25 de abril de 2016

La interpretación de los sueños (circenses)


Lady in the Dark (Una mujer en la penumbra, 1944), Mitchell Leisen

Parece que el libretista y director de Broadway andaba dando la murga a todo quisqui con el tratamiento de psicoanálisis en el que estaba inmerso y, como los amigos neoyorquinos lo trataban de pelmazo subido, decidió que el mejor de dar salida a la experiencia era —¡cómo no!— escribir un musical. Contó para ello con la colaboración del letrista Ira Gershwin y del emigrado alemán Kurt Weill, que compusieron tan solo cuatro números de largo aliento, que se correspondían con los tres sueños que la editora de una revista de modas le contaba a su psicoanalista más un gran final.


La obra se estrenó en 1941 y casi alcanzó el medio millar de representaciones que supusieron un éxito personal para Gertrude Lawrence y para un joven intérprete que hacía sus primeros pinitos y que terminó acaparando la atención de todos gracias a su reedición del tema “Tchaikovsky and Other Russians”.


El jovencito se llamaba Danny Kaye y haría carrera en el cine. Sin embargo, cuando la Paramount decidió realizar en 1944 una adaptación cinematográfica encomendó el papel al ruso extpatriado Misha Auer. La protagonista fue Ginger Rogers y el director elegido para el proyecto, Mitchell Leisen, especializado en películas “de mujeres”.



Liza Elliott (Ginger Rogers) es la editora de una revista de modas. Acude al pisquiatra (Barry Fitzgerald) porque últimamente siente pánico a tomar decisiones. Hay una canción que la persigue hasta en sueños. El psiquiatra le pide que le cuente el sueño: tiene que ver con un vestido azul, un color que odia. En sus sueños, ella —una mujer recta vestida siempre de traje de chaqueta, dispuesta a casarse con un hombre mayor (Warner Baxter) cuando él obtenga el divorcio y que odia al petulante actor de Hollywood (John Hall)—, se ve vestida con lujosos trajes y a punto de contraer matrimonio con el galán. Hay un tercer hombre, Charley (Ray Milland), un empleado de la revista con el que se lleva a matar. El psiquiatra no es más que un frontón que le devuelve sus propios miedos, pero cada uno de los otros tres hombres representa un objetivo: la carrera profesional, el glamour o el amor verdadero. Por supuesto, el fotógrafo gay interpretado por Mischa Auer es sólo motivo para la comedia.


Por el camino se perdieron la mayoría de las canciones, acentuando el relieve de los aspectos dramáticos de la historia. El único tema musical que sobrevivió más o menos íntegro fue “Saga of Jenny”, ambientado en un circo onírico:


Esta secuencia da paso al flashback en el que se da cuenta del trauma edípico que ha conducido a Liza a centrarse en su carrera y dejar de lado el amor.


Cuando Robert Wise se enfrenta al reto de biografiar a Gertrude Lawrence en Star! (La estrella, 1948), el número final es de nuevo “Saga of Jenny”, que incluimos también en esta misma entrada para que quien sienta curiosidad pueda comparar los diferentes estilos interpretativos de Ginger Roger y Julie Andrews:


Otro día dedicaremos nuestra atención a esta película, puesto que muestra los inicios de la actriz en el music-hall británico con la compañía de Fred Karno.


Lady in the Dark (Una mujer en la penumbra, 1944)
Producción: Paramount Pictures (EEUU)
Director: Mitchell Leisen.
Guión: Frances Goodrich y Albert Hackett, del musical homónimo de Moss Hart, con canciones de Kurt Weill e Ira Gershwin.
Intérpretes: Ginger Rogers, Ray Milland, Warner Baxter, Jon Hall, Barry Sullivan, Mischa Auer, Phyllis Brooks, Mary Philips, Edward Fielding, Don Loper.
100 min. Color.

21 de abril de 2016

Michael Moschen

Photo: Brad Doherty


In Motion with Michael Moschen (1991), Skip Blumberg

A finales de los años 80 y principios de los 90, cuando el nuevo circo se despertaba en España y aparecieron los primeros Encuentros de Malabaristas —los dos que se celebraron en Madrid y el de Granada, más tarde el de Sabadell…—, tuvimos la suerte de comprar un video en algún puesto de una convención europea o por correo a través de la mítica tienda de malabares Dubé, no recuerdo muy bien, y descubrir un artista excepcional.


En una época sin internet, los pocos VHS que encontrábamos disponibles los comprábamos sin dudar. No había muchos. Uno de ellos era In Motion with Michael Moschen, un video que nos sacudió la cabeza e hizo que entráramos en otra dimensión malabarística.


