace: http://www.theatre-espace.fr/2010_2011/fevrier/pierre_etaix.htm

24 de marzo de 2011

Etaix en el Cine Doré


Como pueden comprobar gracias a la imagen que tienen más arriba tuvimos la suerte de conocer a
Pierre Etaix en su visita a Madrid para la presentación del ciclo que la Filmoteca Española está programando en Madrid. El viejo payaso y director de cine lucía una espléndida sonrisa y se atrevió a golpearse con el micro al saludar y a burlarse del traductor haciendo mímica, demostrando que a pesar de los años se encuentra en forma y no ha perdido su particular sentido del humor.

Después de haber visto Yoyo (Yoyo, 1965) en videocasetes de tercera copia en los que el blanco del maquillaje del payaso se convertía en niebla, ver la película restaurada en pantalla grande en el cine Doré ha sido como verla por primera vez. He disfrutado como un niño con las peripecias del Yoyo payasito y del Yoyo adulto y me he dejado llevar por el trazo simple –que atrapa la esencia– de su dibujo cinematográfico, muy similar al que hace sobre papel. La sesión incluía el cortometraje de Pierre Etaix –pronúnciese la x, por favor, nos decía el propio Etaix–, Heureux Anniversaire (1962), una charla con el director y una minicena que, debido a la escasa asistencia de público, se convirtió en un cenorrio por todo lo alto, así que la tarde resultó muy provechosa.

Pierre Etaix, contestando una pregunta relacionada con otras películas de temática circense –justo nuestro tema y la pregunta no la hicimos nosotros, lo juro– dijo que la mayoría de esas películas utilizaban el circo como escenario donde presentar historias, pero que ninguna hacía un homenaje de verdad al esfuerzo de los artistas ni al circo. Ni siquiera salvó Parade (Zafarrancho en el circo, 1974) de Tati y solo en el último momento destacó Circus (El circo, 1928) de Chaplin, a la que sí atribuyó una influencia notable en el desarrollo de la comicidad en la pista. Etaix se refirió en todas las ocasiones a los artistas circenses como “gens du voyage”, el expresivo término francés para los titiriteros y ambulantes. Se proclamó, antes que nada “clown” y dedicó un afectuoso recuerdo a sus actuaciones junto a Annie Fratellini.

De las enseñanzas recibidas de Jacques Tati, destacó esta máxima: 
 
“Nunca te quedes con la primera idea. Sigue buscando”.

21 de marzo de 2011

Merlín, el de los títeres



La venganza / Ho giuratto di ucciderti (1958), Juan Antonio Bardem


La cuadrilla de segadores andaluces de Luis “El Torcido” (Raf Vallone) recorre las tierras de La Mancha en busca de trabajo. Sus afanes fueron ideados por Juan Antonio Bardem al modo cervantino, con episodios más o menos independientes que sirven de jalones a la venganza preterida con la que se abre y cierra una película que supuso la puesta en imágenes de la propuesta del Partido Comunista sobre la “reconciliación nacional”.


Uno de estos encuentros es con una compañía de titiriteros ambulantes y acaece cuando los segadores se topan con una mona con calzones rojos en mitad del camino. La persecución del bicho propicia el encuentro con los artistas de Merlín, el de los títeres, que, inmediatamente, les ofrece hospitalidad. Frente al tono monocromo de las prendas de la cuadrilla, el colorido vivo del vestuario de los artistas: amarillos, azulones… Contraste también en los tocados: invariable gorrilla de visera, los trabajadores, bombines, feces, canotiés, los titiriteros.


Viajan en dos carros camino del próximo villorrio. Como es habitual, por la tarde hacen un pasacalle acompañados por la chiquillería y por la noche ofrecen función única en la plaza del pueblo, a cambio de la voluntad. Son los antepasados de los Cómicos, que ya Bardem había retratado en su segunda película como director.


Sólo vemos actuar a Rosa (Conchita Bautista), la cantante, a la que Pablo “El Tinorio” (Manuel Alexandre), el enamoradizo de la cuadrilla de “El Torcido”, le echa rápidamente el ojo. Pero esa noche se declara un incendio en el pueblo. Todos –temporeros, titiriteros, lugareños-, arriman el hombro para extinguir el fuego.


