Annie Fratellini
Algiers (Argelia), 14 noviembre 1932
París, 30 junio 1997
Una augusta a todo color
Nieta de Paul Fratellini (1877-1940), payaso del famoso trío Los Fratellini, e hija de Victor Fratellini (1901-1978), también payaso, la vida de Annie Fratellini estaba marcada para la pista. Quizás, como muchas otras hijas del circo, soñaba con huir de las lonas y ser una estrella de la canción, de las variedades o del cine… y hacia allá conducía su carrera cuando, inevitablemente –la hija siempre vuelve–, se tropieza con Étaix en el rodaje de Le grand amour y se casa con el cineasta en 1969.
Antes, en 1948, había debutado en el Circo Medrano junto con Loriot. Ella misma dice: "Ces débuts, cette adolescence, cette dure école deboucherant sur un sens aign des responsabilities. Toujours assumer, quoi qu'il arrive". Annie se siente uan autómata, una tracción, no entiende bien porqué se dedica a esta profesión, le gustaría evadirse y comienza a descubrir, según ella misma, un nuevo teatro (Camus, Sastre, les ballets de Roland Petit), una nueva música (Satie, Berg, Honegger, Bartok, Mulhaud) y en 1951 Annie comienza a juguetear con el jazz.
Se casa, un poco forzada por su padre con el director de orquesta Philippe Brunn. En esa época se compone la canción "L'enfant de la balle" que relata la vida de la artista. Escuchando el tema, comprobamos cierta ironía y resentimiento a la que empezaba a ser su vieja profesión, el circo. En su debut en el Olympia en 1955 todavía mantiene el aspecto adolescente que tan bien viste las canciones francesas y al jazz.
Vuelve a intentarlo con un nuevo matrimonio, esta vez con el ayudante de dirección de la serie "Mlle. Sauris", Pierre Granier-Deferre, padre de Valerie, nacida en 1960, también artista de circo y que actualmente regenta una escuela de circo en Limours. En 1966, está de nuevo sola con Valerie: "Je travaillais dans quatre cabarets de la rive gauche, toutes les nuits me transportant de l'un à l'autre, avec concertinas et saxos, reintégrés dans mon tour de chant".
En YoYo realiza la grabación del tema principal en concertina y durante el rodaje de Le Grand amour, descubre a Étaix en toda su complejidad y Étaix le redescubre a su familia. Étaix era un verdadero especialista en los Fratellini y tan apasionado que "consideraba mi huida del circo como una traición. Me hace ver el circo de otra manera, con otros ojos, una mirada sin el peso de mi apelllido. Il me dit que j'etais née pour être clown, Pour etre se femme aussi. Je l'ai cru".
Como ya hemos dicho, Pierre Étaix, sublimando su pasión por el circo, abandona poco a poco su trabajo como director de cine y se transforma en cara blanca convirtiendo el sueño de YoYo en su realidad de cada día. Annie Fratellini está de nuevo en casa y trae la maleta llena de posibilidades, así que trabajan juntos como payasos en el Pinder y en numerosas Galas de Piste. En 1974 crea, junto a su marido, la Escuela Nacional de Circo Annie Fratellini & Pierre Étaix, que actualmente se conoce como Académie Fratellini, una escuela de circo de mucho prestigio. Dos años antes, en 1972, había tenido un encuentro con el Ministro de Cultura, Jacques Duhamen, que le abrió las puertas del Ministerio de Cultura francés a las artes circenses. Un apoyo que ha continuado hasta nuestros días (el trabajo de Jack Lang, ministro durante los años ochenta, también contribuyó a ello) y que ha obtenido unos resultados que están bien a la vista.
Dos payasos
En el libro dedicado a los payasos, Clowns & Farceurs, la pareja de payasos Fratellini y Étaix, son los protagonistas de un original prefacio de fotografías y texto. Las palabras, firmadas por Pierre Étaix, nos permitimos reproducirlas, que no traducirlas. Y una foto, para situar al lector ante este maravilloso libro y darle color a la entrada:
"D'abord un clowns est un clown et un auguste un auguste et pourtant un clown et un auguste ensemble sont des clowns.
Les clowns ne font pas un numéro mais des entrées. Faire le clown ça n'existe pas. On naît clown ou on n'est pas. C'est un etat. C'est un métier aussi. Rude métier. Oui rude métier que celui consiste etc… Le clown doit avoir le geste auguste du semeur de rire que l'auguste doit cultiver.
"Ça mange quoi un clown?" dissait une petite fille "Ça dort où?" demandait –elle encore. Ça mange ce que tu veux ça fait ce que tu veux à ton gré.
Un clown n'est pas triste. Pas spécialement. Ye voudrais bien connaître le premier imbécile qui a dit le contraire. Voulez vous me dire pourquoi un clown serait plus triste qu'un pharmacien? ou qu'un employé du gaz? Cependant j'ai rencontré des clowns tristes lorsqu'ils ne travaillaient pas et des employés du gaz tristes lorqu'ils travaillaient.
Beaucoup de gens auraient voulu être clown mais ils ne le sont pas. N'est pas clown qui veut Dieu Merci. Il y a des clowns célèbres, d'autres… Et enfin d'illustres inconnus. Mais tous sont genéralment méconnus.
Ils n'en souffrent pas du tout. Ils sont pourtant si cabots et si humbles à la fois. Ils ne s'accordent entre eux que peu de talent peu de mérites mais ils s'estiment réciproquement.
Ils savent tous qu'ils font "Le plus Beau Métier du monde".
Et si vous n'etiez pas clown que serviez vous?
Mais si je n'etait pas clown je ne serais pas"
Zazie dans le métro (Zazie en el metro, 1960), de Louis Malle
Tout l’or du monde (Todo el oro del mundo, 1961), de René Clair
Le grand amour (1969), de Pierre Étaix
I Clowns / Die Clowns (Los Clowns, 1971), de Federico Fellini
Henry & June (Henry y June, 1990), de Philip Kaufman
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