17 de febrero de 2022

Una promesa vale más que "eso"



It (1990), Tommy Lee Wallace

En cualquier alcantarilla puede estar "eso", un payaso terrorífico que con galletas y globos embauca a los niños para matarlos ¿a bocados? En 1960, siete jóvenes con problemas en el colegio y en el barrio por culpa de un aspirante a matón, se cruzan con It después de que "eso" mismo haya matado al hermano de uno de ellos.


30 años después, con el grupo de amigos ya crecido y disperso por Estados Unidos, la cosa esa —menos mal que no lo han llamado el payaso asesino— ha vuelto para vengarse según todos los indicios. Todos tienen que volver a Maine, después de que uno de ellos, que ahora es policía, haya descubierto una foto del hermano asesinado en una escena de otro crimen.


Alternando las dos épocas, el director se asegura una miniserie de dos capítulos. En la primera parece que estamos en una película de aventuras de adolescentes que van al cine a ver  I was a teenager worewolf (Gene Fowler Jr., 1954) y que provocan un altercado con la banda rival o que se cuentan sus batallitas en un viejo tractor al lado del río.


Pero la cosa tiene más salsa. Roja. "Eso" vive en las alcantarillas, en los desagües, puede aparecer en las duchas, en un lavabo, en una sala de calderas y, como anfitrión paciente y payaso malo que es, les invita a volver a la pesadilla cada vez que quieran, atormentando a los miembros del Club de los Perdedores uno a uno. "Os volveré locos y luego os mataré a todos", les amenaza subido a una farola desde la fotografía de un álbum viejo. 


Pero el caso es que It, "eso",  tiene nombre, otro nombre. Y después de 30 años adormecido va a aprovechar la próxima tormenta para diluirse en tus miedos más viscerales, y en el centro de ese miedo hay, lógicamente, una nariz de payaso. También hay una segunda parte, pero después de 80 minutos enredado con eso y con aquello, la voy a dejar para otro día y así aprovecho y damos un repaso a otros payasos malotes.


It (1990)
Producción: Green/Epstein Productions, Konigsberg/Sanitsky Company, Lorimar Television
 y Warner Bros. Television  (USA).
Dirección: Tommy Lee Wallace
Guión: Lawrence D. Cohen y Tommy Lee Wallace

basado en la novela de Stephen King
Intérpretes: Harry Anderson (Richie Tozier), Dennis Christopher (Eddie Kaspbrack), Richard Masur (Stanley Uris), Annette O'Toole (Beverly Marsh), Tim Reid (Mikek Hanlon), John Ritter (Ben Hanscom), Richard Thomas (Bill Denbrough).
180 min. Color

9 de febrero de 2022

Bailando en Broadway


Two tickets to Broadway (Luces de Broadway, James V. Kern, 1951)

Tener un millonario excéntrico como Howard Hughes  de mecenas puede ser un lujo o toda una tortura. El sr. Hughes había adquirido el control de la RKO en 1948. Tres años más tarde, en 1951, año de producción de Two Tickets to Broadway, el obsesivo control de Hughes de todos los detalles del estudio lo había llevado a un punto muerto, así que lo que podía haber sido un simple musical de jóvenes artistas en busca de su oportunidad en el negocio de la televisión se convirtió en una pesadilla de muchos meses de duración, en parte por el control minucioso de Hughes de todos los detalles de la película, en parte por sus esfuerzos por seducir a Janet Leigh.


Nancy (Janet Leigh) es una chica de un pequeño pueblo que viaja a Nueva York con la esperanza de convertirse en una estrella de la televisión. En Manhattan se hospeda en un hotel repleto de guapas aspirantes como ella. Un equívoco de maletas hace coincidir a Nancy con Dan Carter (Tony Martin), un tenor desempleado que tiene como agente a Lew Conway (Eddie Bracken), un taimado representante que se pasa toda la película mintiendo, engañando y disfrazándose para conseguir su cuota de negocio.


Conway, bastante conocido en el mundillo por sus artimañas, les ha convencido de que van a participar en el show de televisión presentado por Bob Crosby, un director de Big Band, que lidera un programa de variedades y entretenimiento en la pequeña pantalla. Pero la verdad es otra y Bob Crosby, hermano del conocido Bing Crosby, no tiene previsto contratarles.