Por la mañana, en un paisaje desolado trabajadores y cómicos siguen sus respectivos caminos. Ni para unos ni para otros habrá ya trabajo en el pueblo. La bifurcación de un camino calcinado es metáfora de los destinos divergentes. Y, sin embargo, Rosa y “El Tinorio” cruzan una última mirada en esta tan breve como hermosa historia de amor sin palabras ideada por Bardem.


La venganza / Ho giuratto di ucciderti
(1958)
Producción: Guión P.C. (ES) / Suevia Films (ES) / Vides Cinematografica (IT)

Guión y Dirección: Juan Antonio Bardem.

Intérpretes: Carmen Sevilla (Andrea Díaz), Raf Vallone (Luis 'El Torcido'), Jorge Mistral (Juan Díaz), José Prada (Santiago 'El Viejo'), Manuel Alexandre (Pablo 'El Tinorio'), Manuel Peiró (Maxi 'El Chico'), Louis Seigner (Merlín, el de los títeres), Conchita Bautista (Rosa), Fernando Rey (el escritor), Rafael Bardem (el médico), Goyo Lebrero (el tonto), Xan das Bolas (el segador gallego), José María Rodríguez (el mayoral), José Marco Davó, Maria Zanoli, Rufino Inglés, Ángel Álvarez, José Riesgo y la voz de Francisco Rabal (narrador).
103 min. Color.

19 de marzo de 2011

El ventrílocuo Sanz en Madrid


Este nuevo libro sobre las peripecias del ventrílocuo Paco Sanz nos sitúa en el Madrid del primer cuarto del siglo XX. El Circo de Parish, el Teatro de la Comedia, el Teatro Cómico, el Circo Price y el Teatro Álcazar son algunos de los escenarios madrileños en los que triunfó este gran, aunque hoy desconocido, artista. El autor, Ramos Altamira, se ha zambullido en las hemerotecas y nos ofrece una visión muy completa del trabajo de Sanz documentada con numerosas crónicas y transcripciones de diálogos de Sanz y sus muñecos. El mejor ventrílocuo del mundo, según el autor, se perfila como un hombre constante, emprendedor, hábil, innovador, ingenioso, aventurero, negociante, visionario, moderno…, en fin, un compendio de virtudes que hacen de este titiritero un personaje de leyenda de principios del siglo pasado.

Sanz y el secreto de su arte

RAMOS ALTAMIRA, Ignacio:
El mejor ventrilocuo del mundo: Paco Sanz en los teatros de Madrid (1906-1935)
ECU Narrativa, Alicante, 2010

17 de marzo de 2011

Variedades a la inglesa

Let's Go Crazy (1951), Alan Cullimore 

El ritmo frenético imprimido al rodaje de Penny Points to Paradise dejó a la productora con una semana de margen en el estudio. Allan Cullimore, responsable de producción de la película, solicitó la colaboración de Peter Sellers y Spike Milligan para que pergeñaran una serie de sketchs ambientados en una sala de fiestas construida en el estudio y facturó en una semana este mediometraje en el que alternan las ocurrencias de la pareja con las actuaciones musicales.

Seguramente estas fueran las que en ese momento estaban disponibles en el “Pier Theatre”. Las estrellas de la función son los miembros de la orquesta de Freddy Mirfield and His Garbage Men. Mirfield había empezado como músico de jazz y actuando en algunas orquestas hasta que formó la suya propia. Visto el éxito que las versiones paródicas de temas populares interpretadas por Spike Jones and His City Slickers al otro lado del Atlántico, Mirfield formó sus Garbage Men en 1941. Se trata de una banda apta para acompañar a los solistas pero que, llegado el momento, se encasquetan toda clase de pelucas y se visten con prendas extravagantes al tiempo que descoyuntan las piezas y las descoyuntan con toda clase de ocurrencias burlescas.

Otras actuaciones corren a cargo de Pat Kaye y Betty Ankers, Keith Warwick o Jean Cavall. Son intérpretes de música melódica. El apartado dancístico están Manley and Austin y su baile de inspiración latina, sobre todo, por los increíbles Maxin & Johnson, una pareja que ejecuta un número de baile acrobático en el que el humor -violento y surreal- surge de la increíble crueldad de que hace gala la pareja.