Michael Moschen había recibido en 1990 un MacArthur Fellowship, una beca muy bien dotada que la MacArthur Foundation concede cada año a una veintena de ciudadanos o residentes en los Estados Unidos. La beca no es una recompensa a un trabajo realizado, sino una inversión en la originalidad y potencial de la persona escogida.


Y no se equivocaron. Moschen hizo un trabajo excepcional y un año más tarde, la cadena de televisión PBS dedicaba un programa de su serie Great Performances al talento y la capacidad creativa de este malabarista. Un documental en el que podemos ver algunas de las rutinas que le hicieron célebre —el contact, el triángulo, las astas—, el proceso de creación que le lleva a ellas y una aproximación a la vida personal del artista. Todo ello aderezado por la original composición musical de David Van Tieghem.


Han pasado algunos años de aquello. Durante el viaje, Michael Moschen ha trabajado en todo el mundo y ha colaborado con los mejores circos y compañías del espectáculo, incluidos el Cirque du Soleil, Big Apple Circus, Fred Garbo y Pilobolus. En la actualidad imparte conferencias (ver la charla TED más arriba) y clases maestras sobre creatividad y búsqueda de nuevas formas artísticas.


Para nosotros ha sido un placer este reencuentro. Comprobar que sus conceptos siguen vivos y que gracias a malabaristas como él, el malabarismo ha alcanzado la categoría de arte. Nos agrada comprobar que todavía le alimenta ese empuje creativo, ese impulso que le lleva a buscar, a inventar, a soñar movimientos y sensaciones nuevas.


In Motion with Michael Moschen (1991)
Productor: KQED para Great Performances (USA)

Director: Skip Blumberg 
Música: David Van Tieghem
Intérpretes: Michael Moschen, Janis Brenner, John-Mario Sevilla, Edward Akio Taketa
Color. 50 min.

18 de abril de 2016

La verdadera historia de Joaquín de Argamasilla de la Cerda y Elio


La verdadera historia de Joaquín de Argamasilla de la Cerda y Elio con textos de Ramón Mayrata, Grace Morales, Gonzalo Lafora, Harry Houdini, declaraciones de Valle-Inclán y prensa de la época. ¿Cómo pudo el joven Argamasilla embaucar a tantos personajes cultos, científicos y pensadores europeos de la década de los 20 del siglo pasado y atreverse a presentar sus pseudo poderes en Nueva York?  Allí se encuentra frente a frente con Harry Houdini que está en el fulgor de su particular cruzada contra los espiritistas, videntes y charlatanes que disfrazan sus habilidades mágicas como prodigios sobrenaturales.

VV.AA.:
Valle-Inclán y el insólito caso del Hombre con Rayos X en los ojos
La Felguera Editores, Madrid, 2014

15 de abril de 2016

El Ministerio de la Magia




El Ministerio del TiempoT2. Cap. 14: Tiempo de Magia (2016), Paco Plaza

Vaya por delante que, aunque no soy un ministérico, la serie española El Ministerio del Tiempo me encanta y la sigo, cuando puedo, a través de internet. Las aventuras de la patrulla del Ministerio están llenas de sorpresas, ingeniosas tramas, arriesgados saltos en el tiempo y paradojas temporales que me atrapan. Y su humor, sutil y escondido en cada episodio. Y los homenajes. En fin, todo, porque también están realizando una excelente labor en internet a través de su página web y sus redes sociales.


El caso es que he tenido la suerte de que en la segunda temporada de la serie, Amelia (Aura Garrido), Alonso (Nacho Fresneda) y Pacino (Hugo Silva) se embarcan rumbo a Nueva York para "evitar que el Ministerio del Tiempo pase a ser propiedad de los Estados Unidos y del FBI" y allí tienen un encuentro especial  con el mago, escapista y azote de espiritistas, Harry Houdini. Así que, pónganse cómodos que proyectamos en nuestra carpa Tiempo de Magia



Estamos en 1924 y John Edgar Hoover (Miguel Hermoso), que acaba de ser nombrado Director de la Oficina de Investigación, precursora del FBI —cuyo director durante treinta y siete años sería él mismo—, está empeñado en conocer el secreto de nuestro ministerio. Para ello, utiliza a Gromek (Rick Zingale), un empresario de circo que se ha puesto en contacto con Joaquín María de Argamasilla de la Cerda y Elio (Miki Esparbé), un aristócrata que se anuncia como el Hombre con Rayos X en los ojos.


