9 de julio de 2008

Una pareja… distinta



Una pareja… distinta (José María Forqué, 1974)

La pareja distinta que nos ocupa está compuesta por Zoraida, una mujer barbuda, y Charly, un payaso travesti. Hay que anotar en el haber de su director, José María Forqué —realizador de, entre otras, la notable Atraco a las tres (1962)—, la voluntad de romper moldes. 



Coger a dos de los puntales del cine español de estos años y someterlos a semejante torsión es digno de elogio. López Vázquez viene de interpretar a un asesino psicópata en El bosque del lobo (Pedro Olea, 1971), de su cambio de sexo en Mi querida señorita (Jaime de Armiñán, 1971) y de la reciente polémica de La prima Angélica (Carlos Saura, 1974), pero Lina Morgan sigue a estas alturas de su carrera encasillada en papeles de chacha y chica de pueblo asilvestrada a la que todos parten el corazón. Se ha acercado al mundo del circo en otra tragicomedia de tintes policiacos que la empareja con Arturo Fernández: Ésta que lo es (Tito Fernández, 1973). Ellos son los protagonistas de Una pareja… distinta (José María Forqué, 1974). 



El punto de partida se diría tomado de La donna scimmia, si aquella hubiera tenido un final feliz. Zoraida (Lina Morgan) es despedida del circo en que trabaja cuando da a luz una niña imberbe. Pide refugio por una noche en casa de Charly (José Luis López Vázquez), cuya especialidad son los números de travestismo para solaz de don Arturo (Manuel González). 



El amor entre Zoraida y Charly les empuja a dejar atrás su vida pasada, que ambos consideran degradante: Charly como hombre de una pieza y Zoraida, bien afeitada. Sin embargo… El afán por hacer “amables” a los personajes impide al relato progresar implacable hasta su final lógico, al tiempo que Forqué elude los momentos que podrían haber acercado su película al esperpento. A fuerza de introspección sicológica el aguafuerte que podría haber sido Una pareja… distinta, deviene acuarela de pintor dominguero. Uno tiende a poner el acento en las intenciones, y como la de Forqué es encomiable, no quiere ponerse faltón.



El problema es que la indefinición genérica, el afán moralizante y la tendencia al subrayado fían toda la fuerza de la película a la calidad de las interpretaciones de la pareja protagonista. “El personaje de López Vázquez (…) –declara Forqué en 1990 en una entrevista con Florentino Soria- ha existido en la realidad y yo lo he conocido. Estos personajes marginales están manipulados por la sociedad que los acepta como tales, pero los tiene clasificados y cuando quieren salir de su sitio, buscando una mejora social, no se lo permiten. Eso sucede en todas las actividades. Creo que es una de mis mejores películas”.



El premio a la mejor interpretación femenina otorgado a Lina Morgan en el II Festival de Cine de Humor de La Coruña parece corroborar la afirmación de Forqué, cuyos recuerdos también están mediatizados por la presencia de su hija Verónica por primera vez ante la cámara. Sin embargo, los veinte millones de pesetas que la película ingresa en taquilla quedan muy lejos de las pretensiones de su autor y de las recaudaciones obtenidas habitualmente por sus estrellas, de modo que Una pareja… distinta sólo puede ser actualmente degustada por los incondicionales de los canales televisivos afines a “Cine de barrio”.


Una pareja... distinta (1974) 
Producción: Orfeo (ES)
Dirección: José María Forqué
Guión: José María Forqué y Hermógenes Sáinz.
Intérpretes: Xan das Bolas, Manuel Díaz González, Verónica Forqué, Emilio Laguna, José Luis López Vázquez, Ismael Merlo, Lina Morgan, Rina Ottolina, Susi Sánchez 
104 min. Eastmancolor.


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