Los que sí van a van a participar en el programa de Bob Crosby son Los Charlivels, los hijos de Charlie Rivel, a los que tenemos la suerte de ver en uno de sus ensayos: hacen el número de trapecio volante con Charlie Rivel con secuencias ralentizadas, el número de piruetas del torero y el número acrobático de estos grandes artistas: Valentino, Juanito y Charlie jr.


Precisamente son Los Charlivels las últimas víctimas de Conway y los que facilitan, con su forzada desaparición, la participación de Dan Carter, Nancy, Hanna Holbrock (Gloria De Haven), Joyce Campbell (Ann Miller) y SF. Rogers (Barbara Lawrence) —otras tres showgirls que acompañan a Nancy en su sueño de éxitos— en el programa de Crosby.


Los temas musicales no son cosa del otro mundo aunque Tony Martin nos muestra que es mejor como cantante que como actor en el Prologo de "Pagliacci", "There's No Tomorrow" (O Sole Mio) y "Manhattan." Bob Crosby interpreta un tema bastante soso, "Let's Make Comparison" en el que hace protagonista a su hermano en forma de muñeco de cera.


Lo que más nos ha gustado, además de Los Charlivels y el propio Charlie Rivel, ha sido la energía de Ann Miller bailando claqué en el tema "The Worry Bird" y ver en pantalla a las estrellas del vaudeville Joe Smith y Charles Dale —los roles estaban destinados en un principio a los cómicos Stan Laurel y Oliver Hardy— que interpretan a los dos propietarios de una tienda de delicatessen.


Two tickets to Broadway (1951)
Producción: RKO Radio Pictures (EE.UU.)
Director: James V. Kern
Guión: Sid Silvers y Hal Kanter basado en una historia de Sammy Carn
Números musicales creados y dirigidos por Busby Berkeley
Intérpretes: Tony Martin (Dan Carter), Janet Leigh (Nancy Peterson), Gloria De Haven (Hanna Holbrock), Eddie Bracken (Lew Conway), Ann Miller (Joyce Campbell), Barbara Lawrence (SF. Rogers), Joe Smith y Charles Dale (Harry y Leo), Taylor Holmes (Willard Glendon), Buddy Baer (marinero en autobus), Bob Crosby (él mismo). The Charlivels (ellos mismos)
Color. 106 min.

8 de febrero de 2022

Huesos divertidos


Funny Bones
(1995), Peter Chelsom

Los huesos divertidos se tienen o no se tienen. Los hombres y mujeres de circo suelen tenerlos fuertes, elásticos, resistentes, adiestrados para la contorsión más enrevesada o la dislocación más grimosa. Muchas veces, más de lo que nos gustaría, acaban rotos, desgastados de tanto esfuerzo y repetición. Desgraciadamente, tenerlos divertidos es algo más difícil de entrenar aunque haya algunas técnicas que puedan ayudar un poco. En el fondo, se tienen o no se tienen, como el talento. Y si no los tienes pero te crees gracioso, pues puedes ser un exitoso monologuista o un cómico de chistes original o un artista de calle con la gorra rebosante de dinero.


Hace tiempo bastaba con tener huesos cortos o deformes para obtener un desahogado lugar entre los bufones de la corte, pero hoy en día eso no es suficiente ni políticamente correcto. Tampoco es para tirar cohetes la colección de videos recopilatorios de caídas, golpetazos, resbalones, acrobacias fallidas y demás accidentes del tipo piel de plátano. Nos hace gracia porque somos bastante cabrones y nos gusta ver a los demás por el suelo. Entonces, ¿qué hace falta para tener los huesos divertidos? ¿Se heredan? ¿Es una reacción química que se produce en la materia ósea por alguna circunstancia que los estudiosos no han sabido interpretar? ¿Se pueden tener los huesos divertidos y ser un soso?


Hace diez años —ya sabéis que esta sección no se destaca precisamente por su rabiosa actualidad—, se estrenó Funny Bones, Los Comediantes fue su título en España, un film dirigido por Peter Chelsom que trata de todo esto, es decir, de la naturaleza de la comedia. La película pasó un poco desapercibida por el trasfondo trágico de la historia, una mezcla arriesgada de comedia y tragedia que puede resultar indigesta para algunas personas pero que en mi caso se convierte en una delicia. Cuestión de paladares, de gustos.


