27 de febrero de 2011

Buffalo Bill en los libros


Puestos a indagar en la vida y milagros de nuestro héroe de estos días nos hemos encontrado –gracias a la colaboración de la bibliografia de R. Toole Stott– que se le atribuyen más de una decena de ediciones de diferentes de su autobiografía. Nuestras limitaciones presupuestarias nos han obligado a centrarnos en dos de ellas que están disponibles en internet. Son precisamente las más tardías –la primera está fechada en 1879–, pero de la que nos ocupamos primero, publicada en
1917, el mismo año de su muerte, puede darnos una relación de los hechos más o menos ajustada a la realidad. Según Toole Stott, esta edición contiene la autobiografía original publicada en 1879 y la extendida publicada en 1888. Nosotros para nuestros comentarios en las entradas hemos utilizado la segunda, que nos ha parecido más "aprovechable" para nuestras necesidades literarias.

The Life and Adventures
of
"BUFFALO BILL"

Colonel William F. Cody
His Story shows his Devotion to Duty as a Child when Supporting
his Widowed Mother, his Valuable Services to the Government
while riding in the Famous "Pony Express" and Vividly
Portrays his Thrilling Experiences as Hunter and
Scout while acting as Guide to the Army and
Trains of Prairie Schooners -- His many
Hair-breadth Escapes and Fights with
Indians, Desperadoes and while
Hunting Buffalo and other
Wild Animals, as well as
his Later Triumphs in
Conducting the Tours
of his Great Wild
West Exhibition
in the United
States and
Europe.
The whole work comprising an Authentic History of many Events inseparably interwoven with the Exploration, Settlement and Development of our Great Western Plains.
1917
Chicago, Homewood Press, 1917


El capítulo que más nos interesa es el dedicado al Wild West Show que acaba a su vuelta del primer viaje que realizó a Europa, a Inglaterra, donde cosechó éxitos importantísimos ante la realeza británica. Desgraciadamente no tenemos una versión del interesado en su segundo viaje a Europa cuando recaló en Barcelona. Aquí está el capítulo:


y aquí, desde al principio al final:



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en el proyecto Gutemberg encontramos la realizada en 1920 ilustrada por N.C.Wieth

Colonel W. F. Cody:

An Autobiography of Buffalo Bill

Nueva York, Cosmopolitan Book Corporation, 1920





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Pero a la hora de la verdad sobre todo para conocer la experiencia de Buffalo Bill en Barcelona hemos tenido que recurrir a "Aquell Hivern… L'espectacle de Buffalo Bill a Barcelona" de Jordi Marill Escudé. Mientras Jose M. Armero en "Cien años de circo en España" nos cuenta hasta el cementerio donde están enterrados los indios, Jordi Marill Escudé nos convence de que en Barcelona no se murió ningún indio, que los indios se murieron en Marsella. Escudé situa muy bien el acontecimiento dentro de la política catalana del momento y hace un recorrido muy meticuloso de la estancia de Buffalo Bill en Barcelona descubriéndonos detalles muy interesantes. Además nos enseña las únicas fotos que conozco del paso del héroe por España. Muy recomendable.




MARILL ESCUDÉ, Jordi:
Aquell Hivern. … L'espectacle de Buffalo Bill

J. J. de Olañeta Editor, Palma de Mallorca, 1998


25 de febrero de 2011

La vida de Cody



Buffalo Bill (Las aventuras de Buffalo Bill, 1944), William A. Wellman 

Esta película le hubiera gustado a Buffalo Bill. Su propia vida fue una mezcla de leyenda y realidad y esta película es fiel a eso. Aunque a uno le cuesta imaginarse a la auténtica Louisa Federici (en la película, Maureen O'Hara), la esposa de Cody, pariendo a su primer hijo en una cueva con comadronas indias, Buffalo Bill retrata a nuestro héroe como todos lo imaginamos y como él hubiera deseado: fiel a los indios y a su esposa, un aventurero explorador éticamente intachable. En una vuelta de tuerca algo desmedida y paradójica, podría parecer el primer ecologista de la historia americana a pesar de haber contribuido notablemente a la extinción de los buffalos. Y es que la película toma partido por los indios y se convierte en la película de indios por antonomasia, la película sobre la que dibujábamos nuestros juegos de indios y vaqueros. Los indios, liderados por "Yellow Hand", un joven Anthony Queen, que también interpreta a otro jefe indio, "Crazy Horse", en They Died With Their boots On (Murieron con las botas puestas, 1941), son retratados por Wellman en todo su esplendor, con su noble apariencia, cientos de ellos, con sus coloridas plumas y su morena seriedad.

También toma partido por los búfalos y se detiene un tiempo en denunciar cómo la caza del bisonte y del búfalo se convirtió en un deporte de moda llegándose a cazar 5000 piezas en un mes. Curiosamente a Buffalo Bill se le atribuyen ese mismo número de búfalos a él sólo y por eso se ganó el apodo.