Sellers encarna sucesivamente al maitre Giuseppe (mostacho imponente), al pomposo pretendiente Cedric (bigotín de pincel y raya al medio), la barriobajera Crystal Jollibottom (peluca y pendientes) que ya había aparecido en algunos programas radiofónicos, un camarero liante llamado Izzy Gozzunk que termina comiéndose la comida del cliente (Spike Milligan) y, por último, pero no menos importante, este Groucho Marx de pega con el que les dejamos:


Let's Go Crazy (1951) 
Producción: Advance Productions (GB) 
Director: Alan Cullimore. 
Guión: Spike Milligan y Peter Sellers. I
Intérpretes: Peter Sellers (Groucho Marx / Giuseppe / Cedric / Izzy Gozzunk / Crystal Jollibottom), Spike Milligan (Eccles / Salonero), Wallas Eaton (Mr. Jollibottom), Freddy Mirfield and His Garbage Men (orquesta cómica), Tommy Manley y Florence Austin (“Manley and Austin”, bailarines), Keith Warwick (cantante), Jean Cavall (cantante), Pat Kaye y Betty Ankers (piano y voz) y Maxin & Johnson (pareja de baile cómico-acrobático). 
31 min. Blanco y negro.

14 de marzo de 2011

El Show de los Matones


Penny Points to Paradise
(1951), Anthony Young 

“The Goon Show” estuvo en antena en la BBC entre 1951 y 1960 y, a decir de los estudiosos de la comedia, revolucionó la escena del humor británico. Sin los descerebrados y celéricos chicos del radiofónico “Show de los Matones” nunca habrían existido los Monty-Python. 

Los cuatro Goons 
Cuatro fueron inicialmente los miembros del grupo. Michael Bentine (1922-1996), Harry Secombe (1921-2001), Spike Milligan (1908-2002) y el mismísimo Peter Sellers (1925-1980). Los cuatro tuvieron ocasión de poner a prueba sus dotes para el espectáculo entreteniendo a las tropas durante la Segunda Guerra Mundial. Al finalizar ésta siguieron por separado carreras en el “show business”. De los cuatro, Peter Sellers fue quien primero metió la cabeza en la radio, donde su prodigioso talento para crear personajes excéntricos le permitió interpretar multitud de comedias y dramas radiofónicos en la BBC. Estas actuaciones se alternaban con sus apariciones como humorista —su afición a la batería había quedado momentáneamente relegada— en el escenario del Windmill, un teatro que alternaba el striptease con los números cómicos. Los cuatro Matones se reunían con otros actores en el pub que regentaba Jimmy Grafton, un guionista aficionado que empujó a Milligan a crear su propio material cómico y ejercía de agente de Secombe y Milligan.

En 1951 la BBC les dio una oportunidad, aunque tuvieron que cambiar el título de la serie por el de “Crazy People”. Las señas distintivas del programa son la alternancia de números musicales con viñetas cómicas, el uso turulato de los efectos de sonido, un humor excéntrico y frenético —de raíz marxiana— y, por último, una indescriptible galería de personajes que ponen en solfa la pomposidad y la flema británicas. Michael Bentine abandona el programa por diferencias creativas con Spike Milligan, que es quien se hace cargo de los guiones de la serie. Harry Secombe actúa como portor, dando vida a uno de los personajes definitorios del show, el capitán Ned Seagoon. Y Peter Sellers aporta una variedad de caracterizaciones, de voces y una velocidad endiablada que hace crecerse a sus compañeros.

Hacia 1953 el programa adquiere su forma definitiva, con una trama central y derivaciones continuas de las que no está exenta la improvisación. Nuevos guionistas aportan material puesto que Milligan sufre algunas recaídas en una depresión, secuela del conflicto bélico. Como no es cosa de extendernos más, les dejamos un enlace (http://www.thegoonshow.net/), con completísima información sobre el programa y sus autores, y éste clip de una actuación tardía que explica mejor que mil palabras lo que fue el programa en su último tramo, su ´último ptograma en realidad: https://youtu.be/XF745ywyvVY

Slapstick en Brighton 
En noviembre de 1950, después de finalizar la grabación del piloto de la primera temporada del programa y sin tener muy claro que sería de su futuro, los Matones aceptan la oferta para realizar una película por unos emolumentos que ascienden a la modesta suma de unas 125 libras por cabeza. Para ello cuentan con cuatro semanas en los estudios cinematográficos de la localidad de Brighton.

