12 de febrero de 2025

El Gran Fabian y su muñeco Alf


Mr. Moto's Last Warning (1939), Norman Foster 

La serie B adquiere todo su sentido cuando hablamos de películas como esta de la serie Mr. Moto. Intrigas rápidas, resueltas con eficacia y economía narrativa, poco más de una hora de acción e intriga que sirviesen de complemento a la película principal del estudio. En este caso, uno de los grandes: 20th Century-Fox.

Mr. Moto contra Charlie Chan 
El detective japonés Mr. Moto —protagonista de varias novelas de John P. Marquand— llegó a la pantalla para aprovechar el filón abierto con el policía hawaiano de origen chino Charlie Chan. De hecho, en los programas de variedades que se pueden ver en la película figura repetidamente Charlie Chan in Honolulu (1938). Si éste fue interpretado en primera instancia por el sueco Werner Oland, Mr. Moto le toco en suerte al austriaco Peter Lorre. Según aseguraba él mismo, fue el personaje con el que mejor lo pasó de todos los que tuvo que interpretar en Hollywood. Lo hizo en ocho títulos —Think Fast, Mr. Moto (1937), Thank You, Mr. Moto (1937), Mr. Moto's Gamble (1937), Mr. Moto Takes a Chance (1938), Mysterious Mr. Moto (1938), Mr. Moto's Last Warning (1939), Danger Island (1939) y Mr. Moto Takes a Vacation (1939)— a lo largo de dos años, la mayoría de ellos dirigidos por Norman Foster.

Vamos con el sexto: Mr. Moto's Last Warning, porque en la intriga de espionaje tiene parte un ventrílocuo que se hace llamar El Gran Fabian (Ricardo Cortez).


En el Teatro de Variedades Sultana, de Port Said 
La acción transcurre en Port Said donde se dan cita toda clase de espías y aventureros internacionales. La trama combina un plan para volar la entrada del Canal de Suez y provocar un conflicto entre las flotas francesa y británica. Mr. Moto —¿por encargo de la Policía Internacional? ¿por cuenta propia?— intentará que esta maquiavélica intriga fracase y descubrir que país financia la maquinación. Lo suficiente para que podamos contemplar alguna escena submarina, unas cuantas peleas a puñetazos —sepan ustedes que Mr. Moto es experto en jiu-jitsu— y, sobre todo, varios números de variedades que tienen lugar en el escenario del Teatro Sultana.


Allí trabajan el malabarista Cliquot (Jacques Lory), la soprano madame Rosita o un tal Pete Gracias, que actúa ataviado de gaucho y hace una demostración de habilidad con el látigo. Cliquot, cuyo número incluye un perrillo y varios canotiers lanzados al aire, va maquillado como el primer Fields. En una escena, Mr. Moto se maquillará como él y hará algunos malabares, con lo que logra despistar a sus perseguidores.


La actuación del Gran Fabian y su muñeco Alf tiene la estructura clásica de estos números. Un diálogo humorístico entre ambos y una canción que el muñeco canta mientras el Gran Fabian se fuma un cigarrillo y —¡más difícil todavía!— se bebe un vaso de agua.


En la platea se dan cita un montón de tipos siniestros, desde el aventurero internacional Eric Norvel (Georges Sanders), al sospechosísimo Danforth (John Carradine), pasando por el exótico Hakim (John Davidson). Un reparto internacional —británicos, austriacos, franceses y norteamericanos— para una película que juega sin ambages con los estereotipos nacionales. El mismo Mr. Moto se hace pasar por Kuroke, un tratante de antigüedades, llevando hasta la parodia su impostación nipona. No menos chistoso es el villano que compone Georges Sanders, con su bigotito, su monóculo y un acento imposible.


Mr. Moto's Last Warning no decae en ningún momento. Incluso, brilla ocasionalmente, como en la escena, hermosa y sugerente, de la muerte de John Carradine en un batiscafo. Acción más que suficiente para los setenta minutos que dura la cinta. Ya les decíamos: genuina serie B.