Y ¿para qué se ha puesto en contacto Gromek con Argamasilla? Pues porque Argamasilla es un agente del Ministerio de 1924 y quiere convencerle —con una gira por Estados Unidos— de que venda el secreto del Ministerio a Hoover, lo cual sería, sin lugar a dudas, un desastre para la humanidad. El secreto del Ministerio no puede estar mejor guardado que en manos españolas…


Argamasilla, nuestro héroe, avalado por figuras de la talla de D. Ramón María del Valle Inclán (Juan Carlos Sánchez), el Dr. Santiago Ramón y Cajal (Juan Antonio Quintana) y numerosos científicos y sabios de la época, es un personaje con una historia muy interesante que podemos leer en el magnífico blog del escritor y editor Ramón Mayrata. Argamasilla poseía lo que su padre, el principal culpable de toda esta historia, denominó como metasomoscopia, la facultad de ver a través de ciertos cuerpos opacos.


Amelia y Alonso se presentan en casa de Argamasilla como periodistas, y Pacino, como el vidente el Gran Benito. Gracias a sus conocimientos policiales, el Gran Benito desvela el paradero de unas niñas desaparecidas ganándose así la confianza de Argamasilla y de su padre, con lo que pueden viajar juntos, los tres de la patrulla y Argamasilla, a Nueva York, para vigilarle de cerca sin despertar demasiadas sospechas.


Una vez en Nueva York, Argamasilla se enfrenta al reto propuesto por Houdini. Pero al mismo tiempo se enfrenta a la amenaza de que asesinen a su padre y, además, tiene que perder el reto porque la patrulla ya ha destapado su situación y le vigilan. En fin, que comienza el lío. Aunque quisiera no podría hacer spoiler. No sabría explicarlo y que se me entendiese. Eso sí, hay una traidora en la casa.


Me han encantado cómo están tratadas las secuencias sobre la vida de Houdini, la sesión de espiritismo con Conan Doyle y su mujer  —ya les vale a la pareja, la realidad supera a la ficción— y sobre todo el gran Finale mágico, pero no el de la desaparición detrás de las cortinas. Me refiero a la secuencia que el Ministerio regala a Houdini, su reconciliación con los espíritus, pura poesía y de una belleza histórica admirable, precisamente por saltársela a la torera, a la historia digo.


¿Por qué mantener a Argamasilla con su poder y no dejarlo como un perdedor, que es lo que realmente pasó, ante Houdini? Los guionistas, que son muchos y muy listos, se han guardado un as en la manga. El comodín de los rayos X en los ojos. ¿Será Argamasilla el primer miembro de la patrulla del Ministerio con superpoderes?  Dejemos que lo explique Javier Olivares, creador, productor y guionista de la serie: 
"La decisión de que tuviera poderes fue añadir un toque pre Marvel de superhéroes, incluyendo en él a un español. Pero sin romper la noticia real: no dio ni una. Lo que hicimos fue plantear que el hecho de que no diera ni una no significaba que no tuviera poderes. Aparte de incluirle en la mitología de El Ministerio del Tiempo como hemos hecho con otros personajes históricos".


Esperemos que nos sorprendan pronto con otra historia que permita de nuevo algo tan divertido como la rutina de videncia al ritmo de You're the one that I want, la canción de la película Grease (1978) que Pacino utiliza para tener una visión. Una historia en la que también haya carpas, artistas, magos, candilejas, carromatos, lentejuelas…, en fin, de lo que se alimenta Circo Méliès.

El Ministerio del Tiempo. T2 - Cap.14
Tiempo de Magia
Creadores de la serie: Pablo  Olivares y Javier Olivares
Coordinadores de contenido: Anaïs Schaaff y Abigail Schaaff
Director de la serie: Marc Vigil
Director del capítulo: Paco Plaza
Guión: Javier Pascual, Juanjo Muñoz, Anaïs Schaaff y Javier Olivares,
Música: Darío Fernández Valderrama
Hugo Silva (Pacino), Aura Garrido (Amelia Folch), Nacho Fresneda (Alonso de Entrerríos), Cayetana Guillén-Cuervo (Irene LArra), Juan Gea (Ernesto Jiménez), Francesca Piñón (Angustias), Jaime Blanch (Salvador Martí), Miki Esparbé (Argamasilla hijo), Gary Piquer (Harry Houdini), Marcos Marín (Bennet), Rick Zingale (Gromek), Mari Carmen Sánchez (Josefa la Peinadora), Miguel Hermoso (J. Edgar Hoover), Juan Carlos Sánchez (Valle Inclán), Juan Antonio Quintana (Santiago Ramón y Cajal), Algis A. Pinedo, María Rodríguez, Maru Valdivielso (mujer de Conan Doyle), Natalia Millán (Lola Mendieta), Mar Saura (Susana Torres) y Pedro Miguel Martínez (Argamasilla padre).
Color. 75 min.

