29 de agosto de 2024

El Águila Humana y Los Ángeles Volantes

Abajo espera la muerte / Delitto d’amore (Juan de Orduña, 1964)


Los Derroux acaban de plantar en Madrid la carpa de su Circo Internacional.


François (Amedeo Nazzari) es el empresario de éxito y su hijo Johnny “El Águila Humana” (Espartaco Santoni) el no menos exitoso trapecista que causa el pasmo del respetable. Para el nuevo espectáculo se incorpora desde Milán Barini (Roberto Rey), el célebre prestidigitador, que viene acompañado de su hija Lucía (Tere Velázquez). Ella era trapecista, pero tras la muerte de su madre, el padre se niega a que practique los ejercicios aéreos y la lleva como asistente en sus números de magia. Giorgio (José Moreno) —antes trapecista, ahora lisiado y ejerciendo contable— se siente inmediatamente atraído por Lucía.



Y como Johnny es un donjuán incorregible, ya tenemos el conflicto planteado. El día del debut en Madrid, se dispone a ejecutar su gran número, un doble salto mortal... sin red. Ante tamaña hazaña, Lucía cae rendida. Pero Johnny es también un as en los malabares... románticos. En ese momento mantiene en el aire a Lidia (Dominique Boschero), su compañera en el trapecio, a Cristina (Valeria Fabrizi), cantante de un night-club madrileño, e incluso a la vendedora de tabaco del local (Annie Gorassini). A ellas tendría que sumarse, en un más difícil todavía, Lucía. Pero ella se resiste. Johnny la invita entonces a subir al trapecio con el único fin de humillarla. 



Barini y su hija regresan a Italia. Él no encuentra trabajo como prestidigitador —parece que lo que pita son los números de levitación, faquirismo o catalepsia— y Lucía le convence de volver a subirse al trapecio. Lo hace en compañía de Guido y Yolock (Antonio Durán y Andrea Scotti) y con un suculento contrato en el Circo di Roma. “Los Ángeles Volantes”.



Entretanto, Johnny ha tenido una discusión con su padre. Se trata de una escena de alto voltaje emocional para la que nada nos ha preparado. Resulta que el carácter de Johnny ha sido moldeado por su padre para burlarse de las mujeres porque la mujer de François los abandonó. Ahora, el padre confiesa que es mentira, que fue él con su vida crápula el que propició abandono. Johnny se hunde en el alcohol y pronto es incapaz de realizar su número. El Circo Internacional se ve obligado a cerrar. Johnny viaja entonces a Roma para recuperar el amor de la triunfante Lucía. Ella decide regresar junto a él, pero ahora es Giorgio el que está dispuesto a hacer lo que sea para que ese amor fracase.



El veterano Juan de Orduña se permite algunas gollerías formales, como el movimiento que nos introduce en la carpa y nos muestra los trapecios en la cúpula, pero, sobre todo, nos deja contemplar algunos números prácticamente completos.



No hay elipsis en la progresión de los ejercicios aéreos ejecutados por la pareja holandesa Lilian y Alex Souren y el italiano Gianni Cosentino, que se presentaban como Los Zemganno en el Circo Darix Togni en la época del rodaje. Son siete minutos en los que Orduña introduce algunas reacciones del público y algún plano medio de Santoni, pero en los que, en general, la acción dramática queda en suspenso para que contemplemos desde la pista las evoluciones de los trapecistas allá, en lo alto.



Del número de Barini asistimos a la presentación de “El tambor misterio”. Lucía se mete en un saco negro que se cierra con una cuerda y es introducido en un recipiente cilíndrico. Barini se sube él, se rodea de una tela negra y en apenas unos segundos se produce el cambio prodigioso. Lucía está sobre el tambor y su padre metido en el saco.



En cambio, los payasos Emi-Goti-Cañamón, que figuran en lugar preeminente en los títulos de crédito, apenas aparecen como figurantes. De seguro su intervención desapareció en fase de montaje debido a la larga duración —105 minutos— de la cinta.



Como acabamos de ver, Abajo espera la muerte es un melodrama de ambiente circense. En febrero de 1964, cuando Orduña se disponía a asumir la realización de urgencia, ante la renuncia del director previsto inicialmente, esgrimía esta ambientación como uno de sus principales motivos para aceptar el encargo: “Lo que más me interesa en esta ocasión es tratar un tema que nunca había tratado: el del mundo del circo. Es a la vez un tema dramático y poético”. O sea, una declaración tan tópica como el propio argumento de los celos en el trapecio. 