El equipo, a las órdenes del debutante Tony Young, sabe lo que se trae entre manos. La película, de una abosoluta modestia, alterna los números de variedades a cargo de sus intérpretes –en especial, el sketch del cirujano de Secombe y las imitaciones que Paddy O’Neil hace de Bette Davis y Gloria Swanson–, con persecuciones y batacazos por las desiertas avenidas de la ciudad balnearia del sur de Inglaterra. Para hilvanarlo todo, una trama policial en la que Secombe encarna a Harry Flakers (Secombe), el afortunado ganador de una quiniela premiada con 100.000 libras. A pesar de ello acude, como todos los años, a pasar unos días de descanso con su compañero Spike Donnelly (Milligan) a una pensión donde serán asediados por toda suerte de cazafortunas y seguidos por dos falsificadores de moneda que pretenden pegarles el cambiazo.

Sellers encarna a un personaje denominado el Comandante, residente estable en la pensión y sablista profesional, y al vendedor canadiense Arnold P. Fringe, capaz de colocarle a usted desde un seguro de vida hasta papel matamoscas.

Una noche, Harry y Spike llevan a las chicas (Paddy O'Neil y Vicki Page) al “Pier Palace” de Brighton, que ya hemos visitado en otras excursiones de Circo Méliès —cuando comentamos Brighton Rock, por ejemplo—. Allí asisten a una exótica actuación de Felix Mendelssohn and His Hawaian Serenaders y caen rendidos ante el poderoso influjo mental de la hipnotista Madame Moravia (¿Patience Rentoul?).

La persecución final, en el mejor estilo Keystone Kops, lleva a los protagonistas al Museo de Cera de Louis Tussaud, tataraniento de la famosa Madame Tussaud, donde inevitablemente se hacen pasar por trogloditas, miembros de la Policía Montada de Canadá o decapitados por el hacha del verdugo.

Otra película perdida... y encontrada. 
La distribución de la película fue desastrosa. Entre 1951 y 1953 se realizaron algunos pases por todas las islas y, se cortaron algunas escenas que parecían extemporáneas. En 1960, aprovechando el apogeo de la serie radiofónica en el ámbito de la Commonwealth se procedió a un nuevo corte de negativo para su distribución en Nueva Zelanda. Desde entonces se pierde la pista de esta pieza, muy codiciada por los fans de Peter Sellers, hasta su reciente restauración por parte del British Film Institute. 

Penny Points to Paradise (1951) 
Producción: P.Y.L. Productions (GB) 
Director: Anthony Young. 
Guión: John Ormonde. 
Intérpretes: Harry Secombe (Harry Flakers), Spike Milligan (Spike Donnelly), Peter Sellers (el Comandante / el vendedor Arnold P. Fringe), Alfred Marks (Edward Haynes), Paddy O'Neil (Christine Russell), Vicki Page (Sheila Gilroy), Bill Kerr (Digger Graves), Freddie Frinton (el borracho), Joe Linnane (el policía), Sam Kydd (el taxista), Hazel Jennings, Patience Rentoul, Diana Leslie y Felix Mendelssohn and His Hawaian Serenaders. 
77 min. Blanco y negro.

12 de marzo de 2011

Etaix en Madrid

Pierre Etaix, uno de nuestros cineastas de cabecera, asistirá el próximo 23 de marzo, a las 19:30, a la proyección de Yoyo (Yoyo, 1965), en el Cine Doré, sede de la Filmoteca Española, y mantendrá un coloquio con el público . También se proyecta en esta sesión el cortometraje Heureux Anniversaire. La sesión se repetirá el sábado 26 a las 17:30, con entrada libre para los menores de 14 años.
El martes 22 a las 19:30 y el sábado 26 a las 20:00 se proyecta Le soupirant (El pretendiente, 1963), con el complemento de Rupture (1961). El jueves 24 a las 19:45 se puede ver el cortometraje En pleine forme (1971/2010) y el largo de episodios Tant qu'on a la santé (Mientras haya salud, 1966). Nuevo pase el miércoles 30 a las 22:00. El viernes 25 a las 22:15 y el martes 29 a las 19:45, Le grand amour (El gran amor, 1969). El documental Pays de Cocagne (1971) se proyectará el domingo 27 a las 19:40 y el jueves 31 a las 22:00. Se trata de las copias restauradas recientemente por la Fundación Technicolor y la Fundación Gan pour le cinéma, cuya edición en DVD hemos comentado aquí.