11 de abril de 2016

Un mago apocado y triste


Fokusnik (1967), Piotr Todorovsky 

En Moscú hace frío. Las calles están nevadas y hacen más amable —o más duro, según se mire— una ciudad que crece cada día y que se encuentra a medio construir. Victor M. Kukushkin (Zinovi Gerdt) es un mago  que pasea por la ciudad. Su paseo es un panorama de los locales de espectáculos de la noche moscovita, incluido el circo estable. Es un paseo que nos lleva a descubrir a su protagonista.




Victor es un mago que sobrevive trabajando en institutos nocturnos donde su arte se convierte en clases maestras sobre la vida, la alegría, las pequeñas cosas importantes por las que merece la pena vivir. Los estudiantes le adoran y así encuentra consuelo a su delicada situación profesional, ya que a pesar de que sus trucos parecen ser extraordinarios, el sindicato de artistas no encuentra un hueco para él.



El año es 1967 y parece que las ansías de libertad de la juventud está flotando en el ambiente, incluso en Moscú. El instituto parece que está ocupado. En algunas clases, las pizarras se entremezclan con camas y mesas con viandas, tableros de ajedrez y botellas de vino. Bueno, el caso es que nuestro mago, titiritero, malabarista y conferenciante —que vive con su hija— pierde un poco la cabeza por una mujer con mucho glamur.



¿Será capaz Helena (Alla Larionov) de cambiar a nuestro hombre? Parece que no. Victor no tiene demasiado apego a los bienes materiales y prefiere vivir con un pie fuera de este mundo, visitar a sus amigos artistas —entre ellos el malabarista Eduard Abert— y disfrutar de sus paseos por la ciudad, la compañía de los jóvenes y de su propia hija, y hacer magias a la chiquillería.



La película, como digo, es desenfadada, muestra una libertad que contrasta con los mensajes propagandísticos de muchas de las películas soviéticas de la época y en algunos momentos incluso se torna vanguardista. Los jóvenes bailan en la calle canciones italianas y nuestro héroe no vende de una manera ortodoxa los ideales del comunismo. Quizás por ello la película ha permanecido olvidada durante mucho tiempo a pesar del nombre del director y de sus actores.

Zinovi Gerdt fue un actor bastante popular en su momento, actor principal durante algunos años del famoso teatro de marionetas Obraztsov, al cual hace un pequeño homenaje en la película. 



Pueden verla en su idioma original aquí: https://youtu.be/6LN5sn8ktqE

Fokusnik (1967)
Producción: URSS
Director: Peter Todorovski
Guión: Aleksandr Volodin
Música: Moisés Weinberg
Intérpretes:  Zinovi Gerdt  (Víctor M. Kukushkin, ilusionista), Alla Larionov (Helena), Yevgeny Leonov (Stepan Nikolaevich Rossomahin, Cabeza Kukushkin), Olga Gobzeva (Lily, la hija Kukushkin), Leonid Diachkov (Pablo, un investigador), Vladimir Basov (animador y humorista), Eduard Abert  (Dima, malabarista), Svetlana Kharitonov (Sasha, la esposa de Dima), Valentina Titova (Dasha, Editor), Zinaida Sorochinskaya
Blanco y negro. 79 min.

8 de abril de 2016

La domadora coqueta


Nelly la domatrice (1912), Mario Caserini

El amor es como un león enjaulado y Nelly (Fernanda Negri-Ponguet) la domadora, una terrible coqueta. Por eso deja de lado a su compañero en el circo, Alfredo (Mario Bonnard), por un aristócrata alemán (Mario Voller Buzzi) capaz de entrar a pecho descubierto en la jaula de las fieras para recoger una flor que se le ha caído a ella.


Ante esta irresistible prueba de amor, Nelly sucumbe y abandona a Alfredo. Pero, sin ella, el empresario del circo no tiene ningún interés en el número.


No le va mucho mejor a la domadora. Una vez cobrada la presa, el aristócrata corre en pos de la siguiente. Nelly se da cuenta demasiado tarde de que ha renunciado a su carrera por un capricho que le va a costar muy caro.