Las escenas de acción, las cargas del Séptimo de Caballería –estamos seguros de que a los guionistas no les importa si era el Cuarto–, la batalla cuerpo a cuerpo entre "Yellow Hand" y Buffalo Bill (Joel McCrea) ocupan la primera parte de la película y son trepidantes, te transportan de nuevo a un mundo de juegos donde el ruido de los rifles se mezcla con los aullidos de los nativos.

Maureen O'Hara está guapísima en ese viejo technicolor que baña todo el film, lo mismo que la jovencísima Linda Darnell, que interpreta a una inverosimil profesora india para niños blancos que no sabemos qué pinta en la película, excepto para que admiremos su belleza y para acentuar con su muerte –también inverosimil– la injusticia de la historia.

La segunda parte comienza cuando el sargento Chips encuentra la publicación de Ned Buntline (Thomas Mitchell) sobre Buffalo Bill en un puesto de revistas en el este de los Estados Unidos. Buffalo Bill se convierte en un fenómeno mediático de la noche a la mañana. Un montaje de portadas de periódicos y pancartas de bienvenida ayudan a que transcurra el tiempo, Como más tarde, la sucesión de imágenes de la campaña de desprestigio que urden contra él en la prensa. Y antes, con papelitos escritos a mano, carteles, invitaciones… ¡La película está plagada de textos! Deprimido, refugiado en el alcohol y la soledad, en su camino se cruza con una feria. En el puesto de tiro entrega su medalalla del Congreso para conseguir unas tiradas. No se creen que es Buffalo Bill y tiene que hacer una demostración de puntería. Necesita trabajar así que se asocia con el feriante y se presenta como gran atracción, montado en un caballo de cartón piedra. El número no funciona cómo esperaban hasta que aparece su mujer para sujetar una moneda de dólar entre los dedos. Ella la cambia por un penny, una moneda más pequeña y le dice: "Shoot, Bill". Y Bill, dispara.

Para finalizar, el director nos resume –para nuestra desgracia– los casi treinta años que Bill pasó dirigiendo su propio espectáculo, con el que triunfa por toda América y Europa, con un nuevo montaje. Esta vez es una edición de imágenes animadas con algunas escenas circenses, no muchas, que se remata con un discurso un tanto anodino de Buffalo Bill.


Buffalo Bill (Las aventuras de Buffalo Bill, 1944) 
Producción: 20th Century Fox (EEUU). 
Dirección: William A. Wellman. 
Guión: Æneas MacKenzie, Clements Ripley y Cecile Kramer. 
Intérpretes: Joel McCrea (William Frederick 'Buffalo Bill' Cody), Maureen O'Hara (Louisa Frederici Cody), Linda Darnell (Dawn Starlight), Thomas Mitchell (Ned Buntline), Edgar Buchanan (Sargento Chips McGraw), Anthony Quinn (Jefe Yellow Hand), Moroni Olsen (senador Frederici), Frank Fenton (Murdo Carvell), Matt Briggs (General Blazier), George Lessey (Mr. Schyler Vandervere), Frank Orth (Sherman, propietario de la barraca de tiro). 
90 min. Technicolor

22 de febrero de 2011

Cuando el Salvaje Oeste se instaló en el Paseo de Gracia

“Ayudaba a la ilusión en París –supongo que aquí harán otro tanto-, la instalación de la compañía en tiendas o chozas imitadas a las auténticas, en las cuales viven en encantadora promiscuidad civilizadores y civilizados, rendidos los odios comunes ante el cebo del también común negocio”.

Juan Sardá, en la crónica para “La Vanguardia”

del espectáculo parisino de Buffalo Bill

Buffalo Bill estuvo en Barcelona en las Navidades de 1889. El espectáculo se programa durante cinco semanas improrrogables. La entrada general cuesta una peseta y los asientos, según proximidad a la pista, desde 5,10 hasta 2,10. No es un precio barato porque la entrada para el Liceo cuesta una peseta y las representaciones de la zarzuela de gran espectáculo “Los sobrinos del capitán Grant” en el Tívoli, son dos reales. La troupe se instala en un solar en la confluencia de las calles Roselló y Aribau, con entrada por Muntaner.

La Gran Exhibición Norteamericana de las animadas escenas y costumbres de la vida de los indios fronterizos 
El espectáculo procede de la Gran Exposición Universal de 1899, en París. La visita al Viejo Continente tiene fines exclusivamente comerciales pero es conveniente teñirlos con una pátina antropológico-folklórica que inspira el subtítulo con el que se presenta el Salvaje Oeste de Buffalo Bill: “Gran Exhibición Norteamericana de las animadas escenas y costumbres de la vida de los indios fronterizos”. Compiten de este modo con el otro gran éxito de la exposición –Torre Eiffel, aparte–, el “village nègre”, una especie de zoológico humano que permite a los visitantes asistir al extraño desenvolvimiento cotidiano de 400 indígenas no sabemos si africanos o australianos a los que se presume caníbales y otras lindezas.