Colofón 
Los ocho títulos de la serie han sido restaurados por 20th Century Fox y, como los de Charlie Chan, editados en DVD. Por esas cosas misteriosas del copyright Mr. Moto's Last Warning está en dominio público por lo que pueden verla aquí: https://youtu.be/D7d6zqoH1c0


Mr. Moto's Last Warning (1939) 
Producción: 20th Century-Fox (EEUU) 
Director: Norman Foster. Writers: Philip MacDonald y Norman Foster, basado en el personaje creado por John P. Marquand. 
Intérpretes: Peter Lorre (Mr. Kentaro Moto), Ricardo Cortez (el Gran Fabian), John Carradine (Danforth / Richard Burke), George Sanders (Eric Norvel), Jacques Lory (Cliquot, el malabarista), Virginia Field (Connie Porter), Joan Carroll (Marie Delacour), Robert Coote (Rollo Venables), Margaret Irving (Madame Delacour), Leyland Hodgson (Captain Bert Hawkins), John Davidson (Hakim), George Humbert (el regidor). 
71 min. Blanco y negro.

3 de febrero de 2025

El profesor Barami, adivino y gurú


El apartamento de la tentación (1971), Julio Buchs 

El profesor Barami es lo más in para la alta sociedad del Madrid hippy. El Barón (Jaime de Mora y Aragón) recomienda a sus amigos una visita a la vieja mansión del profesor, donde el ambiente vampírico “es muy polanski”, según advierte.

El profesor Barami (Jesús Guzmán) ha inventado una nueva terapia. Allí, a cambio de un óbolo, la gente de postín puede desgañitarse, insultarse y expresar sus deseos secretos. La sesión comienza cuando su asistente (Tito García) toca el gong. El profesor Barami desciende la escalera ataviado con esmoquin y un turbante. Luce también perilla y un zarcillo de oro en la oreja. El decorado, a base de tapices e ídolos hindúes. A su señal, los asistentes empiezan a despotricar: -¡Quiero ser hippy y fumar marihuana! –proclama un vejete. -Me gustan los gitanos. ¡Que me traigan a Peret! –reclama María Isbert. -A ver si aprendes a conducir… ¡so cebollo! –exabrupta el Barón.

Cuando Alberto (Juan Luis Galiardo) sospecha que su mujer (Carmen Sevilla) le engaña, vuelve a la consulta del profesor Barami. Éste, después de analizar las pruebas que le ha traído el marido, hace su diagnóstico. Julieta es una Tauro soñadora y ardiente, difícil de seducir, pero caerá rendida ante el cerco de un Capricornio misterioso y aventurero. Ambos se pondrán mutuamente a prueba.

Los líos entre tres matrimonios dan lugar a un enredo vodevilesco que culmina en el “apartamento de la tentación” del título, propiedad de un actor en paro (Antonio Ozores). Pero en todo ello ya no tiene parte el profesor Barami. Sus poderes han servido únicamente para sembrar en la mente del burlador que teme ser burlado la idea de que Julieta puede caer.

El apartamento de la tentación (1971) 
Producción: Ízaro Films (ES) 
Director: Julio Buchs. 
Guión: Federico de Urrutia y Julio Buchs, basado en una idea de Carlos Blanco. 
Intérpretes: Carmen Sevilla (Julieta), Juan Luis Galiardo (Alberto), José Sacristán (Maximino), Helga Liné (Rosaura), Mari Carmen Yepes (Laura), Jaime de Mora y Aragón (el Barón), Antonio Ozores (Zacarías Ridruejo), Jesús Guzmán (el profesor Barami), Tito Rodríguez (su asistente), Rafael Hernández (el taxista), Ángel Ter (Ripoll, agente artístico), Luis Morris (Manqui), Mirta Miller, Emilio Laguna (López), Manolo Codeso (el patriota), Gogó Rojo (Antonia), Xan das Bolas (guarda forestal), José Morales, Beni Deus, María Isbert, Emilio Rodríguez, Fabián Conde, Paco Rabal, Carlos Lucas. 
96 min. Color (Eastmancolor)

27 de enero de 2025

La Gata Loca va al circo


Krazy Kat and Ignatz Mouse at the Circus
(1916), Georges Herriman 

Entre febrero 1916 y agosto de 1917 Georges Herriman cedió a sus dos personajes más conocidos –Krazy Kat y el ratón Ignatz– a la International Film Service para que los llevaran a la pantalla en casi una treintena de producciones animadas.