Alfredo se ha visto reducido a arrastrar su menagerie por ferias de pueblo en las que nadie recuerda su glorioso pasado como primera atracción en los más importantes circos de todo el mundo. Allí lo descubre Nelly. Pero ya es demasiado tarde, como descubrirán quienes sigan este enlace:


En 1912 Fernanda Negri-Ponguet, una de las divas del cine italiano de por entonces, firma un contrato con la casa Ambrosio de Turín. Más o menos por las mismas fechas lo hacen Alfred Schneider y sus dieciocho leones. El contrato del domador es por cinco títulos de los que han sobrevivido copia de éste que anoche proyectamos en la carpa y La nave dei leoni (Luigi Maggi, 1912):https://vimeo.com/156527289


Sus animales fueron creciendo en número a medida que pasaba el tiempo. Los dieciocho, son pronto veinticinco, luego cincuenta y sesenta, y termina anunciándose como “El Capitán Schneider, el hombre de los cien leones”. Al parecer su principal característica era el contacto cuerpo a cuerpo con sus animales. A pesar de ello, siguió el mismo camino que el personaje de Nelly la domatrice, puesto que se arruinó y tuvo que trabajar en ferias para dar de comer a sus fieras. En 1941 cayó bajo las zarpas de aquellos leones desagradecidos o acaso hartos de andar dando tumbos por los caminos. No sobrevivió a las heridas que estos le infligieron.


Nelly la domatrice (1912)
Producción: Società Anonima Ambrosio (IT)
Director: Mario Caserini.
Guión: Arrigo Frusta.
Intérpretes: Fernanda Negri-Pouget (Nelly), Mario Bonnard (Alfredo), Mario Voller Buzzi (Wilhelm), Antonietta Calderai, Oreste Grandi, Alfred Schneider y sus leones.
24 min. Blanco y negro y Tintados.

4 de abril de 2016

Un episodio descartado de Pajaritos y pajarracos


Uccellacci e uccellini (Pajaritos y pajarracos, 1966), Pier Paolo Pasolini

Antes de acometer la realización de Uccellacci e uccellini, Pier Paolo Pasolini somete a la consideración de los lectores del semanario comunista Vie nuove los argumentos sobre los que está trabajando. Son tres. Uno de ellos cuenta la historia de un cuervo como intelectual marxista incapaz de proporcionar soluciones a un proletariado que ha asumido plenamente los valores burgueses. El segundo es una fábula moral, al modo de Esopo, en el que dos frailecillos sin demasiadas luces son enviados por Francisco de Asís a evangelizar a los gorriones y a los cuervos. Para ello, uno de los hermanos terminará por aprender el lenguaje que hablan ambos y conseguirá transmitirles la buena nueva. Sin embargo, los halcones se siguen comiendo a los gorriones.


Estas dos historias conforman el núcleo argumental del montaje definitivo de Uccellacci e uccellini, organizada a modo de apólogo de carácter picaresco o de road movie por el crepúsculo de las ideologías. Por muy teórico que suene todo, Totò y Ninetto Davoli se encargan de dotarlo de humanidad, bien que caricaturizada hasta lo grotesco.

Pasolini rodó también la tercera fabulilla, aunque finalmente decidió descartarla del montaje definitivo, al no dar con un modo satisfactorio de encajarla en el relato.


El episodio, titulado “L’aigle” —“El águila”, en francés— en Vie Nuove, está ambientado en el Grand Cirque de France. Allí, bajo la atenta mirada de Ninetto, el domador Courneau (Totò) intenta someter a un águila a su voluntad. Pero el ave se niega a obedecer. Es más, le niega al domador su único poder sobre ella al no contestarle siquiera. La palabra, el discurso, la argumentación del domador, se muestran como trasunto de la retórica del mundo desarrollado sobre el Tercer Mundo. El mutismo de este animal inferior, que se niega a acceder al estatus superior de la civilización, solivianta al domador. Para conseguir llevarla a su terreno, no tendrá otro remedio que transformarse en ave, lo que le lleva a asumir “el pensamiento salvaje” y renunciar, por tanto, a su condición de hombre civilizado.

Al final, Courneau abandonaba la carpa agitando los brazos. Si levantaba el vuelo o no, es cosa que no hemos sabido desentrañar a partir de los materiales a los que hemos tenido acceso y que se pueden ver aquí con el título de “Totò al circo”:


Uccellacci e uccellini (Pajaritos y pajarracos, 1966)
Producción: Arco Film (IT)
Guión y Dirección: Pier Paolo Pasolini.
Intérpretes: Totò, Ninetto Davoli, Femi Benussi, Rossana Di Rocco, Renato Capogna, Vittorio Vittori, Giovanni Tarallo, Umberto Bevilacqua, Renato Montalbano, Alfredo Leggi.
87 min. Blanco y negro.