11 de marzo de 2011

Vaqueros cantantes


Limonádový Joe (Joe Kolaloka, 1964), Oldrich Lipský 

Ahítos (nosotros y ustedes) de olor a pólvora y aullidos apaches, de sudor y polvo, de sillas de montar calientes y café de puchero frío, hemos decidido cerrar el ciclo dedicado a don Buffalo Bill y sus contemporáneos con un vaquero cantante. Pero no nos hemos decantado por los canónicos y canoros Roy Rogers o Gene Autry, aquellos tipos de camisas con flecos y sombreros imposibles que pasaban el día junto a la fogata entonando melancólicas baladas vaqueras, sino por una opereta cinematográfica del muy excéntrico cineasta checo Oldrich Lipský del que tendrán más noticias si vistan Esbilla Cinematográfica Popular (http://esbilla.wordpress.com/2009/11/26/en-el-pais-de-oldrich-lipsky-todo-es-posible-lemonade-joenick-carter-aquel-loco-loco-loco-detective/), de cuyo voltio procede la copia que anoche proyectamos en la carpa.

 

Limonádový Joe (1964) fue una de las primeras películas de “detrás del telón de Acero” que llegaron a España gracias a la manga ancha que el ministro Fraga tenía con el Festival de Cine de San Sebastián, escaparate cinematográfico internacional de la apertura del Régimen. Lo descarado de su propuesta, sus aires de comedia excéntrica y el slapstick rampante favorecieron el estreno comercial de esta cinta cuyo doblaje se encomendó al genial humorista Antonio de Lara “Tono”.

La ciudad fronteriza de Stetson City en 1885. El alcohol hace estragos entre la población. Dough Badman (Rudolf Deyl), el dueño del saloon hace su agosto. A pesar de ello vive con la insatisfacción de no poder conseguir el amor de la cantante del local, Tornado Lou (Kveta Fialova), una morena espléndida que espera la llegada del amor verdadero para entregarle su virginidad. Frente a esta morena desgarrada e ingenua, la ingenua rubia Winnifred Goodman (Olga Schoveroba), militante de la liga antialcohólica que acude periódicamente al saloon para predicar la buena nueva de sobriedad. Ella y su padre son objeto de burla por parte de los secuaces de Dough y en especial de Grimpo (Josef Hlinomaz), un pistolero sucio y malote que después de tomarse un whisky con pimienta devora el vaso.

En el momento álgido de la trifulca irrumpe en el local Limonádový Joe (Karel Fiala), vestido de blanco impoluto, abstemio, tirador infalible y representante del refresco Kolaloka. La morena y la rubita caen inmediatamente rendidas ante sus encantos. Además de frustrar un atraco al banco del pueblo, Joe consigue que le sea concedida al padre de Winnifred la representación del refresco para Stetson City, con lo que la liga antialcohólica edifica un nuevo saloon en el que sólo se sirven bebidas no espirituosas y se escuchan bellos himnos.

La trama sufre un nuevo giro con la llegada al pueblo del hermano de Dough, Horac (Milos Kopecky), un mago conocido como “Hogofogo”, que echará una mano a la familia para recuperar a la clientela perdida. Horac es una especie de Fantomas del Lejano Oeste, mago del disfraz, protagonista de revistas ilustradas, ilusionista de recursos. Los hermanos Badman secuestran a Winnifred y Tornado Lou, despechada, jura venganza contra Joe Kolaloka. La tragedia se resolverá, burla burlando, deus ex machina y anagnórisis aristotélica mediante.

El reconocimiento de que los cuatro protagonistas son hermanos y el enriquecimiento repentino de todos gracias al capitalismo feroz –descubren un pozo petrolífero y un yacimiento de oro al mismo tiempo, ganan una fortuna en la bolsa y tienen la patente de la Kolaloka, capaz de resucitar a los muertos– hacen precisa una conciliación de intereses comerciales que se logra gracias a la invención de la WhisKola.

