26 de junio de 2010

Hans Richter, el cineasta como prestidigitador

Alles dreht sich, Alles bewegt sich! (1929), Hans Richter Zweigroschenzauber (1929), Hans Richter 

 Hans Richter (1888-1976) fue un artista comprometido con su tiempo. Participó del expresionismo, el cubismo y el dadaísmo. En colaboración con el sueco Viking Eggeling comenzó a experimentar con el cine como soporte para el arte cinético después de la Gran Guerra. Sus primeras propuestas, que ocupan un puesto de honor en los tratados de cine de vanguardia son Rhytmus 21 (1921) y Rhythm 23 (1923). Filmstudie (1926) supone un cambio sustancial, al incluir la figura humana en su imaginario.

En esta nueva línea, próxima al Ballet mécanique (1924), de Léger, se desarrolla en su obra del segundo lustro de la década de los veinte del pasado siglo. Richter pretende colocar al espectador ante una nueva forma de percibir. El cine es ante todo movimiento y este movimiento “no esta supeditado a la capacidad de rememoración (puesta de sol / entierro), ni al ideal (héroe / casta doncella / astuto negociante), ni a sentimientos de compasión (vendedora de fósforos / violinista otrora célebre y ahora sumido en la pobreza / amor defraudado), ni siquiera a un contenido o argumento, sino, independientemente de éste, sigue las peculiares leyes mecánicas de este movimiento”.

Zweigroschenzauber (1929) es un experimento breve que da comienzo cuando un prestidigitador nos muestra se remanga para mostrarnos sus antebrazos: nada por aquí, nada por allá. El mago arroja su varita mágica al aire y esta se convierte en un telescopio ante el que conduce a sus espectadores. Lo que el público ve a través de su lente es el objeto de la película. Analogías poéticas que enlazan la luna y un calvorota, dos amantes con una pareja de boxeadores, una saltadora de trampolín con un avión que planea y un sacristán que toca la campana de una iglesia con una bella enmascarada que trepa por una cuerda… Un collage de imaginería popular, procedente de documentales que, al final, constituye el contenido de una revista que podemos revisar marcha atrás.

 

Alles dreht sich, Alles bewegt sich! (1929) fue el primer experimento sonoro de Richter. Contó para ello con la colaboración del músico berlinés Walter Gonostray, discípulo de Schöenberg, un compositor muy interesante, con una vida breve pero intensa, compositor de la música del documental The Olympiad (1938) de Leni
 Riefensthal.


Aquí la ambientación en una feria nos permite asistir a números de equilibrismo y malabarismo que se resuelven mediante el juego puramente cinematográfico: disolvencias, ralentíes, superposiciones, montaje acelerado, congelados…

Con la llegada de Hitler al poder, en 1933, Richter se ve obligado a escapar a Suiza y, en 1941, se exilia definitivamente en Estados Unidos. Allí da clases en el City College. Uno de sus alumnos, Jonas Mekas, aplicará las enseñanzas de Richter en la segunda ola de cine experimental norteamericano. Richter publicará en el primer número de la revista “Film Culture” (enero de 1955) un artículo titulado “The Film as an Original Art Form” en el que postula una vez más la independencia del cine del teatro y la novela: “Cuanto más vigorosos e independientes puedan llegar a ser el film documental y el experimental, y cuanto mayor sea la ocasión de que sean vistos por el público en general, más habrán de adaptarse a un “estilo de pantalla” en lugar de un “estilo teatral”. Sólo después de que haya ocurrido tal transformación en el público, el film de entretenimiento podrá seguirle. En esa época dorada, el film-entretenimiento y el film-arte llegarán a ser idénticos”. Desgraciadamente la “Edad de Oro” parece cada día más lejana. Y, sin embargo, aún hay cineastas-prestidigitadores empeñados en mostrarnos el misterio. 

Zweigroschenzauber (1929) 
Guión y Dirección: Hans Richter. 

Alles dreht sich, Alles bewegt sich! (1929) 
Producción: Tobis-Industrie (AL) 
Dirección: Hans Richter. Guión: Hans Richter y Werner Graeff. 
Música: Walter Gronostay

20 de junio de 2010

Neorrealismo a la portuguesa

Os saltimbancos (1952), Manuel Guimarães 

Helga Lina Stern, alias Helga Liné, nacida en 1932 en Alemania, vivó un largo periodo en Portugal antes de afincarse definitivamente en España, donde desarrolló el grueso de su carrera como actriz cinematográfica en los años 60 y 70. Teníamos noticia de que su primera dedicación fue la circense, especializándose en ejercicios acrobáticos o ecuestres. Luego fue bailarina de revista. Dicen las crónicas que en 1941, con 9 años, apareció en la película Porto do abrigo. El papel de Delmirinha en Os saltimbancos, por tanto, no debía de guardar secretos para ella.

No hemos podido ver Os saltimbancos. Es la película de exordio de Manuel Guimarães y pasa por ser uno de los primeros intentos de incorporar los presupuestos neorrealistas a la cinematografía portuguesa dividida en esos años entre el cine de consumo y el de propaganda. El argumento partía de una base literaria rigurosa: la novela "O Circo", de Leão Penedo, que relata el periplo del Circo Maravilhas y la dramática vida de los artistas que con él viajan. La propaganda rezaba: “Um filme trágico e risonho como a própria vida! A vagabundagem forçada dum punhado de gente que diverte os outros sem cuidar de si”.