Este colonialismo vergonzante es clave en el enfoque promocional del espectáculo. Un corresponsal de “La Vanguardia” asiste a uno de los pases parisinos y avanza a los espectadores barceloneses el 15 de diciembre de 1899 lo que se van a encontrar. Vaya por delante un ejemplo para que se hagan ustedes a la idea de la distancia irónica con que los europeos reciben el espectáculo:

“Auténticas serían también las danzas y simulacros de costumbres que representaban y representarán aquí probablemente, aquellos apreciables pieles rojas, y de su autenticidad respondía lo monótono y tonto, aunque singular y característico, de la pantomima. Pero en cambio, la parte que cabe llamar ecuestre y bélica no sólo era singular y característica sino animada y vibrante como pocos espectáculos”.

Y es que el espectáculo ecuestre se llevaba la parte del león. En la época previa a la invención del cinematógrafo y, por tanto, del genero cowboyeril –recordemos que el catalogado como primer western es The Great Train Robbery (Asalto y robo de un tren, 1903), producido por Edison y dirigido por Edwin S. Porter– ver a los indios cabalgando a pelo sobre sus mustangs, ejecutando toda clase de acrobacias, al tiempo que disparaban y aullaban debía ser un exhibición francamente inusitada. Se trataba de un centenar de indígenas norteamericanos de diversas tribus. Entre ellos, una treintena de arapahoes con su jefe “Black Heart” a la cabeza. También había un hechicero de la tribu de los sioux y un grupo de indios Cheyenne capitaneados por el jefe “Eagle Horn”.

Al mando del grupo de los cowboys que se enfrentan a ellos, Buck Taylor, que encarnaba al General Custer. Destacaba por su estatura –mínima– Bennie Irving, presentado como “el cowboy más pequeño del salvaje Oeste”. Estas exhibiciones tenían lugar durante la parada inicial y también en el marco de pequeños cuadros dramáticos, como el asalto a la diligencia de Deadwood, el ataque a la cabaña de unos pioneros o la caza de un bisonte. Las otras atracciones incluyen un rodeo, doma de potros, exhibiciones de lazo y látigo y, por último, las de puntería. En esta especialidad destacaban Annie Oakley y el propio coronel Cody. Un jinete al galope iba lanzando patatas al aire y Buffalo Bill, también a caballo, las hacía estallar en el aire.

“Termina el espectáculo con el desfile desordenado de todos los indios, vaqueros y mejicanos. Formando tres círculos concéntricos, corren los jinetes en opuestas direccionas con rapidez vertiginosa, lanzando aullidos salvajes. Es de ver flotando al aire las plumas y las cabelleras de los indios, entremezclándose los brillantes colores de los tragas, a los pálidos rayos del sol muriente. Parece imposible que no haya la más leve confusión, que puedan dar vueltas con la seguridad de una rueda sin qua uno interrumpa un solo instante el paso del otro. Por fin, en informe pelotón regresan a las cuadras, sobresaliendo entre todos la varonil y gallarda figura de Buffalo Bill”.

El espectáculo despertó sin duda la curiosidad de los barceloneses que, en el día inaugural, se acercaron en número cercano a los siete mil al hipódromo instalado en las proximidades del Paseo de Gracia. Sobre esta visita han corrido cientos de leyendas. Una de ellas, que el Abuelito (http://eldesvandelabuelito.blogspot.com/) se encargó de recordarnos, que varios sioux murieron de viruela durante la estadía y estarían enterrados un cementerio barcelonés en lugar de corretear por las verdes praderas de Manitú. O que el jefe de pista, el coronel Frank Richmond, fallecido también en la ciudad condal fue embalsamado y facturado hacia Estados Unidos. O que los temibles pieles rojas secuestraban a los niños para beberse su sangre.

Jordi Solé las ha utilizado como materia novelable en "Barcelona Far West", de reciente edición. Tuvo la cosa –estamos en España– su parte chusca. El diario “El Diluvio” publicaba el 28 de diciembre una inocentada en la que informaba que no menos de la quinta parte del total recaudado en las dos primeras funciones se había pagado con monedas y billetes falsos: "Se conoce que la gente maleante aprovechó la ocasión de tratar con indios para engañarles como a chinos". De esta falsa noticia se hicieron eco otros periódicos por lo que el asunto fue publicado y desmentido en varias ocasiones, lo que hizo que aún se dé por cierto. 

Colofón 
La verdad es que negocio hubo, pero no el esperado. A causa de la gripe, porque varias funciones debieron de suspenderse por la lluvia… Para rematar la broma, el Circo Ecuestre barcelonés preparó con urgencia una parodia del espectáculo vaquero y lo estrenó el día 28 de diciembre. Todo el elenco del Ecuestre, capitaneado por Henry Cotterly y el Sr. Alegría, participaba en la parodia indiana que tuvo un éxito enorme. Cuenta Jordi Marill Escudé (Aquell Hivern…, 1999) que Red Shirt acudió a ver el espectáculo del Circo Ecuestre y que se partía de risa. El espectáculo se mantuvo en cartel hasta el día 19 de enero. El de Buffalo Bill anunció su despedida para el día 20 de enero de 1890. Desde Barcelona las huestes del Salvaje Oeste partieron hacia Italia. En Roma actuaron ante el Papa León XIII. En Florencia, Bolonia, Verona, Viena contrataron estancias de aproximadamente una semana antes de emprender viaje a Alemania, donde remodeló todo el espectáculo incluyendo también jinetes asiáticos.

