30 de septiembre de 2020

Luces suaves y dulce música

Soft lights and sweet music (1936), Herber Smith

Ha sido una grata sorpresa encontrarme esta película gracias a Youtube. Nunca podremos estar suficientemente agradecidos a este maravilloso invento que es internet. Ver para creer. Me encuentro con esto:


y, cómo no, me quedo maravillado con el numerazo de estos tres acróbatas. En los títulos de crédito pueden ser, por descarte, Karina & Co., pero el número se parece mucho al que realizaban en los años 30 Sylvia Manon & Co., o son ellos o se han inspirado en ellos. Este acto acrobático me parece fascinante y el original, que tuve la oportunidad de ver antes de que lo quitaran del youtube es simplemente insuperable. El baile acrobático de nuestros protagonistas de hoy se llama Danza Apache y la wikipedia nos ayuda a entender un poco de qué va la cosa: 

“Apache is a highly dramatic dance associated in popular culture with Parisian street culture in the beginning of the 20th century. The name of the dance (pronounced ah-PAHSH, not uh-PATCH-ee, like the English pronunciation of the Native American tribe) is taken from a Parisian street gang (see Apache (gang)), which in turn was named for the American Indian tribe due to the perceived savagery of the hoodlums. The term came to be used more generally to refer to certain vicious elements of the Paris underworld at the beginning of the 20th century.

The dance is very brutal to the woman, and sometimes said to reenact a “discussion” between pimp and prostitute. It includes mock slaps and punches, the man picking up and throwing the woman to the ground, or lifting and carrying her while she struggles or feigns unconsciousness. In some examples, the woman may fight back.”

Consigo la película tras meses de caza y me encuentro con un magnífico documento histórico, con apenas hilo argumental, que recoge diferentes actuaciones de variedades de la década de los treinta. En la película, dirigida por Herbert Smith, aparecen los geniales Wilson, Keppel and Betty, de los que nos ocuparemos próximamente, los Western Brothers, Billy Bennet, Turner Layton, Elisabeth Welch, Los Five Charladies, los Four Flash Devils (abajo podéis ver su actuación), los acróbatas sobre tapiz Four Robinas y otros habituales de la escena de variedades británica. Los maestros de ceremonias son los hermanos Western y Ambrose y su orquesta, una impecable formación musical que sigue los pasos del compositor e inventor Raymond Scott, autor de muchas de las bandas sonoras de dibujos animados de los Looney Toons.


13 de septiembre de 2020

La ordenanza 253


Jeanne Eagels (1957), George Sidney 

La ordenanza 253 castiga los delitos de obscenidad e indecencia en el estado de Kansas. Así que cuando la Princesa Dardanella muestra su “secreto” a la selecta concurrencia la policía irrumpe en la feria de Sal Satori (Jeff Chandler) y se la lleva detenida con su sucinto vestuario.


Para sacarla del trullo el locuaz Sal hace que el juez compare la belleza clásica de la Venus de Milo con la carnal de Jeanne Eagels (Kim Novak), pues este es el verdadero nombre de la odalisca sicalíptica.
 —Olvídese de los brazos, claro— puntualiza al babeante juez.

 

La ilusión de la Jeanne ficticia —porque existió una Jeanne auténtica, de vida igualmente trágica— es convertirse en una auténtica actriz de Broadway, triunfar en esa calle 42 en la que los hermanos Marx, Fannie Brice y W.C. Fields ocupan las marquesinas. Lo conseguirá a costa de lo que sea.


Aunque tenga que olvidar a Sal, que le ofrece una vida estable, cuyo primer jalón es una montaña rusa en Coney Isalnd.


Aunque tenga que pasar por encima de la estrella malograda Elsie Desmond (Virginia Grey) y robarle “Rain”, una obra de Somerset Maugham que supondrá su consagración.


Pero como en todo biopic hollywoodense la ambición pasa factura, la vida de la señorita Eagels se convierte en un torbellino de orgías, alcohol, drogas y adscripción a la lista negra del sindicato de actores. Sólo la ayudará a salir del pozo el fiel Sal, que tiene grandes proyectos y un teatro de variedades. Allí acaba sus días la Jeanne Eagels ficticia, interpretando escenas de sus obras más conocidas y compartiendo escenario con la foca Sammy y otros ocho números de variedades selectas.


Como las estrellas siguen brillando mucho tiempo después de haberse extinguido Sal entra en el cine con los morbosos espectadores que acuden a ver su última película.


Como película, Jeanne Eagels nos ha resultado bastante insatisfactoria. Pese a la suntuosa reconstrucción de las barracas de feria y los parques de atracciones que tanto nos atraen, George Sidney no es capaz de exprimir un guión más atento al regodeo sádico en la caída de la actriz que a las posibilidades de la historia. Eso sí, aquellos de ustedes dados a la mitomanía cinematográfica pueden disfrutar de una escena en la que Frank Borzage dirige a la estrella en la silente Man, Woman and Sin (1927) que en realidad fue dirigida por Monta Bell.  


Jeanne Eagels (1957) 
Producción: Columbia Pictures EEUU) 
Director: George Sidney. 
Guión: Daniel Fuchs, Sonya Levien, John Fante. 
Intérpretes: Kim Novak (Jeanne Eagels), Jeff Chandler (Sal Satori), Agnes Moorehead (Nellie Neilson), Charles Drake (John Donahue), Larry Gates (Al Brooks), Virginia Grey (Elsie Desmond), Joe De Santis (Frank Satoris), Murray Hamilton (Chick O'Hara), Heinie Conklin (Joe, un empleado de la feria), William 'Tex' Carr (el comefuegos), Gene Lockhart. 
108 min. Blanco y Negro.