Las características son las mismas de otras producciones de la época, como Felix the Cat: brevedad, dibujo de línea simple, utilización de bocadillos para los diálogos. Nada hay en Krazy Kat and Ignatz Mouse at the Circus del arte surreal, de los paisajes oníricos ni del “amour fou” que campean en las viñetas de Herriman. Todo se reduce a una pequeña broma que podría haber sido protagonizada por un carablanca y un augusto.

Krazy se encuentra en el circo a su amigo, el perro Linxie. Linxie está hambriento y no parece especialmente interesado en los gatos. Lo que a él le gustan son los ratones gordezuelos. Ignatz se ha escondido al verlo llegar. Cuando Krazy le reprocha su cobardía hacen una apuesta, en cuya resolución Krazy se llevará la peor parte.

Pueden ustedes ver la película completa en el Internet Archive (http://www.archive.org/details/Krazy_kat_and_ignatz_mouse_at_the_circus_1916).
Krazy Kat and Ignatz Mouse at the Circus (1916) 
Producción: International Film Service (EEUU) 
Guión: Georges Herriman. Animación. 
Personajes: Krazy Kat, el ratón Ignatz y el perro Linxie. 
3 min. Blanco y negro.

21 de enero de 2025

La película sobre Los Muchachos de Revenga / 3


El Circo de Los Muchachos (2024), Elías León Siminiani

Una de las mayores sorpresas de la serie, algo de lo que nunca oí hablar, ha sido descubrir la intención del cura de realizar una película que reflejara el espíritu de su proyecto para difundirlo por todo el mundo. Que el padre Silva era un visionario en cuanto al poder de los audiovisuales como plataforma de difusión de sus ideas nos quedó claro cuando en su primera visita al Japón, en 1974, compra todo un equipo de TV para poder transmitir e impulsar sus ideas: Benposta TV, el primer canal de televisión territorial de España, impulsado desde su sede en Orense. También una de las primeras escuelas de audivisual de España. 

Durante el proceso de realización de este documental se encontraron unas bobinas de celuloide de 16 y 35mm. Al digitalizarlas, el equipo comprobó que eran diferentes secuencias de un proyecto para realizar una película y ¡una serie! dirigida por Luis Revenga, director y productor  español con muchos documentales de NO-Do a sus espaldas, entre ellos Picasso (1981), y películas de diferente índole como Caperucita y Roja (1977) y Las aventuras de Enrique y Ana (1981).


El proyecto, inacabado, se comenzó a grabar en la segunda gira latinoamericana, en el año 1978. Las imágenes que la productora de El Circo de los Muchachos rescatan, y de las que hacen un uso muy efectivo, son impresionantes.

El proyecto, como hemos dicho, era hacer una serie de 13 capítulos en 16mm que tocasen diferentes géneros cinematográficos, y una película realizada en color en 35mm que estaba destinada a ser el mayor altavoz del ideario del cura. De ambos proyectos se conservan imágenes que explican muy bien la vida de los jóvenes integrantes de la Ciudad de los Muchachos y la idea utópica del padre Silva de convertir su proyecto en un ejemplo liberador para el mundo.

En este proceso del descubrimiento de los rollos de película, el equipo investigó también el modo de financiación de todo el proyecto cinematográfico, una historia que se convierte en una de las anécdotas de mayor picaresca de toda la serie.


Otras entradas sobre El Circo de los Muchachos y Benposta:

4. Los Muchachos y la política
5. La decadencia de Los Muchachos
6. Música y libros

15 de enero de 2025

Un circo angelical

Der Himmel über Berlin (El cielo sobre Berlín, 1987), Wim Wenders


Als das Kind Kind war, / ging es mit hängenden Armen, / wollte der Bach sei ein Fluß, / der Fluß sei ein Strom, / und diese Pfütze das Meer.
Als das Kind Kind war, / wußte es nicht, daß es Kind war, / alles war ihm beseelt, /und alle Seelen waren eins.
Als das Kind Kind war, / hatte es von nichts eine Meinung, / hatte keine Gewohnheit, / saß oft im Schneidersitz, / lief aus dem Stand, / hatte einen Wirbel im Haar / und machte kein Gesicht beim fotografieren.
 