Aunque el rodaje finaliza en mayo de 1964 y en 1966 la película se estrena en Italia, en España no llegará a las pantallas hasta 1970. Un estreno de tapadillo, en salas de programa doble en Barcelona y Madrid. La causa más plausible de esta dilación son los problemas económicos de la productora, que han provocado la huida de España de Espartaco Santoni en 1965. Pero aún queda otra vuelta de tuerca. La copia española resulta inaccesible y cuando la Mondial Video italiana decide lanzarla en VHS, utiliza un máster que recorta el formato anamórfico original (2,35:1) al propio de la pantalla televisiva (1,33:1), de modo que la mitad de la acción queda fuera del encuadre. Esta copia en italiano y prácticamente invisible es la que proyectamos anoche en nuestra carpa, pero es que a devoción por lo nuestro no nos gana nadie.



Abajo espera la muerte / Delitto d’amore (1964)
Producción Producciones Cinematográficas M.D. (ES) / Titanic Film (IT)
Director: Juan de Orduña.
Guión: Manuel Tamayo y Juan de Orduña, de un argumento de José Luis Madrid.
Adaptación y diálogos de la versión italiana: Pino Belli y Attilio Tellini.
Fotografía: Massimo Dallamano, Clemente Santoni.
Decorados: Alberto Boccianti, José Antonio de la Guerra.
Música: Carlo Savina.
Montaje: José Antonio Rojo, Niccolò Lazzari.
Intérpretes: Espartaco Santoni (Johnny Derroux), Amedeo Nazzari (François Derroux), Tere Velázquez (Lucia Barini), José Moreno (Giorgio), Valeria Fabrizi (Cristina), Dominique Boschero (Lidia), Roberto Rey (Alfredo Barini), Antonio Durán (Guido), Andrea Scotti (Yolock), Annie Gorassini (la vendedora de tabaco), Mario Morales (Claudio), Juan Cortés, Luis Rico, Romano Ghini, Bruno Smith, William Bonos, Francisco Quesada. Los trapecistas Gianni Cosentino, Lillian y Alex Souren, y los payasos Emi-Goti-Cañamón.
35mm. Color por Technicolor. Techniscope (2.35:1). 105 min

17 de agosto de 2024

Man on Wire


Man on Wire (2008), James Marsh


Man on Wire, un documental de James Marsh, mezcla de forma muy inteligente imágenes de la proeza de Philippe Petit cruzando sobre un cable la distancia de las Torres Gemelas con escenas dramatizadas y entrevistas a los protagonistas 30 años después. El resultado es un magnífico documental que ha recibido más de 20 premios en numerosos festivales del mundo entre los que destacan el premio en el Sundance Film Festival y el Oscar al Mejor Documental de 2008.


Como si de la planificación de un robo de alta escuela se tratase, Philippe Petit tardó seis años en planificar un sueño que le había obsesionado desde que se enteró de que iban a construir las torres. Mucho antes de que las Torres Gemelas fuesen el símbolo del skyline neoyorkino, este artista francés ya tenía en su cabeza la idea de cruzarlas.


James Marsh logra imprimir al documental un ritmo de thriller que nos hace seguir con entusiasmo la trama aunque ya sepamos el final. Philippe Petit no tenía permiso para realizar esta aventura de vértigo, así que tiene que preparar una estrategia pensada hasta sus últimos detalles y contar con una buena tropa de cómplices. 


El ritmo y el suspense que había en la realidad esa mañana del 7 de agosto de 1974 ha sabido capturarlo el director inglés James Marsh con un resultado excepcional. 

¿Cómo se cuela un grupo de personas en las Torres Gemelas? ¿Cómo se consigue meter en ellas una tonelada de material? ¿Y subirlo 110 pisos? ¿Y lanzar el cable de una torre a otra? Son preguntas que, desde la distancia y con las Torres Gemelas borradas del cielo de Nueva York, adquieren un interés inusitado, trepidante, tan vertiginoso como la excepcional acción de este genial artista. En el blog "maquinariadelanube" hacen una reflexión interesante sobre la poesía que encierra esta arriesgada hazaña que va mucho más allá del circo y del propio espectáculo.

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Man on Wire (2008) Producción: Wall to Wall (UK).
Dirección: James Marsh.
Guión: basado en el libro "To Reach the Clouds" de Philippe Petit.
Música: Michael Nyman y Josh Ralph.
Intérpretes: Philippe Petit, Jean François Heckel, Jean-Louis Blondeau, Annie Allix, David Forman, Alan Welner, Mark Lewis, Barry Greenhouse, Jim Moore y  Guy F. Tozzoli, como ellos mismos en imágenes de archivo y en las entrevistas. En las partes dramatizadas participaron los actores: Paul McGill (Philippe Petit), David Demato (Jean-Louis Blondeau), Ardis Campbell (Annie Allix), Aaron Haskell (Jean-François Heckel) y Shawn Dempewolff-Barrett (David Forman).
Color, 90 min.