19 de febrero de 2011

Buffalo Bill en el vientre de París


Touche pas à la femme blanche
/ Non toccare la donna bianca (No tocar a la mujer blanca, 1974), Marco Ferreri
 

A la altura de 1973 del pasado siglo parecía que el imperio norteamericano había llegado a su fin. Bajo la presidencia de Nixon, con un “Yankee Go Home” que se había convertido en eslogan de moda en el mundo entero, varias fueron las revisiones que se realizaron sobre uno de los mitos fundacionales de los Estados Unidos y el genocidio indio.

Después de su inmersión sadiana en La grande bouffe (La gran comilona, 1973), Ferreri y Azcona organizan una carga en toda regla contra los bufones del ejército y sus intereses políticos. Para ello recrean la batalla de Little Big Horn en el solar que acaba de dejar en el centro de París la demolición del mercado de Les Halles.

El General Custer (Marcello Mastroianni) llega en tren a París para hacerse cargo de la lucha contra los indios de Sitting Bull (Alain Cuny), que han tomado el centro de la Ciudad de la Luz. La sirve de guía un agente de la CIA (Paolo Villagio) cuya cobertura es un título de antropólogo. Compite por el amor de la bella Marie-Hélène de Boismonfrais (Catherine Deneuve) con su archirrival por el favor del público, el bufón William “Buffalo Bill” Cody (Michel Piccoli).

Buffalo Bill actúa en una cava parisina donde da lectura a algunos fragmentos de su autobiografía. Custer se ve obligado a asistir a esta “pantomima”, donde su vanidad ha de hacer frente a los embates del narcisismo de Cody. Más tarde se presenta, con banda propia que interpreta la “marcha de Buffalo Bill”, en la librería donde Custer presenta su libro. Buffalo Bill viene acompañado por Calamity Jane (Eve Vergel), que, según las habladurías, es su amante. No contento con haber fastidiado a Custer en estas escaramuzas se planta en el lugar de la batalla acompañado de su banda de música y con un gran bisonte montado sobre una camioneta, precipitando el ataque contra los indios.

Buffalo Bill es un histrión hasta el final. Herido de muerte, aprovecha para meter mano a la bella Marie-Hélène y proclama a los cuatro vientos que, ante tamaña aventura, esta noche el teatro se le va a quedar chico.

La caída del imperio americano, a lo que se ve, no fue más que un espejismo, pero sirvió, al menos, para que Ferreri y Azcona crearan este esperpento memorable y olvidado, un western cien por cien político en una carrera que derivaba por momentos hacia el nihilismo sin retorno.

Aquí tienen un documental de la época que hemos encontrado en los archivos de la INA, el Institut national de l'audiovisuel de Francia (http://www.ina.fr/): http://www.dailymotion.com/video/xff7wf_film-de-marco-ferreri-touche-pas-a-la-femme-blanche_newsY aquí, el trailer de la película con una excelente secuencia final que merece la pena ver —si les ha gustado el aperitivo— en este otro enlace en el que podemos disfrutar de toda la escena: http://www.youtube.com/watch?v=hSqMWoTDD5w


Touche pas à la femme blanche / Non toccare la donna bianca (No tocar a la mujer blanca, 1974)
Producción: Mara Films (FR) / PEA (IT) / Les Films 66 (FR) / Laser Productions (FR) 
Director: Marco Ferreri. 
Guión: Marco Ferreri y Rafael Azcona. 
Intérpretes: Catherine Deneuve (Marie-Hélène de Boismonfrais), Marcello Mastroianni (General George Armstrong Custer), Michel Piccoli (coronel William “Buffalo Bill” Cody), Philippe Noiret (General Terry), Ugo Tognazzi (Mitch, el explorador), Alain Cuny (Sitting Bull), Serge Reggiani (un indio), Darry Cowl (comandanteArchibald), Henri Piccoli (el padre de Sitting Bull), Franco Fabrizi (Tom), Paolo Villaggio (un agente de la CIA), Franca Bettoja (Rayo de Luna), Calamity Jane (Eve Vergel), Vedres et Boutang. 
108 min. Eastmancolor

18 de febrero de 2011

Caballos artistas



Con un pequeño prólogo de Roy Rogers, el famoso actor vaquero que triunfó en Estados Unidos junto a su caballo Trigger, este libro de Charles Philip Fox nos muestra en imágenes la historia del caballo en el mundo del espectáculo, desvelándonos la importancia y protagonismo del animal equino a través de los siglos. Los numerosos grabados y fotografías que contiene el libro nos llevan a admirar el porte, la nobleza y la habilidad de este bello animal.


PHILIP FOX, Charles:
A Pictorial History of Performing Horses
Bramhall House, New York, 1960

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Este volumen es uno de los libros de historia del circo que todo buen aficionado debería tener en su biblioteca. Con un texto claro y preciso, acompañado por multitud de fotografías, los autores nos hacen recorrer sin sobresaltos la atractiva historia del circo.