Rodada en scope y en blanco y negro con virados en colores intensos Limonádový Joe es un festín visual. Apenas hay plano en el que no se nos ofrezca un gag y el trabajo de encuadre y montaje son parigualmente imaginativos y juguetones. Lipský desmonta todos los tópicos del western –duelos, peleas, infalibilidad con el seis tiros– y del serial –secuestros, persecuciones, rescates in extremis, marcas de nacimiento– con un uso siempre fascinante de los recursos de la animación como el paso de manivela, la marcha invertida, las sombras chinescas o la integración de imagen real y grabados de sabor retro.


Limonádový Joe (Joe Cola-Loca, 1964) 
Producción: Studio Barrandov (CHE) 
Director: Oldrich Lipský. 
Guión: Oldrich Lipský y Jirí Brdecka. 
Intérpretes: Karel Fiala (Limonádový Joe), Rudolf Deyl (Dough Badman), Milos Kopecký (Horác Badman alias “Hogofogo”), Kveta Fialová (Tornado Lou), Olga Schoberová (Winnifred Goodman), Bohus Záhorský (Ezra Goodman), Josef Hlinomaz (Grimpo), Karel Effa (Pancho Kid), Waldemar Matuska (Banjo Kid). 
99 min. Blanco y negro + tintados.

9 de marzo de 2011

Ni colinas, ni botas


La collina degli stivali
/ Boots Hill (La colina de las botas, 1969), Giuseppe Colizzi
 

Cat Stevens (Terence Hill) se esconde en un pequeño circo de un grupo de forajidos liderados por Finch (Glauco Onorato) que quieren matarlo. El circo cuenta con un grupo de enanos que son los músicos y payasos del espectáculo, un puñado de chicas que bailan el alocado can-can, una troupe de trapecio volante y el maestro de ceremonias Mamy (Lionel Stander) que también ejerce de adivino como Simón Bocanegra,"el mago que lo averigua todo, el pasado, el presente y el porvenir… y lo que no sabe se lo inventa".

La película no es la típica comedia de la pareja Terence Hill y Bud Spencer –véase Lo chiamavano Trinità (Le llamaban Trinidad, 1970), de E.B. Clucher, y sus secuelas–. El asunto, en realidad, va de que el malvado ricachón Fisher (Victor Buono) quiere hacerse con todas las concesiones mineras de una zona rica en oro. Para ello utiliza todos los medios a su alcance, desde la amenaza hasta el asesinato, valiéndose de Finch y sus secuaces, para aterrorizar al pueblo.

Thomas (Woody Strode), el portor de los trapecistas, quiere proteger a Stevens, pero su osadía le cuesta la vida al acróbata ágil que cae desde lo alto después de que los pistoleros disparen a la cuerda de la que estaba sujeto. Más adelante, Thomas y Stevens se juntan con Arch Hutch (Bud Spencer) y entre todos –incluidos los mineros que salen de su letargo y la gente del circo– pondrán en jaque a Fisher, Finch y todos sus esbirros.

Difícil de ver y asimilar, este spaguetti western tiene algunas secuencias en las que su interés reside principalmente en el montaje. Un ejemplo es el intento de cruzar las imágenes de los trapecistas con escenas de pistolas y persecución o las imágenes de los enanos tocando música en el circo. Anterior a las películas protagonizadas por Trinidad, La colina de las botas, ponía fin a la trilogia de Colizzi con Hill y Spencer: Dio perdona... Io no! (Tú perdonas…yo no, 1967) con Frank Wolff y I quattro dell'Ave Maria (Los cuatro truhanes, 1968) junto con el gran Elli Wallach.

La collina degli stivali (La colina de las botas, 1969) 
Producción: San Marco /Crono (ITA). 
Director: Giuseppe Colizzi. 
Guión: Giuseppe Colizzi. 
Música: Carlo Rustichelli 
Intérpretes: Terence Hill (Cat Stevens), Woody Strode (Thomas), Bud Spencer (Arch Hutch Bessy), Eduardo Ciannelli (el juez Boone), Glauco Onorato (Finch), Alberto Dell'Acqua (Hans), Nazzareno Zamperla (Franz), Victor Buono (Sr. Fisher), Lionel Stander (Mamy), Antonio De Martino (payaso), Adriano Cornelli (payaso), Arnaldo Fabrizio (payaso), Dante Cleri (abogado de Fisher), Mirella Pamphili (cantante del circo). 
97 min. Technicolor.