10 de agosto de 2024

Cincuentenario de la desaparición del Price en un mundo confinado

En 1970 cerró el Circo Price de la madrileña plaza del Rey. La especulación inmobiliaria —¿le suena a alguien?— acababa con un siglo de fieras, payasos y trapecistas, pero también veladas de lucha y matinales de rock. Jaime de Armiñán levantó acta audiovisual de la última función. [http://www.circomelies.com/2014/10/adios-al-viejo-price.html]

A finales de 2019 Aránzazu Riosalido, promotora desde la Fundación AISGE de la reedición en 2014 de Biografía del Circo [http://www.circomelies.com/2023/06/biografia-del-circo.html], implica a Pepe Viyuela, con el que colabora en el documental de arqueología circense Marcelino, el mejor payaso del mundo (Germán Roda, 2020), en la creación de un espectáculo que sirva de conmemoración del quincuagésimo aniversario de la desaparición del tradicional coliseo. Para montarlo, nada mejor que el nuevo Price, el de la Ronda de Atocha. Con la complicidad de María Folguera, directora entonces del coliseo, ponen manos a la obra.

A partir del fatídico 14 de marzo de 2020 el proyecto, lejos de venirse abajo, se convierte en una especie de salvavidas para todos los participantes. La posibilidad de levantar un espectáculo circense, de ensayarlo y ponerlo en escena ante espectadores presenciales es remotísima, pero la esperanza es lo primero que nos negamos a perder. Y así, en un periodo de anormal “nueva normalidad”, el 14 de octubre se estrena Mil novecientos setenta sombreros para un público reducido y distanciado.

Pepitas de calabaza, que se había hecho cargo de la reedición de Biografía del Circo, ha tenido a bien reunir una colección de textos e imágenes que intentan reconstruir lo que fue aquel espectáculo dramático-circense que solo pudieron ver unos pocos. Están los dos pórticos: institucional el de María Felguera, y emocional el de Aránzazu Riosalido.



El dibujante Ángel Idígoras, de Payasos sin Fronteras, se encarga de trazar los perfiles gráficos y literarios de las principales figuras que pasaron por el Price, del augusto Charlie Rivel al faquir conquense Daja Tarto , de la écuyère empresaria Matilde de Fassi al autor de El Circo. Por supuesto, está también el texto dramático de Pepe Viyuela y Aránzazu Riosalido: la historia de un payaso en crisis en el mundo contemporáneo, que da nombre al volumen y son su justificación. Sin embargo, se nos antoja que el capítulo capital del libro es el “Ensayo alucinado” de Viyuela. El payaso riojano realiza aquí un triple salto mortal en el trapecio volante. La emoción es máxima. La probabilidad de que se estampe contra el suelo, altísima. Y sin embargo, lo ejecuta con la máxima limpieza: sus apenas veinte páginas constituyen toda una poética de lo circense en la que, de tanto en tanto, cuela una greguería de estirpe ramoniana.

En cuanto al texto del espectáculo, nos permite acercarnos a su sólida y consciente sustancia dramática, pero no a su vertiente circense. En el libro los números quedan apuntados en meras acotaciones.



Parece que el espectáculo fue grabado por Centro de Documentación de las Artes Escénicas y de la Música; sin embargo, no se ha publicado en su indispensable Teatroteca. Sería el acompañamiento perfecto para esta modélica —y harto económica, que no es hoy poca cosa— edición de Pepitas de calabaza, que incluye también un código que permite escuchar la partitura compuesta por Raúl Márquez para el espectáculo.

 

 

Pepe Viyuela, Aránzazu Riosalido:
Mil novecientos setenta sombreros
Logroño: Pepitas de calabaza, 2024.


2 de agosto de 2024

Entre liliputienses 3

 



Gulliver (1976), Alfonso Ungría

Por fin hemos podido ver Gulliver en una copia decente y hemos podido corroborar todo lo que ya habíamos comentado con respecto a esta extraña e inquietante película del "incomprendido" —según ha expresado él mismo— Alfonso Ungría.


En las anteriores entradas dedicadas a esta película [http://www.circomelies.com/2008/09/entre-liliputienses.htmlhttp://www.circomelies.com/2010/08/entre-liliputienses-2.htmlya hemos comentado los detalles más relevantes de Gulliver, pero verla en buena calidad, gracias a su emisión en el programa Historia de Nuestro Cine de La 2 el día 26 de abril de 2024, nos ha reconciliado un poco con el filme y nos ha permitido apreciar el colorido de la cinta y observar con detenimiento las evoluciones de la numerosa trup de pequeños.


Nos gustaría saber más particularidades de la película, sobre todo anécdotas del rodaje que impliquen a nuestros actores, así que seguiremos indagando y buscando referencias para compartirlas con ustedes.


Lo que sí podemos hacer para compensar la falta de buenas imágenes en las anteriores entradas es subir un buen ramillete de capturas para que se hagan una mejor idea de lo que hemos estado hablando durante estas tres entradas.