CROFT-COOKE, Rupert y Peter Cotes:
Circus. A World History
Macmillan Publishing Co., Inc. New York, 1976

16 de febrero de 2011

Paul Newman es Buffalo Bill

Buffalo Bill and the Indians, or Sitting Bull's History Lesson (Buffalo Bill, 1976), Robert Altman 


Robert Altman’s Absolutely Unique and Heroic Enterprise of Inimitable Lustrel 
Realizada el mismo año en el que se conmemoraba el 2º. Centenario de la Declaración de la Independencia de los Estados Unidos de Norteamérica, la película de Robert Altman tuvo una pobre acogida por el público y por una crítica que no supo valorar la ironía y la sátira que el director quiso imprimir a la historia de su país. Después de Nashville (1975), una película coral –tanto por la música como por la participación de numerosas estrellas– que sí tuvo el beneplácito de público y crítica, Altman se enredó en un ejercicio de revisión de la historia utilizando un personaje que ya de por si había reescrito la Historia a su medida: el legendario Buffalo Bill.

El Wild West Show está ultimando los preparativos para su gran espectáculo. Una troupe de indios ataca a unos pobres colonos en un ensayo que acaba con uno de los extras pisoteado por los caballos. Ned Buntline (Burt Lancaster) explica a sus contertulios –hasta el desmayo– cómo creó la leyenda de Buffalo Bill. Annie Oakley (Geraldine Chaplin) y Frank Butler (John Considine), “el blanco humano más apuesto del mundo”, ensayan un nuevo número de puntería en el que Annie apunta mirando el reflejo de un espejo. El manager y productor Nate Salisbury (Joel Grey) recorre el inmenso decorado al aire libre con una gigantesca bocina con la que da órdenes a todos los participantes intentando poner orden en un caos de artistas y extras. Mientras, un apuesto Buffalo Bill (Paul Newman) que sueña con tener la cabellera tan larga como el general Custer, se rodea de tragos –uno al día, pero descomunal– y sopranos que no paran de cantar y compartir su cama. Enemigos en el ‘76, amigos en el ‘85 
Todo se revoluciona cuando se corre la voz que el gran jefe indio Sitting Bull (Frank Kaquitts ) va a participar en el show. El ensayo va bien porque han dado los caballos lentos a los indios. Todo el mundo está contento –en especial el “tío” Bill Y Salesbury– porque el negocio va sobre ruedas y con la incorporación de Sitting Bull se espera doblar la asistencia. El primer encuentro con el jefe ya supone un malentendido. Todo el mundo cree que el jefe es su intérprete (Will Sampson) que es bastante más alto que Sitting Bull y, evidentemente, más hablador.

Cuando Sitting Bull se acerca a parlamentar con Buffalo Bill sorprende a todos con sus peticiones, entre las que se incluye hablar con el presidente de los Estados Unidos con el que ha soñado que se va a encontrar en el espectáculo. También explica que la historia no fue tal y como la están contando en el espectáculo y exige algunos cambios: “ Los ríos fluyen con la sangre de mi gente. El viento sopla los ecos de las mentiras. El hombre blanco ha robado la verdad.” Sitting Bull quiere que los malos del espectáculo sean los blancos.

La luna de miel del presidente 
Como había soñado Sitting Bull, el presidente de los Estados Unidos, Grover Cleveland (Pat McCormick), y su nueva esposa anuncian su visita al espectáculo de Cody. Durante y después del espectáculo, Robert Altman nos regala una sucesión de secuencias con mucha intención. En una de ellas, Sitting Bull dirige unas palabras que nadie entiende al presidente y acto seguido le apunta con su revólver… pero dispara al cielo. En otra, la señorita Cavalini canta un aria para entretenimiento de los invitados, lo que provoca la excitación de Buffalo Bill. La señorita Cavalini rechaza la invitación de Cody porque su relación secreta con el general que acompaña al presidente ya es lo suficientemente salvaje, según le dice. Los diálogos y las líneas de cada personaje en toda esta segunda mitad están llevadas con un tono de comedia ácida que no gustó a muchos americanos, pero a nosotros nos encanta.

Buffalo Bill es Hollywood antes de Hollywood. Un star system de una sola estrella.

Bill and the Indians, or Sitting Bull's History Lesson (Buffalo Bill, 1976) 
Director: Robert Altman 
Producción: Dino de Laurentiis Guión: Alan Rudolph y Robert Altman sobre la obra "Indians" de Arthur Kopit 
Intérpretes: Paul Newman (William 'Buffalo Bill' Cody), Joel Grey (Nate Salisbury), Kevin McCarthy (comandante John Burke), Harvey Keitel ('el sobrino' Ed Goodman), Allan F. Nicholls (periodista) Geraldine Chaplin (Annie Oakley), John Considine (Frank Butler), Will Sampson (William Halsey), Burt Lancaster (Ned Buntline), Frank Kaquitts (Sitting Bull), Will Sampson (intérprete de Sitting Bull), Robert DoQui (Oswald Dart), Mike E. Kaplan (Jules Keen), Bert Remsen (Crutch), Denver Pyle (McLaughlin), Noelle Rogers (Lucille DuCharme), Evelyn Lear (Nina Cavalini), Pat McCormick (el presidente Grover Cleveland), Shelley Duvall (Mrs. Cleveland), Bonnie Leaders (Margaret), Michael J. Kaplan (el tesorero), Alex Green (especialista), Gary Mackenzie (especialista) 
123 min. Color

