Uccellacci e uccellini
(Pajaritos y pajarracos, 1966), Pier
Paolo Pasolini
Antes de acometer la realización de Uccellacci e uccellini, Pier Paolo Pasolini somete a la
consideración de los lectores del semanario comunista Vie nuove los argumentos sobre los que está trabajando. Son tres.
Uno de ellos cuenta la historia de un cuervo como intelectual marxista incapaz
de proporcionar soluciones a un proletariado que ha asumido plenamente los
valores burgueses. El segundo es una fábula moral, al modo de Esopo, en el que
dos frailecillos sin demasiadas luces son enviados por Francisco de Asís a
evangelizar a los gorriones y a los cuervos. Para ello, uno de los hermanos terminará
por aprender el lenguaje que hablan ambos y conseguirá transmitirles la buena
nueva. Sin embargo, los halcones se siguen comiendo a los gorriones.
Estas dos historias conforman el núcleo argumental del montaje
definitivo de Uccellacci e uccellini,
organizada a modo de apólogo de carácter picaresco o de road movie por el crepúsculo de las ideologías. Por muy teórico que
suene todo, Totò y Ninetto Davoli se encargan de dotarlo de humanidad, bien que
caricaturizada hasta lo grotesco.
Pasolini rodó también la tercera fabulilla, aunque
finalmente decidió descartarla del montaje definitivo, al no dar con un modo
satisfactorio de encajarla en el relato.
El episodio, titulado “L’aigle” —“El águila”, en francés— en
Vie Nuove, está ambientado en el Grand
Cirque de France. Allí, bajo la atenta mirada de Ninetto, el domador Courneau
(Totò) intenta someter a un águila a su voluntad. Pero el ave se niega a
obedecer. Es más, le niega al domador su único poder sobre ella al no
contestarle siquiera. La palabra, el discurso, la argumentación del domador, se
muestran como trasunto de la retórica del mundo desarrollado sobre el Tercer
Mundo. El mutismo de este animal inferior, que se niega a acceder al estatus
superior de la civilización, solivianta al domador. Para conseguir llevarla a
su terreno, no tendrá otro remedio que transformarse en ave, lo que le lleva a
asumir “el pensamiento salvaje” y renunciar, por tanto, a su condición de
hombre civilizado.
Al final, Courneau abandonaba la carpa agitando los brazos.
Si levantaba el vuelo o no, es cosa que no hemos sabido desentrañar a partir de
los materiales a los que hemos tenido acceso y que se pueden ver aquí con el
título de “Totò al circo”:
Uccellacci e uccellini (Pajaritos
y pajarracos, 1966)
Producción:
Arco Film (IT)
Guión y
Dirección: Pier Paolo Pasolini.
Intérpretes:
Totò, Ninetto Davoli, Femi Benussi, Rossana Di Rocco, Renato Capogna, Vittorio
Vittori, Giovanni Tarallo, Umberto Bevilacqua, Renato Montalbano, Alfredo
Leggi.
87 min. Blanco
y negro.
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