Tommy Fawkes (Oliver Platt) es un atormentado cómico que acaba de vivir una noche desastrosa en un hotel de Las Vegas en presencia de su padre George (Jerry Lewis), un famoso y popular comediante que eclipsa a su joven hijo subiéndose al escenario antes que él y robándole su chiste estrella. Tommy huye del escenario tras el fracaso y emprende un viaje iniciático para encontrar sus raíces y, de paso, encontrar material cómico para un nuevo espectáculo.


Para eso, se traslada, de incógnito, a su ciudad natal, Blackpool, localidad costera del noroeste de Inglaterra, donde se encuentra el Pleasure Beach, un parque de atracciones situado junto al paseo de la playa, con la segunda montaña rusa más alta de Europa, y el Blackpool Tower Circus, un circo estable ubicado entre las cuatro patas de la emblemática torre de la ciudad que lleva abierto ininterrumpidamente desde 1894.


En Blackpool parece que se ha detenido el tiempo. Sus habitantes conforman una colorida y bizarra colección de postales de otro tiempo. Entre todos ellos, Tommy está absolutamente convencido de que va a encontrar lo que busca. Para ello organiza un casting de pago —¿pero eso existe?—, “50 libras por mirar”. “Pero nada de chistes”, insiste Tommy, “gente cómica, comedia física, ideas que sean originales…, los chistes se los dejo a Georges Fawkes.”



El casting es un estrafalario desfile de artistas de toda índole y condición: la sombra, un lazador de cuchillos que falla hiriendo a su partenaire, una abuelita con su sierra-violín, un hombre que habla al revés, un mago mimo que se autodecapita, una amaestradora de perros que no consigue el ladrido en el tempo justo, un viejo bailarín de claqué con cajas de galletas por zapatos, un trío de monociclistas vestidos con un tutú, un enano gaitero, un falso enano policía, un cura que infla un guante de plástico embutido en su cabeza, un militar haciendo un desfile beatbox…


Pero eso no es todo, lo mejor está por llegar. En Blackpool viven los Parker, una extraña familia de artistas que viven debajo de la montaña rusa. Thomas Parker, el más viejo, es el genial malabarista excéntrico y hombre de goma, George Carl. Si no lo conoces deberías ir rápidamente a youtube y hacer una búsqueda. Freddie “Parrot Face” Davies, un conocido comediante inglés con más de cincuenta años de profesión, y autor del éxito musical “So Lucky”, es Bruno Parker. Los dos hermanos, después de una brillante carrera como payasos, trabajan ahora como fantasmas en el túnel del terror del parque de atracciones. Los dos tienen huesos divertidos, de eso no cabe duda. Y por otro lado son los únicos que asustan en el temido túnel.


Junto a ellos está el joven Jack Parker (Lee Evans) y su madre Katie (Leslie Caron), la ex de Thomas. Lee Evans es un reputado actor inglés de Stand Up Comedy. Su peculiar manera de utilizar su cuerpo nos recuerda a otro gran actor cómico inglés, Norman Wisdom. En Funny Bones, Lee Evans interpreta a un talentoso artista, algo trastornado y con un pasado oscuro y tortuoso por lo que tiene prohibido actuar ante el público. Su madre es una encantadora cantante francesa que cuida de su pequeño con gran celo. Los Parker guardan un secreto. Thomas lleva 12 años con depresión y no habla ni una palabra.


El encuentro con los Parker, revuelve la memoria de Tommy Fawkes y la de Kattie. Ambos se conocen aunque todavía no se ha desenmascarado del todo la relación que los une. Pero a la hora de de firmar el contrato de cesión de los derechos de autor, Tommy se reencuentra con su pasado: su padre tuvo una aventura con Kattie de la cual nació Jack. Y lo que es peor, su padre robó todo el material cómico a los Parker antes de huir de Blackpool para esconder su desliz y salvar su reciente matrimonio.


Tras este reencuentro, Georges Fawkes viaja a Blackpool para encontrarse con su hijo y  congraciarse con los Parker y les consigue un contrato como número principal en el circo. Después de doce años vuelven a la pista animados por un extraño polvo que Jack ha escondido en la caja de maquillaje. El polvo es un producto regenerativo que rejuvenece y forma parte de la trama policiaca de la película que hemos obviado. Excitados por el misterioso producto, los hermanos Parker realizan un acto excepcional, el número del restaurante. Pero los Parker se tienen reservada otra sorpresa, la actuación prohibida del joven Parker.