13 de febrero de 2011

"Buffalo Bill"

William F. Cody "Buffalo Bill" Iowa, Estados Unidos, 26 de febrero de 1845 – Denver, Estados Unidos, 10 de enero de 1917


Los indios de la pradera 
William Frederick "Buffalo Bill" Cody nació el 26 de febrero de 1845 en Le Claire, Iowa, justo el mismo año en el que este estado fronterizo se convierte en el nº. 29 de los Estados Unidos. A la edad de seis años su familia se mueve a Kansas, un territorio todavía virgen y donde diferentes tribus amerindias (los Kansa, los Osage, los Pawnee y los Wichita) vivían relativamente en paz, antes de que los Estados Unidos decidieran convertir este espacio en una gigantesca reserva india y mandasen hacia allá a todas las tribus indias que les molestaban.

El padre de William tenía negocios con los indios Kickapoos, así que, desde niño, nuestro joven héroe aprendió su idioma y sus costumbres. En su autobiografía –en una de ellas porque se le atribuyen unas cuantas–, sus primeros recuerdos son para los indios: "I remember that there were Indians all about us (…) But they bore no hostility toward anything save work, soap and water" (Col. W.F. Cody, An Autobiography of Buffalo Bill, 1920). Unos recuerdos, por lo que se ve, llenos de los prejuicios y tópicos racistas de su época. Kansas por ese tiempo era un territorio violento (Bleeding Kansas), donde los esclavistas y los abolicionistas tenían numerosos enfrentamientos, uno de los cuales acabó con el apuñalamiento de su padre, produciéndole heridas que más tarde, en 1857, acabaron con su vida.

Explorador y cazador de búfalos 
A raíz de este hecho, William, con tan solo 11 años, comienza trabajar para ayudar a su familia en numerosos oficios. Mensajero, guía explorador, subastador de ganado, buscador de oro, etcétera. A los 14 años trabaja brevemente para la mítica compañía de mensajería Pony Express consiguiendo una de sus primeras hazañas: cabalgar durate 300 millas sin descanso al descubrir que las estaciones de posta habían sido atacadas por los indios. Durante la Guerra Civil americana, William F. Cody estuvo del lado de la Unión trabajando como guía y explorador.

En 1863, a la muerte de su madre, se alistó –como civil– en la Caballería de Kansas, donde pelea hasta el final de la guerra. Esta experiencia militar le permitirá continuar como explorador en el ejército de los Estados Unidos, a la vez que cazaba bisontes para los trabajadores de la nueva línea de ferrocarril que quería unir Kansas y el Pacífico. La caza de los más de 4.000 búfalos que se le atribuyen le hizo merecedor del apodo con el que si hizo famoso en todo el mundo: Buffalo Bill.


The rough riders of the world! 
La carrera de Buffalo Bill como explorador atrajo la atención de un escritor de novelas, Ned Buntline, que en 1869 publica "The King of Bordermen". Los hechos relatados en el libro, exagerados, reales o inventados, los utilizaría más tarde el mismo Buffalo Bill a la hora de promocionar su espectáculo el Wild West Show.

Si durante sus primeros 26 años, Buffalo Bill se crea una personalidad y una biografía repleta de aventuras en el Salvaje Oeste, el resto de su vida, nada más y nada menos que 45 años más, "vivirá de las rentas", convirtiendo su vida en un gran espectáculo, llevando el Oeste –su singularidad y su historia– al Este de los Estados Unidos y, en un rasgo de su audacia, hasta la misma Europa.

El libro de Ned Buntline fue llevado al teatro en 1872 con el título de "Scouts of the Prairie", siendo Buffalo Bill el encargado de representarse a si mismo. Esta experiencia actoral, que mantendría durante una década con algunos paréntesis en los que seguía peleándose con los indios, le empujaría, años más tarde, a la creación del Wild West Show, un espectáculo al aire libre en el que "the horses could be ridden at full galop; lassos could be thrown; and pistols and guns fired with safety". Este espectáculo, gracias a su novedad, exotismo, acción y actualidad, tuvo un éxito inmediato.

Cody busca la ayuda del agente de prensa John M. Burke y de Nathan Salsbury, un experimentado productor de espectáculos, y el 17 de mayo de 1883 se estrena en Omaha el primer Buffalo Bill's Wild West Show que entonces se llamaba "The Wild West, Rocky Mountain and Praire Exhibition". En el espectáculo, auténticos vaqueros e indios recreaban sus batallas y asaltos a diligencias, así como realizaban exhibiciones de rodeo o demostraciones de puntería y volteo sobre caballos. Según algunos de sus biógrafos, la idea de viajar a Europa le fue sugerida por Mark Twain, un detalle que Cody no recuerda en su autobiografía: "One day an Englishman, whose name I never learned, came to see me after the show. That is a wonderful performance, he told me. Here in America it meets with great appreciation, but you have no idea what a sensation it would be in the Old World, where such things are unheard of."