Guimarães se había curtido en el oficio como ayudante de dos de los mayores cultores de la comedia portuguesa en los años cuarenta: Arthur Duarte y António Lopes Ribeiro. Empeñado en hacer una película sin fados ni toros Guimarães montó en la primavera de 1951 una suerte de cooperativa a base de vender el mobiliario de su casa y con los fondos obtenidos de la pignoración de las joyas de la actriz Maria Olguim.

Os saltimbancos se estreno en el cine Éden de Lisboa, el 25 de enero de 1952 con escaso interés por parte del público. La crítica, en cambio, se dividió entre los ultramontanos que veían aquello como un ejercicio mimético de feísmo a la italiana y los progresistas, que la conceptuaban como el primer intento de renovación de una cinematografía anclada en el tópico. El Serviço Nacional de Informação le otorgó aquel año el premio a la mejor fotografía. 

Os Saltimbancos (1952) 
Producción: Manuel Guimarães para Lisboa Filme (PT) 
Dirección: Manuel Guimarães. 
Guión: Leão Penedo y Manuel Guimarães, basado en la novela “O Circo” de Leão Penedo Intérpretes: Maria Olguim (Miss Dolly), Helga Liné (Delmirinha), Artur Semedo (Tony), José Victor (Felismino), Manuel Correia (Adriani), Jaime Zenóglio (Jesuíno), Fernando Gusmão (Chico), Idalina Guimarães (Gabriela), Jorge Tu-Ching (Fred), António Rosa (el malabarista), Tina Coelho, Andrade e Silva, João Fernandes. 
82 min. Blanco y negro.

8 de junio de 2010

Los Hijos del Circo


Circo (2009), Los Hijos 

Los Hijos son Javier Fernández Vázquez (1980), Luis López Carrasco (1981) y Natalia Marín (1982), que desde hace un par de años se dedican al cine de guerrilla, en un cóctel que mezcla vanguardia, humor y vídeo-arte. Con su primer largometraje, Los materiales (2009), han obtenido el premio Jean Vigo a la Mejor Dirección en el Festival Internacional Punto de Vista de Navarra 2010, en virtud de "la arriesgada combinación de reflexión histórica, conciencia del presente y utilización de los medios cinematográficos".

Su última película, rodada en un día, con los miembros de la troupe familiar del Cirque du France ha participado en la sección oficial del Festival DocumentaMadrid. Éste es su espacio en vimeo (http://vimeo.com/user2589513) y ahí se pueden encontrar fácilmente el trailer de Circo:


Esperamos ver la película completa pronto. Quienes estén en San Sebastián el miércoles 9 de junio pueden verla dentro de la retrospectiva del Colectivo Audiovisual Los Hijos, en Arteleku, dentro de la Semana de Cine Raro. El viernes 11 se proyectará en el CGAI de La Coruña, junto con el trabajo de cortometraje Ya viene

Circo (2009) 
Producción, Guión y Dirección: Colectivo Audiovisual Los Hijos (ES) 
Documental.

6 de junio de 2010

De ferias y cooperativismo


Korhinta (Un pequeño tiovivo, 1957), Zoltan Fabri 

Utilizamos el título “Un pequeño tiovivo” porque es con el que circuló por algunos festivales españoles y pases en filmotecas, aunque Korhinta como la mayoría del cine de detrás del Telón de Acero nunca se estrenó comercialmente en España. Y eso que la película ha sido votada repetidamente por los críticos magiares como una de las mejores de la cinematografía húngara y estuvo a puntito de conseguir un premio en el festival de Cannes.

Su argumento es una sencilla historia de amor. Un Romeo y Julieta en cuyo amor imposible no intervienen viejas enemistades familiares sino el sistema agrario colectivo. Mari (Mari Torocsik) conoce a Mate (Imre Soos) en la feria. Istvan (Bela Barsi), su padre, no quiere que Mari tontee con un cooperativista. Él acaba de dejar la cooperativa junto con Sandor (Adam Szirtes), que le parece mejor partido para la chica. Ambos apuestan por la iniciativa privada y la evolución hacia la economía de mercado.

Además de la belleza incontaminada de Mari Torocsik, claro, lo que Zoltan Fabri rueda (y Barnabás Hegyi captura con la cámara de modo magistral) es el vértigo del amor. Un frenesí hecho de jirones de nubes y de rostros borrosos mientras uno sube y baja en la barca o se deja llevar por la inercia de las sillas voladoras.

Korhinta (Un pequeño tiovivo, 1957)
Producción: Magyar Film (HUN) 
Director: Zoltan Fábri. 
Guión: Laszló Nadasy y Zoltan Fábri, basado en una novela de Imre Sarkadi.
Intérpretes: Mari Torocsik (Mari Pataki), Imre Soós (Máté Bíró), Béla Barsi (István Pataki), Ádám Szirtes (Sándor Farkas), Manyi Kiss (Patakiné), Antal Farkas (János Samu), Laszló Misoga (Sógor), Gyula Bakos, Maria Kovacs, Laszló Kozak, József Juhász, Flóra Kadar, Janos Makláry.
90 min. Blanco y negro.