27 de enero de 2025

La Gata Loca va al circo


Krazy Kat and Ignatz Mouse at the Circus
(1916), Georges Herriman 

Entre febrero 1916 y agosto de 1917 Georges Herriman cedió a sus dos personajes más conocidos –Krazy Kat y el ratón Ignatz– a la International Film Service para que los llevaran a la pantalla en casi una treintena de producciones animadas.

Las características son las mismas de otras producciones de la época, como Felix the Cat: brevedad, dibujo de línea simple, utilización de bocadillos para los diálogos. Nada hay en Krazy Kat and Ignatz Mouse at the Circus del arte surreal, de los paisajes oníricos ni del “amour fou” que campean en las viñetas de Herriman. Todo se reduce a una pequeña broma que podría haber sido protagonizada por un carablanca y un augusto.

Krazy se encuentra en el circo a su amigo, el perro Linxie. Linxie está hambriento y no parece especialmente interesado en los gatos. Lo que a él le gustan son los ratones gordezuelos. Ignatz se ha escondido al verlo llegar. Cuando Krazy le reprocha su cobardía hacen una apuesta, en cuya resolución Krazy se llevará la peor parte.

Pueden ustedes ver la película completa en el Internet Archive (http://www.archive.org/details/Krazy_kat_and_ignatz_mouse_at_the_circus_1916).
Krazy Kat and Ignatz Mouse at the Circus (1916) 
Producción: International Film Service (EEUU) 
Guión: Georges Herriman. Animación. 
Personajes: Krazy Kat, el ratón Ignatz y el perro Linxie. 
3 min. Blanco y negro.

21 de enero de 2025

La película sobre Los Muchachos de Revenga / 3


El Circo de Los Muchachos (2024), Elías León Siminiani

Una de las mayores sorpresas de la serie, algo de lo que nunca oí hablar, ha sido descubrir la intención del cura de realizar una película que reflejara el espíritu de su proyecto para difundirlo por todo el mundo. Que el padre Silva era un visionario en cuanto al poder de los audiovisuales como plataforma de difusión de sus ideas nos quedó claro cuando en su primera visita al Japón, en 1974, compra todo un equipo de TV para poder transmitir e impulsar sus ideas: Benposta TV, el primer canal de televisión territorial de España, impulsado desde su sede en Orense. También una de las primeras escuelas de audivisual de España. 

Durante el proceso de realización de este documental se encontraron unas bobinas de celuloide de 16 y 35mm. Al digitalizarlas, el equipo comprobó que eran diferentes secuencias de un proyecto para realizar una película y ¡una serie! dirigida por Luis Revenga, director y productor  español con muchos documentales de NO-Do a sus espaldas, entre ellos Picasso (1981), y películas de diferente índole como Caperucita y Roja (1977) y Las aventuras de Enrique y Ana (1981).


El proyecto, inacabado, se comenzó a grabar en la segunda gira latinoamericana, en el año 1978. Las imágenes que la productora de El Circo de los Muchachos rescatan, y de las que hacen un uso muy efectivo, son impresionantes.

El proyecto, como hemos dicho, era hacer una serie de 13 capítulos en 16mm que tocasen diferentes géneros cinematográficos, y una película realizada en color en 35mm que estaba destinada a ser el mayor altavoz del ideario del cura. De ambos proyectos se conservan imágenes que explican muy bien la vida de los jóvenes integrantes de la Ciudad de los Muchachos y la idea utópica del padre Silva de convertir su proyecto en un ejemplo liberador para el mundo.

En este proceso del descubrimiento de los rollos de película, el equipo investigó también el modo de financiación de todo el proyecto cinematográfico, una historia que se convierte en una de las anécdotas de mayor picaresca de toda la serie.


Otras entradas sobre El Circo de los Muchachos y Benposta:

4. Los Muchachos y la política
5. La decadencia de Los Muchachos
6. Música y libros

15 de enero de 2025

Un circo angelical

Der Himmel über Berlin (El cielo sobre Berlín, 1987), Wim Wenders


Als das Kind Kind war, / ging es mit hängenden Armen, / wollte der Bach sei ein Fluß, / der Fluß sei ein Strom, / und diese Pfütze das Meer.
Als das Kind Kind war, / wußte es nicht, daß es Kind war, / alles war ihm beseelt, /und alle Seelen waren eins.
Als das Kind Kind war, / hatte es von nichts eine Meinung, / hatte keine Gewohnheit, / saß oft im Schneidersitz, / lief aus dem Stand, / hatte einen Wirbel im Haar / und machte kein Gesicht beim fotografieren.
 

Cuando el niño era niño, /caminaba balanceando los brazos, / quería que el riachuelo fuera un río, /
el río un torrente / y este charco, el mar.
Cuando el niño era niño, / no sabía que era un niño ,/ todo le parecía lleno de vida / y todas las almas, una sola
Cuando el niño era niño, / no tenía opiniones sobre nada, / no tenía costumbres, / se sentaba en el suelo con las piernas cruzadas / echaba a correr, / tenía un remolino en el pelo / y no quedaba mal en las fotos. 

Peter Handke (Lied Vom Kindsein)


Solo los niños pueden ver a Damiel (Bruno Ganz), un ángel que observa y escucha todo, sobrevolando un Berlín en blanco y negro lleno de murmullos de historias tristes, fragmentadas, una sinfonía de voces en off que nos hipnotiza,al igual que cautiva a Damiel. El ángel mira los pequeños detalles de vida plena como si fuese la primera vez que los ve. Peter Handke, junto con Wenders fueron escribiendo la historia a medida que la iban haciendo. Dejándose llevar, como su personajes.


La tierra era un caos
Desde lo alto de la Siegessäule (construida en 1873), una columna coronada por una escultura dorada de la alada diosa Victoria, Damiel no está solo. Está también su ángel amigo, Cassiel (Otto Sander) y muchos otros con los que se encuentra en la Biblioteca Estatal de Berlín, refugio de ángeles y de Homero (Curt Bois), un viejo poeta.


La conversación de Damiel y Cassiel en un descapotable rojo en el que se cuentan lo que anotan en su cuaderno de campo es un delicioso juego de haikus. Desconcertante cuando la conversación se centra en su cansancio eterno de la eternidad. Querrían meterse en nuestro pellejo pero están condenados a consolarnos y a acompañarnos cuando más los necesitamos. Damiel está en crisis. 


Las imágenes de Berlín son demoledoras, una ciudad despersonalizada, donde el muro cobra un significado trascendente, un Berlín lleno de solares desolados, una tierra de nadie con edificios derruidos y grafittis en todas las paredes. “Es imposible perderse en Berlín, siempre vas a parar al muro”, dice la protagonista.


Caminando por Berlín, Damiel encuentra con un pequeño circo en bancarrota, el Cirkus Alekan, llamado así en homenaje al director de fotografía, Henri Alekan, que hizo un trabajo espléndido. Marion (Solveig Dommartin), una trapecista con alas es la primera imagen de color que vemos en la película. Damiel siente un flechazo, el mismo que sintió Wenders, pareja en ese momento de la actriz. Pero la historia vuelve al blanco y negro: la tristeza de la trapecista, la imagen de un ángel caído de verdad. Derrumbada en una caravana hasta que se desnuda y el ángel la roza el hombro y vuelve el color… 



Colombo es el ángel perfecto 
Pero el color no vuelve a la película. Esta sigue con historias en gris, como la de Homero, como la de la prostituta, como la del suicida… Todas te llevan a la historia de Alemania, al muro que divide y rompe, y la película te dirige a la película dentro de la película, una sobre la II Guerra Mundial, en la que Peter Falk, la estrella, dibuja retratos a lápiz mientras se pregunta si seguirá siendo tan buen actor como antes. Colombo –que aceptó encantado un papel pensado, en principio, para Willy Brandt – se encontró con que no había ni una sola página escrita sobre su personaje, así que la mayor parte de sus intervenciones se improvisaron –se crearon– sobre la marcha.


Colombo es el contrapunto a la seriedad conceptual de los ángeles de Handke y su presencia en Cielo sobre Berlín puede chocar a primera vista. Pero sus reflexiones en off –grabadas meses después en Los Ángeles bajo las indicaciones de Wenders al teléfono, muchas improvisadas– y sus diálogos ayudan a darle tierra a los espirituales y angelicales modos de Damiel y Cassiel. Colombo se interpreta a si mismo cuando no sabe qué sombrero escoger o cuando realiza pequeños bocetos a lápiz de los extras.