Cuando el niño era niño, /caminaba balanceando los brazos, / quería que el riachuelo fuera un río, /
el río un torrente / y este charco, el mar.
Cuando el niño era niño, / no sabía que era un niño ,/ todo le parecía lleno de vida / y todas las almas, una sola
Cuando el niño era niño, / no tenía opiniones sobre nada, / no tenía costumbres, / se sentaba en el suelo con las piernas cruzadas / echaba a correr, / tenía un remolino en el pelo / y no quedaba mal en las fotos. 

Peter Handke (Lied Vom Kindsein)


Solo los niños pueden ver a Damiel (Bruno Ganz), un ángel que observa y escucha todo, sobrevolando un Berlín en blanco y negro lleno de murmullos de historias tristes, fragmentadas, una sinfonía de voces en off que nos hipnotiza,al igual que cautiva a Damiel. El ángel mira los pequeños detalles de vida plena como si fuese la primera vez que los ve. Peter Handke, junto con Wenders fueron escribiendo la historia a medida que la iban haciendo. Dejándose llevar, como su personajes.


La tierra era un caos
Desde lo alto de la Siegessäule (construida en 1873), una columna coronada por una escultura dorada de la alada diosa Victoria, Damiel no está solo. Está también su ángel amigo, Cassiel (Otto Sander) y muchos otros con los que se encuentra en la Biblioteca Estatal de Berlín, refugio de ángeles y de Homero (Curt Bois), un viejo poeta.


La conversación de Damiel y Cassiel en un descapotable rojo en el que se cuentan lo que anotan en su cuaderno de campo es un delicioso juego de haikus. Desconcertante cuando la conversación se centra en su cansancio eterno de la eternidad. Querrían meterse en nuestro pellejo pero están condenados a consolarnos y a acompañarnos cuando más los necesitamos. Damiel está en crisis. 


Las imágenes de Berlín son demoledoras, una ciudad despersonalizada, donde el muro cobra un significado trascendente, un Berlín lleno de solares desolados, una tierra de nadie con edificios derruidos y grafittis en todas las paredes. “Es imposible perderse en Berlín, siempre vas a parar al muro”, dice la protagonista.


Caminando por Berlín, Damiel encuentra con un pequeño circo en bancarrota, el Cirkus Alekan, llamado así en homenaje al director de fotografía, Henri Alekan, que hizo un trabajo espléndido. Marion (Solveig Dommartin), una trapecista con alas es la primera imagen de color que vemos en la película. Damiel siente un flechazo, el mismo que sintió Wenders, pareja en ese momento de la actriz. Pero la historia vuelve al blanco y negro: la tristeza de la trapecista, la imagen de un ángel caído de verdad. Derrumbada en una caravana hasta que se desnuda y el ángel la roza el hombro y vuelve el color… 



Colombo es el ángel perfecto 
Pero el color no vuelve a la película. Esta sigue con historias en gris, como la de Homero, como la de la prostituta, como la del suicida… Todas te llevan a la historia de Alemania, al muro que divide y rompe, y la película te dirige a la película dentro de la película, una sobre la II Guerra Mundial, en la que Peter Falk, la estrella, dibuja retratos a lápiz mientras se pregunta si seguirá siendo tan buen actor como antes. Colombo –que aceptó encantado un papel pensado, en principio, para Willy Brandt – se encontró con que no había ni una sola página escrita sobre su personaje, así que la mayor parte de sus intervenciones se improvisaron –se crearon– sobre la marcha.


Colombo es el contrapunto a la seriedad conceptual de los ángeles de Handke y su presencia en Cielo sobre Berlín puede chocar a primera vista. Pero sus reflexiones en off –grabadas meses después en Los Ángeles bajo las indicaciones de Wenders al teléfono, muchas improvisadas– y sus diálogos ayudan a darle tierra a los espirituales y angelicales modos de Damiel y Cassiel. Colombo se interpreta a si mismo cuando no sabe qué sombrero escoger o cuando realiza pequeños bocetos a lápiz de los extras.

El amor da alas y también las quita
Las historias se entremezclan y volvemos al circo. El número de la trapecista se llena de emoción al ver al ángel en la pista soplando en la coronilla del jefe de pista. Pero nos tranquilizamos al ver que el ángel la acompaña en la discoteca donde ha ido a olvidarse de todo. Damiel está enamorado hasta la coronilla.