El Peter Pan de los vaqueros 
Podemos imaginarnos a Buffalo Bill como un gran niño que no quiso crecer. Sus primeros años estuvieron repletos de aventuras, fueron peligrosos e incluso heroicos y él nunca quiso olvidarlos. "There was never a day when, looking back over the red and white men in my cavalcade, I did not know the thrill of the trail, and feel a little sorry that my Western adventures would thereafter have to be lived in spectacles." Estos recuerdos pudo recrearlos durante el resto de su vida con un magnífico show que comenzaba con un gran pasacalles en el que su imagen a lomos de un caballo blanco resaltaba como un faro de luz. Después desfilaba la vieja diligencia (Deadwood Coach) y su disparatada troupe; la seguían grupos de pieles rojas con toda su parafernalia guerrera; más atrás, escandalosos domadores sobre potros salvajes, manadas de búfalos y mustangs al galope; por último, expertos tiradores con rifles, hábiles manipuladores de pistolas, de lazos, de látigos. Este espectáculo fue visto y admirado por decenas de miles de personas en Estados Unidos y Europa.


Filmografía seleccionada: 
(interpretadas por él mismo) 
The Indian Wars (1913) 
Patsy of the Circus / The Circus Girl's Romance (1915) - cameo
The Adventures of Buffalo Bill (1917) 

(acerca de Buffalo Bill) 
The Plainsman (Buffalo Bill, 1937), Cecil B.DeMille 
Young Buffalo Bill (1940), Joseph Kane 
Buffalo Bill (Las aventuras de Buffalo Bill, 1944), William A. Wellman 
Buffalo Bill Rides Again (1947), B. B. Ford 
King of the Bulwhip (1950), Ron Ormond Buffalo 
Bill in Tomahawk Territory (Buffalo Bill en territorio tomahawk, 1952), Bernard B. Ray 
Pony Express (El triunfo de Buffalo Bill, 1953), Jerrry Hopper 
The Plainsman (1966), J. W. Fordson 
Touche pas à la femme blanche / Non toccare la donna bianca (No tocar a la mujer blanca, 1974), Marco Ferreri 
Buffalo Bill and the Indians (Buffalo Bill, 1976), Robert Altman

Otras entradas relacionadas con Buffalo Bill:
Memorias y Personajes, Mario Marquerie
Cuando el Salvaje Oeste se instaló en el Paseo de Gracia
                    •••
Un artículo de Jordi Soler: El salvaje Oeste de Buffalo Bill

12 de febrero de 2011

Etaix de la E a la X


L'integrale Pierre Etaix Edición: Arte Editions / Studio 37 (FR) 

Cinco largometrajes, cuatro cortos y un documental que constituyen las obras completas de este enorme poeta del humor.

Disco 1: LE SOUPIRANT - 1962 - 83' HEUREUX ANNIVERSAIRE - 1962 - 12' Disco 2: YOYO - 1964 - 92' LE CAUCHEMAR DE MÉLIÈS - 1988 - 4'

Disco 3: TANT QU'ON A LA SANTE - 1966 - 80' RUPTURE - 1961 - 11'

Disco 4: LE GRAND AMOUR - 1969 - 87' PIERRE ETAIX, NATURELLEMENT - 2010 - 30' de Odile Etaix. Documental sobre Etaix con la participación de Michèle Brabo, Jean-Michel Boris, Jean-Claude Carrière.

Disco 5: PAYS DE COCAGNE - 1969 - 80' EN PLEINE FORME - 1965-1971 - 14' L'ILE AUX FLEURS - 1989 - 12'

10 de febrero de 2011

Annie, coge tu escopeta y ¡canta!



Annie get your gun (1950), George Sidney

Annie según Rogers y Hammerstein
El 16 de Mayo de 1946 Rogers y Hammerstein producen en Nueva York el musical Annie Get Your Gun con la cantante Ethel Merman en el rol principal. De las trece canciones creadas por Irving Berlin que se pudieron escuchar en el teatro, solamente diez acabaron siendo filmadas para este musical, siguiendo la norma no escrita de la MGM que exigía que los musicales no durasen más de una hora y cincuenta minutos y no contuviesen más de diez canciones. De las tres que se quedaron fuera, dos lo fueron a causa de la autocensura del estudio: "I´m a Bad Bad Man" y "Moonshine Lullaby". La primera habla de seducción y abandono –un poco arriesgado para 1950–, mientras la segunda glorifica una actividad ilegal –hoy en boga–, la piratería comercial, y no era cuestión de ofender los valores familiares.


En todo caso, las diez restantes son muy buenas canciones que hacen de este musical uno de los mejores de la historia, según muchos críticos. "Anything You Can Do", "Doin' What Comes Natur'lly", 'They Say It's Wonderful" y, por supuesto, 'There's No Business Like Show Business" son canciones que han sobrevivido al paso del tiempo y se han convertido en referentes del musical americano.