El amor da alas y también las quita
Las historias se entremezclan y volvemos al circo. El número de la trapecista se llena de emoción al ver al ángel en la pista soplando en la coronilla del jefe de pista. Pero nos tranquilizamos al ver que el ángel la acompaña en la discoteca donde ha ido a olvidarse de todo. Damiel está enamorado hasta la coronilla.


Es tanta la compasión que siente por los humanos, es tanto su amor hacia ellos que acaba convirtiéndose en un hombre de carne y hueso. El color vuelve a la pantalla al mismo tiempo que vuelve su sangre a las venas: una armadura –la protección del ángel– le ha caído del cielo provocándole una herida. 


El circo se va de la ciudad. La trapecista se queda sola. Cuando Damiel va a buscarla el dibujo de la arena de la pista preside el centro de un solar vacío. Pero, no se preocupen, que para que el final sea feliz están el teniente Colombo, Wenders y el From Her to Eternity de Nick Cave.


Der Himmel über Berlin
(El cielo sobre Berlín, 1987)
Producción: Road Movies Filmproduktion / Argos Films / Westdeutscher Rundfunk (WDR)
Director: Wim Wenders
Guión: Wim Wenders, Peter Handke y Richard Reitinger
Intérpretes: Bruno Ganz (Damiel), Solveig Dommartin (Marion), Otto Sander (Cassiel), Curt Bois (Homero), Peter Falk (como él mismo), Lajos Kovács (entrenador de Marion), Bruno Rosaz (payaso), Hans Martin Stier, Elmar Wilms, Sigurd Rachman, Beatrice Manowski,
128 min. Blanco y negro / color 

 

6 de enero de 2025

Canciones de Bobby Capó en el escenario del Flamboyant


Palmer ha muerto (1961), Juan Fortuny

El amigo Burgomaestre de Lady Filstrup (
http://ladyfilstrup.blogspot.com/), sitio que todos ustedes deberían visitar por lo mucho y bien que allí se escribe sobre los actores españoles) ha tenido a bien enviarnos esta copia de Palmer ha muerto. Allí cuenta algo del inane argumento de esta película de Juan Fortuny ambientada en Puerto Rico, país coproductor, con España, de la cinta. Protagoniza el actor radiofónico barcelonés Ricardo Palmerola, que por aquél entonces vivía en el país caribeño donde tomó parte activa en la formación de los dobladores de series norteamericanas.


La película es un policiaco enmarañado con carreras entre bastidores, mujeres que se llevan constantemente las manos a la boca para reprimir gritos de angustia, cadáveres que desaparecen, trampillas que esconden cadáveres que resultan ser maniquíes, manos que empuñan revólveres tras las cortinas y larguísimas explicaciones en las que casi todo se cuenta y casi nada se ve.


Pero está ambientada en el Teatro Arlequín y en el Club Flamboyant en donde actúa Silvia Darnell (Rosita Fornés), lo que da ocasión a escuchar tres composiciones del cantante y compositor boricua Bobby Capó.


La cubana Rosita Fornés –reina incombustible de la zarzuela y la revista, la radio, la televisión y las variedades en toda Latinoamérica- interpreta la incendiaria “Juguete” y “El duende”.


Tito Lara y los Hispanos -Wilson Torres, Carmelo Montalvo, Tato Díaz y Charlie Vázquez-, estrellas de la radio y la televisión puertorriqueña -donde participaron durante años en sendas ediciones del programa “Festival Sultana” y en televisivo “Show Coca-Cola”-, cantan en el mejor estilo de los grupos doo-wop norteamericanos, el tema “Mentirosa”.


Y, de remate, el catalán José Guardiola reprisa “El duende” con su voz aterciopelada.


Algunas vistas nocturnas de las calles de San Juan de Puerto Rico a lo mejor son dignas de su atención.

Palmer ha muerto (1961)
Producción: Miguel Mezquíriz (ES) / Probo Films Inc. (PR)
Director: Juan Fortuny.
Guión: Luis G. de Blain.
Intérpretes: Ricardo Palmerola (Ricardo), Inés Alma (Verónica), Rosita Fornés (Silvia Darnell), Ónix Báez (Esteban Palmer), Boris (José L. Marrero), Aníbal Ponce (Sammy Alfaro), Milagros Carrillo (Marta), Vicente Vázquez, Alberto González, Manuel Piñera, Juan F. Tafaner.
87 min. Blanco y negro.