"Little Tich, que nous m´avons pas vu a Paris depuis des années, est un excentrique: mais quel comédien, quel mime, et comme sa personalité dépasse toutes les classications!"
Frejaville, Au Music Hall, 1922
"Il est impossible de décrire le numéro de Little Tich, tout son numéro venaint de lui-même, de sa silhouette unique, de ses gestes, de des physionomies. Il était irrésistible"
Jacques Charles, Cent ans de Music Hall, 1956
¿Cómo descubre un mal estudiante de Imagen a este genial artista de finales del siglo XX completamente desconocido en España? Muy sencillo: en un documental sobre Jacques Tati titulado Tati, sur le pas de Mr. Hulot, realizado por Sophie Tatischeff (en realidad, la hija del cineasta) en 1986. En él, Tati confiesa que la película del acto de Little Tich, con su personaje Big Boots que incluimos al final de esta entrada, ha sido su inspiración, tras lo cual protagoniza una apasionada defensa de este gran cómico excéntrico, como ya hizo en el prólogo de la biografía de Little Tich editado por Elm Tree Books: "The film of his Big Boots act, the only one I know of, remains as a foundation for everything that has been realized in comedy on the screen. (…) Film enthusiasts today could then understand that, without Little Tich, The comic film would never have attained its degree of intelligence and that this is owed to him, the giant of creation" (R. Findlater, Little Tich, 1979).
Harry Relph (1868-1928), conocido como Little Tich, fue el décimosexto hijo de un granjero de Kent que a sus 77 años seguía ejerciendo de semental, pues es a esa edad cuando tuvo a nuestro héroe. Nacido con seis dedos en cada mano y en cada pie, y de piernas cortas, Harry era un niño un poco solitario. Su padre y casi todos sus hermanos eran demasiado mayores. Y aún así, una especial predisposición a hacer reír, remarcada por su especial físico, iba a marcar su camino en el mundo del espectáculo. Willson Disher va un poco más allá cuando afirma: "At his birth there was laughter. The whole parish of Cudham, near Sevenoaks, that summer of 1868, joked about the quizzical look of Mr. Relph´s new baby" (Willson Disher, Winkles and Champagne, 1938). Así que Harry, en cuanto tuvo oportunidad, y también necesidad, apenas con doce años, ya estaba ganándose la vida con sus canciones en los pubs y tabernas de la ciudad.
Después de estrenarse en los escenarios como cómico negro –"people thought you coudn´t be funny unless you had a burnt-cork face", nos dice el mismo Tich–, comienza una larga y próspera carrera en Drury Lane interpretando numerosos personajes y creando otros muchos. Entre los números que le dieron fama destacan, además del ya mencionado Big Boots, Miss Turpentine (una parodia de Louis Fuller (Serpentina) como bien nos descubre Rafaelle de Ritis) y la Señora española. Este último, uno de los más logrados y divertidos de su carrera, estaba sustentado en los casi 30 años de relación que mantuvo con Julia Amparo Celeste Recio, una española de Málaga que trabajaba en el cuerpo de baile del Olympia de París. "Tich bounced round and round the stage with a monumentally large comb stuck in a towering wig, wearing a splanged tutu, thrusting a rose in his mouth, clicking his castanets with a demented intensity, dancing a fandango –and dancing it with precise expertise, despite the comic business of getting mixed up with his mantilla. His ironic, malicious smile gave a darker shade to the portrait" (R. Findlater, Little Tich, 1979). Quizás el lado siniestro de esta parodia residía en el dominante carácter de la española, tercer matrimonio fracasado del artista, o en un profundo análisis del temperamento español que tan de moda estaba en los ambientes del Music Hall en esos años.
El documento que os presentamos está realizado por Clément-Maurice para el Phono-Cinéma-Théâtre en 1900. Pero hemos encontrado otro documento en el que aparece Little Tich, esta vez filmado por nuestro patrono Georges Méliês en el año 1905, la película de cuatro minutos Le Raid Paris-Monte Carlo en deux heures, en la que Little Tich recibe al victorioso rey de Bélgica, Leopold II, a su llegada a Montecarlo con su vehículo, después de numerosas peripecias. Próximamente en sus pantallas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario