Un lugar para el encuentro. en el más amplio sentido del término, entre el cine, el circo y las variedades
(A place for the meeting, in the most wide sense of the term, among the cinema, the circus and varietés).
Autores: Sr. Feliú y Javier Jiménez
28 de agosto de 2009
Étaix, carterista (que no cartelista)
26 de agosto de 2009
Cerebro, corazón y tripas
"Grâce a Yoyo,le film, je fus définitivement adopté par mes amis les clowns et artistes de cirque: ils reconnaissaient la quelque air de familie. Avant, bien sûr, on m'acceptait dans les coulisses, mais tout sincèrement passionné que j'etais, je restais un étranger. Je comprends parfaitement cette attitude. Le cirque est trop envahi de voyeurs dérisoires qui confondent religion et fetichisme, d'amateurs non éclairés quiu travestissent un art en folklore à roulottes, qui símaginent que la piste est toujours "aux etoiles". Ils sont très durs, les "sang-bleu" du cirque"Pierre Étaix
Gracias a Yoyo, la película, fui adoptado definitivamente por mis amigos clowns y artistas de circo: reconocían algún aire de familia. Antes, por supuesto, me aceptaban entres bastidores, pero por muy sincero o apasionado que yo fuera, yo seguía siendo un extraño. Comprendo perfectamente esta actitud. El circo es invadido demasiadas veces por mirones irrisorios que confunden religión y fetichismo, de aficionados poco claros que transforman un arte en folklore de caravanas, que se imaginan que la pista está siempre "llena de estrellas". Son muy duros, los "sangres-azules" del circo.
Sr. Feliú
Filmografía comentada en Circo Méliès:
23 de agosto de 2009
Annie Fratellini, madame Étaix
22 de agosto de 2009
La payasa Fratellini
Los renegados de Hollywood
Los capítulos dedicados a este rodaje y al de Beggars of Life (Mendigos de vida, 1928), bajo la dirección de William “Wild” Wellman, están pintados con colores vivos y poco tienen que ver con lo que uno esperaría de las “memorias” de una estrella. Otros están dedicados a hacer recuento de sus primeros pasos en la danza moderna con Ruth St. Denis & Ted Shawn y sus Denishawn Dancers, de su vida como bailarina en los espectáculos de Flo Ziegfeld en el Nueva York de los locos años veinte, o el retrato íntimo de W. C. Fields, nuestro malabarista de cabecera, con el que compartió cartel en It's the Old Army Game (1926).
19 de agosto de 2009
Sombras y luces
YA SABEN ustedes que en la carpa amamos el humo de fritanga, el mareo de la noria y el sonsonete del organillo. El ambiente de las verbenas fin de siglo resulta tan pegajoso como encantador, y más cuando hay barracas de por medio. Está la de las variedades en las que un hombre pudibundo persigue a la tiple en bañador con una toalla para que no coja frío, la del fotógrafo al minuto que embalsama a sus clientes en un gesto hierático que la posteridad siempre encontrará ridículo, “el pajarito de la suerte” que dice la buenaventura eligiendo con el pico una predicción, el comefuegos… Y hay el sempiterno descontento, vendedor de cacahuetes, al que le ha hecho cisco la instalación de una barraca con la última moda de Francia: la fotografía en movimiento… el cinematógrafo.
Ahí entra el matrimonio Durán (Félix de Pomés y Graciela Crespo). Ella está en avanzado estado de gestación y así puede descansar un poco. El propietario de la barraca (Fernando Sancho) ejerce también de explicador. La primera “vista” –todas duraban entonces en torno a un minuto- es un baile excéntrico que triunfa en los cabarets parisinos. A la llegada de un tren, que provoca cierto recelo en el público por si pudiera salir de la pantalla y provocar alguna desgracia, le sigue una “escena de escamoteo”, en la mejor tradición del mago Méliès. La bella Mimí va quitándole las prendas de vestir a un maniquí y arrojándolas a un lado donde se recomponen dando vida a un policía, a un labrador bretón o al mismísimo Napoleón. Mimí hace aparecer entonces por arte de birlibirloque una bandera francesa y ya tenemos la estampa patriótica que sirve de broche a este episodio de prestidigitación cinematográfica.
-La magia de la imagen en movimiento –responde el industrial-. Pura magia, pura magia.
La última atracción es la proyección de un número “del mago español Pedrito, aventajado discípulo de Méliès”. La señora Durán siente un desfallecimiento. En un maravilloso efecto de sincronía entre la realidad y el arte cinematográfico que es el leit motif de Vida en sombras, el mago Pedrito (el más adelante prolífico realizador Pedro Lazaga) extrae de su sombrero de copa a un infante de casi cuatro kilos en tanto que Carlos Durán rompe a llorar. La señora Durán ha dado a luz… a la luz del proyector cinematográfico.
Vida en sombras se estrenó tarde y mal. Tuvo una calificación oficial lamentable y permaneció invisible hasta que en 1983 se llevó a cabo su recuperación a partir de varias copias de exhibición. Desde entonces la reputación de Vida en sombras ha seguido creciendo. Hoy está considerada un clásico imprescindible del cine español.
Vida en sombras (1948)
Producción: Castilla Films (ES)
Director: Lorenzo Llobet Gracia
Guión: Lorenzo Llobet Gracia y Victorio Aguado, basado en un argumento original del primero.
Intérpretes: Fernando Fernán Gómez (Carlos Durán), María Dolores Pradera (Ana), Isabel de Pomés (Clara), Fernando Sancho (Sancho, el de la barraca del cinematógrafo), Félix de Pomés (el señor Durán), Graciela Crespo (la señora de Durán), Jesús Puche (el fotógrafo), Camino Garrigó (la madre de Ana), Arturo Cámara (Comandante), Alfonso Estela (Luis), Tomás Gutiérrez Larraya (el vendedor de “Films Selectos”), Hernández (otro vendedor), Mary Santpere (Criada), María Severini (la dueña de la pensión), Miquel Graneri, Marta Flores, Enrique Tusquets, los niños: Antonia Llobet, Juanito López y Valero, y la voz de Joaquín Soler Serrano.
90 min. Blanco y negro.