Maquillado como para dar miedo, ojeras y dientes rotos, el joven cómico salta a la pista —literalmente, huyendo de la policía— y realiza el acto que popularizó Fattini inspirado en el número acrobático de Ben Dova (el francés Joseph Späh), el acto del borracho y la farola cimbreante. Jack recibe una estruendosa ovación al mismo tiempo que aumenta el número de policías que le persiguen.


Un policía sube a la farola con la intención de apresar al artista. Ahí está a punto de suceder de una desgracia, mientras Tommy descubre que está empezando a gustar al público…, siente que sus huesos empiezan a ser divertidos.  


Funny Bones (1995)
Producción: Hollywood Pictures (USA/UK)
Director: Peter Chelsom
Guionistas: Peter Chelsom, Peter Flannery
Música: John Altman
Intérpretes: Jerry Lewis (George Fawkes), George Carl (Thomas Parker),  Freddie Davies (Bruno Parker), Lee Evans (Bruno Parker), Leslie Caron (Katie Parker), Ian McNeice  ( el comisario Stanley Sharkey), Olliver Reed (Dolly Hopkins) y Richard Griffiths (Jim Minty).
Color. 128 min.

Circo victoriano en el Swinging London


Far from the Madding Crowd (Lejos del mundanal ruido, 1967), John Schlesinger




BATSHEBA Everdene (Julie Christie) ha heredado una finca de su tío y está dispuesta a llevarla como un hombre más. Como estamos en la Inglaterra rural en pleno siglo XIX la cosa levanta ronchas en la sociedad victoriana. Tan claro como lo tiene ella para esto y en cambio es incapaz de decidirse entre los tres hombres que la adoran y a los que ella aprecia por igual: Gabriel Oak (Alan Bates), un pequeño propietario rural arruinado; el hacendado William Boldwood (Peter Finch); y el apuesto sargento Frank Troy (Terence Stamp). Cada uno de ellos le ofrece algo -seguridad, una posición social, pasión- de lo que los demás carecen. Y Batsheba no entiende porqué debería privarse de cualquiera de ellos.


Ahí tienen ustedes planteado el drama, al hilo de la novela de Thomas Hardy. El resto del envoltorio es una producción a la que no le falta de nada: desde la fotografía suntuosa de Nicolas Roeg, una música espectacular, escenografía sin tacha y tres horas para devanar la madeja. Si a ello le suman que el elenco es el no va más del swinging London y que John Schlesinger ha lanzado sus carreras con A Kind of Loving (Esa clase de amor, 1962) y Darling (Darling, 1964) ya entenderán ustedes que la película en su tiempo aspirara al estatuto de clásico y que le valiera a Schlesinger el pasaporte para Hollywood.


Pero si hablamos de Far from the Madding Crowd no es por el envoltorio sino por las escenas que tienen lugar en el circo del Capitán Fortescue (Noel Henkel), con toda clase de atracciones y servicios, desde un sacamuelas que organiza una verdadera carnicería a la mujer más gorda del mundo (Peggynne Clifford). Hay también una funambulista, fieros leones, payasos de toda laya y tres forzudos en mallas. Con Batsheba y el hacendado Boldwood asistimos a un número completo basado en las aventuras del bandido generoso Dick Turpin. En él, el sargento Troy puede lucir sus habilidades para la doma ecuestre y su pericia con el sable y… las tartas de crema. Ni que decir tiene que Terence Stamp aprovecha para hacer gala de su histrionismo en un entorno, por esta vez, perfectamente adecuado a toda clase de excesos. Cuando recita un poema a su caballo muerto los rudos campesinos no pueden contener una lagrimita.


Si tienen un rato Far from the Madding Crowd les ofrece la oportunidad de corroborar que David Lean sólo hubo uno y, de paso, sumergirse durante unos minutos en el ambiente del circo victoriano.


Sr. Feliú


Far from the Madding Crowd (Lejos del mundanal ruido, 1967) 
Producción: Vic Films (GB) 
Director: John Schlesinger. 
Guión: Frederic Raphael, de la novela de Thomas Hardy. 
Intérpretes: Julie Christie (Bathsheba Everdene), Terence Stamp (Frank Troy), Peter Finch (William Boldwood), Alan Bates (Gabriel Oak), Fiona Walker (Liddy), Prunella Ransome (Fanny Robin), Peggynne Clifford (la gorda del Circo), Noel Henkel (el capitán Fortescue), Manager Alison Leggatt, Paul Dawkins, Julian Somers, John Barrett, Freddie Jones, Andrew Robertson. 
168 min. Color (Metrocolor).