Annie según la MGM
El show de Buffalo Bill llega a la ciudad en tren. Charlie Davenport (Keenan Wynn) y Frank Butler (Howard Keel) cantan "Colonel Buffalo Bill" a modo de introducción y loa al legendario héroe: "Who's got the show that made the Wild West wild? / Who pleases every woman, man, and child? / Who does his best to give the customers a thrill? / Colonel! Buffalo! Bill!" El hotel está repleto de artistas. Los indios y los vaqueros han acampado en el jardin cuando irrumpe Annie Oakley cazando aves. Rodeada de cuatro niños, sucia –o morena– hasta la exageración y con unos modales rudos y, al mismo tiempo, inocentes, interpreta "Doin' What Comes Natur'lly", un retrato de su pobre condición y su alegre disposición.


Cuando Annie se cruza con Frank Butler su queda literalmente embobada, mientras éste expone cómo tiene que ser "The Girl That I Marry", justo lo contrario de lo que representa Annie. La joven le contesta con un divertido "You Can't Get a Man with a Gun", sin saber que el gerente del hotel la ha comprometido para un concurso de puntería en el que se va a enfrentar a Frank.


El concurso lo gana Annie para sorpresa de todos y la ofrecen participar en el espectáculo ya que "There's no Business Like Show Business". Comienza un viaje a través del país en el que Annie va cogiendo confianza, además de otro color de cara más adecuado para una dama. Los indios no llegan a adaptarse del todo a la vida en el ferrocarril y sus costumbres siguen resultando un tanto salvajes. Mientras, Annie aprende a leer y sigue intentando enamorar a Frank, consiguiéndolo, por fin, a la puesta de sol cantando a dúo "They Say It's Wonderful", aunque él se resiste a aceptarlo del todo y, feliz, canta "My Defenses are Down".


Ha llegado el momento de la verdad. Annie es anunciada como una gran atracción y en la arena no defrauda. Un excelente número de puntería sobre caballo que provoca los celos de Frank y la admiración de Sitting Bull, que la toma en adopción. Es la condición para que Sitting Bull trabaje en el show de Buffalo Bill, así que todo se dispone para el gran ritual de adopción, una fiesta "salvaje" en la que Annie es la protagonista. Es el momento para cantar "I'm an Indian Too" y para la mejor y más divertida coreografía de la película.


Todo está listo para el viaje a Europa. Todo menos Annie, que es un manojo de nervios. Además Frank ha decidido no ir: ya que la estrella es Annie, a él no le necesitan. Annie es agasajada con medallas por la realeza del viejo continente. La Reina Victoria se queda impresionada con el número del asalto a la diligencia que Annie desbarata con su certera puntería. A pesar de los éxitos y las medallas, Annie está triste. Añora a Frank…


Al regresar a Nueva York se organiza una recepción oficial en el Hotel Breevort. A ella acude Annie del brazo de Sitting Bull y con el traje repleto de medallas. Cuando se encuentra con Frank, continúan los celos y se cantan en duelo y a dúo "Anything You Can Do". Del reto del verso van al reto de los rifles. Quieren dirimir definitivamente quién de los dos es el mejor. Sitting Bull preparará su "filtro de amor" para que aún perdiendo Annie, gane a su amor definitivamente.


El beso final va acompañado de una coreografía realizada por decenas de caballos al más puro estilo Hollywood. Que ustedes la disfruten.


Annie según Judy Garland

En la película de George Sidney, las canciones brillan tanto como Betty Hutton, la actriz que sustituyó a Judy Garland en el papel de la heroína americana Annie Oakley. El papel estaba destinado para la Garland, que incluso llegó a rodar algunas escenas y un par de números musicales que se pueden ver como extras en la edición del DVD (http://www.dailymotion.com/video/xbupab_judy-garland-annie-get-your-gun-rus_shortfilms), pero su estado de forma no era el mejor en ese momento y finalmente se optó por Betty. Esta elección reforzó la energía y vitalidad del personaje y, a decir de muchos, fue la auténtica clave del éxito de la película. También tuvo que ser sustituido Frank Morgan —que interpretaba el papel de Buffalo Bill— quien murió de repente una vez comenzada la grabación. El papel del apuesto explorador lo realizó, finalmente, Louis Calhern.





Annie get your gun
(1950)
Producción: MGM (EEUU).
Director: George Sidney.
Guión: Sidney Sheldon sobre un libro de Herbert Fields y Dorothy Fields.
Música y letras: Irving Berlin.
Director musical: Adolph Deutsch.
Intérpretes: Betty Hutton (Annie Oakley), Howard Keel (Frank Butler), Louis Calhern (Col. Buffalo Bill Cody), J. Carrol Naish (Sitting Bull), Edward Arnold (Pawnee Bill), Brad Muro (Lil' Jake), Keenan Wynn (Charlie Davenport), Benay Venuta (Dolly Tate), Clinton Sundberg (Foster Wilson), Evelyn Beresford (Reina Victoria).
107 min. Technicolor.