Es tanta la compasión que siente por los humanos, es tanto su amor hacia ellos que acaba convirtiéndose en un hombre de carne y hueso. El color vuelve a la pantalla al mismo tiempo que vuelve su sangre a las venas: una armadura –la protección del ángel– le ha caído del cielo provocándole una herida. 


El circo se va de la ciudad. La trapecista se queda sola. Cuando Damiel va a buscarla el dibujo de la arena de la pista preside el centro de un solar vacío. Pero, no se preocupen, que para que el final sea feliz están el teniente Colombo, Wenders y el From Her to Eternity de Nick Cave.


Der Himmel über Berlin
(El cielo sobre Berlín, 1987)
Producción: Road Movies Filmproduktion / Argos Films / Westdeutscher Rundfunk (WDR)
Director: Wim Wenders
Guión: Wim Wenders, Peter Handke y Richard Reitinger
Intérpretes: Bruno Ganz (Damiel), Solveig Dommartin (Marion), Otto Sander (Cassiel), Curt Bois (Homero), Peter Falk (como él mismo), Lajos Kovács (entrenador de Marion), Bruno Rosaz (payaso), Hans Martin Stier, Elmar Wilms, Sigurd Rachman, Beatrice Manowski,
128 min. Blanco y negro / color 

 

6 de enero de 2025

Canciones de Bobby Capó en el escenario del Flamboyant


Palmer ha muerto (1961), Juan Fortuny

El amigo Burgomaestre de Lady Filstrup (
http://ladyfilstrup.blogspot.com/), sitio que todos ustedes deberían visitar por lo mucho y bien que allí se escribe sobre los actores españoles) ha tenido a bien enviarnos esta copia de Palmer ha muerto. Allí cuenta algo del inane argumento de esta película de Juan Fortuny ambientada en Puerto Rico, país coproductor, con España, de la cinta. Protagoniza el actor radiofónico barcelonés Ricardo Palmerola, que por aquél entonces vivía en el país caribeño donde tomó parte activa en la formación de los dobladores de series norteamericanas.


La película es un policiaco enmarañado con carreras entre bastidores, mujeres que se llevan constantemente las manos a la boca para reprimir gritos de angustia, cadáveres que desaparecen, trampillas que esconden cadáveres que resultan ser maniquíes, manos que empuñan revólveres tras las cortinas y larguísimas explicaciones en las que casi todo se cuenta y casi nada se ve.


Pero está ambientada en el Teatro Arlequín y en el Club Flamboyant en donde actúa Silvia Darnell (Rosita Fornés), lo que da ocasión a escuchar tres composiciones del cantante y compositor boricua Bobby Capó.


La cubana Rosita Fornés –reina incombustible de la zarzuela y la revista, la radio, la televisión y las variedades en toda Latinoamérica- interpreta la incendiaria “Juguete” y “El duende”.


Tito Lara y los Hispanos -Wilson Torres, Carmelo Montalvo, Tato Díaz y Charlie Vázquez-, estrellas de la radio y la televisión puertorriqueña -donde participaron durante años en sendas ediciones del programa “Festival Sultana” y en televisivo “Show Coca-Cola”-, cantan en el mejor estilo de los grupos doo-wop norteamericanos, el tema “Mentirosa”.


Y, de remate, el catalán José Guardiola reprisa “El duende” con su voz aterciopelada.


Algunas vistas nocturnas de las calles de San Juan de Puerto Rico a lo mejor son dignas de su atención.

Palmer ha muerto (1961)
Producción: Miguel Mezquíriz (ES) / Probo Films Inc. (PR)
Director: Juan Fortuny.
Guión: Luis G. de Blain.
Intérpretes: Ricardo Palmerola (Ricardo), Inés Alma (Verónica), Rosita Fornés (Silvia Darnell), Ónix Báez (Esteban Palmer), Boris (José L. Marrero), Aníbal Ponce (Sammy Alfaro), Milagros Carrillo (Marta), Vicente Vázquez, Alberto González, Manuel Piñera, Juan F. Tafaner.
87 min. Blanco y negro.