Lady in the Dark (Una mujer
en la penumbra, 1944), Mitchell Leisen
Parece que el
libretista y director de Broadway andaba dando la murga a todo quisqui con el
tratamiento de psicoanálisis en el que estaba inmerso y, como los amigos
neoyorquinos lo trataban de pelmazo subido, decidió que el mejor de dar salida
a la experiencia era —¡cómo no!— escribir un musical. Contó para ello con la
colaboración del letrista Ira Gershwin y del emigrado alemán Kurt Weill, que
compusieron tan solo cuatro números de largo aliento, que se correspondían con
los tres sueños que la editora de una revista de modas le contaba a su
psicoanalista más un gran final.
La obra se estrenó en 1941 y casi alcanzó el medio millar de representaciones que supusieron un éxito personal para Gertrude Lawrence y para un joven intérprete que hacía sus primeros pinitos y que terminó acaparando la atención de todos gracias a su reedición del tema “Tchaikovsky and Other Russians”.
El jovencito se
llamaba Danny Kaye y haría carrera en el cine. Sin embargo, cuando la Paramount
decidió realizar en 1944 una adaptación cinematográfica encomendó el papel al
ruso extpatriado Misha Auer. La protagonista fue Ginger Rogers y el director
elegido para el proyecto, Mitchell Leisen, especializado en películas “de
mujeres”.
Liza Elliott (Ginger Rogers) es la editora de una revista de modas. Acude al pisquiatra (Barry Fitzgerald) porque últimamente siente pánico a tomar decisiones. Hay una canción que la persigue hasta en sueños. El psiquiatra le pide que le cuente el sueño: tiene que ver con un vestido azul, un color que odia. En sus sueños, ella —una mujer recta vestida siempre de traje de chaqueta, dispuesta a casarse con un hombre mayor (Warner Baxter) cuando él obtenga el divorcio y que odia al petulante actor de Hollywood (John Hall)—, se ve vestida con lujosos trajes y a punto de contraer matrimonio con el galán. Hay un tercer hombre, Charley (Ray Milland), un empleado de la revista con el que se lleva a matar. El psiquiatra no es más que un frontón que le devuelve sus propios miedos, pero cada uno de los otros tres hombres representa un objetivo: la carrera profesional, el glamour o el amor verdadero. Por supuesto, el fotógrafo gay interpretado por Mischa Auer es sólo motivo para la comedia.
Por el camino se perdieron la mayoría de las canciones, acentuando el relieve de los aspectos dramáticos de la historia. El único tema musical que sobrevivió más o menos íntegro fue “Saga of Jenny”, ambientado en un circo onírico:
Esta secuencia da paso al flashback en el que se da cuenta del trauma edípico que ha
conducido a Liza a centrarse en su carrera y dejar de lado el amor.
Cuando Robert
Wise se enfrenta al reto de biografiar a Gertrude Lawrence en Star! (La estrella, 1948), el número final es de nuevo “Saga of Jenny”,
que incluimos también en esta misma entrada para que quien sienta curiosidad
pueda comparar los diferentes estilos interpretativos de Ginger Roger y Julie
Andrews:
Otro día
dedicaremos nuestra atención a esta película, puesto que muestra los inicios de
la actriz en el music-hall británico con la compañía de Fred Karno.
Lady in the Dark (Una mujer en la penumbra, 1944)
Producción: Paramount Pictures (EEUU)
Director: Mitchell Leisen.
Guión: Frances Goodrich y Albert Hackett, del musical
homónimo de Moss Hart, con canciones de Kurt Weill e Ira Gershwin.
Intérpretes: Ginger Rogers, Ray Milland, Warner Baxter,
Jon Hall, Barry Sullivan, Mischa Auer, Phyllis Brooks, Mary Philips, Edward
Fielding, Don Loper.
100 min. Color.