4 de marzo de 2011

El demonio en mallas rosas


Heller in Pink Tights (El pistolero de Cheyenne, 1960), George Cukor

The Great Healy Dramatic and Concert Company es una pequeña compañía ambulante de teatro que interpreta la Ópera cómica”La Bella Helena de Troya” a finales del siglo XIX en el Oeste americano. La lideran Thomas 'Tom' Healy (Anthony Quinn) y Angela Rossini (Sophia Loren). En la primera secuencia, antes de los títulos de crédito, dos carromatos tirados por caballos huyen a toda velocidad de unos acreedores hasta que cruzan la frontera entre Nebraska y Wyoming.

En Cheyenne tienen la posibilidad de permanecer un tiempo en un teatro donde cambian el repertorio y se atreven con una intrépida versión de Mazeepa en la que Angela interpreta al protagonista. Atada al lomo de un caballo, Angela atraviesa la sala y galopa sobre una cinta rotatoria en el fondo del escenario emulando a la gran Adah Mencken, una poeta y actriz que tuvo gran éxito en los años sesenta del siglo XIX a ambos lados del Atlántico. Como Adah Menkes, Sophia Loren lleva en la escena unas ajustadas mallas rosas simulando la desnudez lo que consigue el aplauso enfervorecido del público.

La verdad es que Angela enamora a cualquiera que la mira. Con su pelo rubio, posa ante la cámara seduciéndola como ha hecho con Healy, con el maduro propietario del teatro, con el duro de la película, Clint Marbry (Steve Forrest), con los indios que atacan las caravanas…

En una partida de cartas, Angela se apuesta a si misma y pierde la mano ante Mabry que la busca con una estupida risita desde que la vio. Después de salvarles la vida ante un ataque de los indios, Mabry, empeñado en cobrarse la apuesta, provoca la humillación de Healy. Angela abandona la compañía. Se instala por su cuenta en Bonanza y alquila un teatro, gracias a los dineros del banquero interpretado por Ramón Navarro –la última aparición en la gran pantalla del Judás de Ben-Hur–, En este nuevo marco sucede en reencuentro con Hely y el resto de la troupe.

El único western de Cukor no destaca precisamente por la trama que nos lleva a este final feliz. Quizás, si no hubiera tenido la excusa de la compañía de teatro ambulante, Cukor no hubiera hecho ninguna película de este género. Se le nota perdido en las escenas de tiros o puñetazos, como nosotros. Lo interesante es disfrutar del tratamiento del color de toda la película y la dirección artística, del contraste entre el colorido del vestuario y atrezzo de la compañía y los tonos del desierto y del western en general.

Sin duda alguna, otra de las cosas que seguramente le animaron para hacer Heller in Pink Tights fue la participación de Sophia Loren, que aparece una y mil veces a lo largo de la película, bien porque el director estuviese hipnotizado como todos nosotros, bien porque uno de los productores de la película era Carlo Ponti, casado con Sophia desde 1957, que exigía una determinada cuota de pantalla para su actriz. Nosotros hemos aceptado esa cuota de pantalla y se la hemos ofrecido casi en su totalidad.

Entre los otros miembros de la troupe, además de Anthony Queen que se salva por los pelos –siempre parece preocupado y distante–, cabe destacar a la pelirroja Eileen Heckart, a la jovencísima Margaret O'Brien y al veterano Edmund Lowe que también se despediría del cine con esta película. Los tres dan un toque de distinción y de fino humor a la película en varias ocasiones.

Heller in Pink Tights (El pistolero de Cheyenne, 1960) 
Director: George Cukor.
Producción: Carlo Ponti y Marcello Girosi. 
Guión: Walter Bernstein basado en la novela de Louis L'Amour ,"Heller with a Gun". 
Intérpretes: Sophia Loren (Angela Rossini), Anthony Quinn (Thomas 'Tom' Healy), Margaret O'Brien (Della Southby), Steve Forrest (Clint Mabry), Eileen Heckart (Mrs. Lorna Hathaway), Ramon Novarro (De Leon), Edmund Lowe (Manfred 'Doc' Montague), George Mathews (Sam Pierce), Edward Binns (Sheriff Ed McClain), Warren Wade(Hodges), Frank Silvera (Santis, un minero), Robert Palmer (McAllister), Leo V. Matranga, Cal Bolder, Taggart Casey. 
100 min. Technicolor.