
Situada en la Cuba pre-revolucionaria, Juan Quin Quin, un campesino buscavidas que no se resigna a su suerte, se enfrenta a su patrón y a la sociedad dominante, junto con su amigo Jachero (Erdwin Fernández) y su amante Teresa (Adelaida Raymat), aliándose con la guerrilla que comenzaba su lucha contra Batista. A pesar de este contexto, la película no es excesivamente propagandística, aunque su director, todavía novel, experimentase de manera excesiva en algunos momentos de la cinta desafiando la estructura fundamental de la narración. Paradójicamente se convirtió en una de las películas más populares de la historia del cine cubano y una de las pocas que se puede conseguir con facilidad.
El carisma del protagonista, el trabajo del actor Julito Martínez y la escasez de héroes infantiles cubanos tuvo mucho que ver con esa conexión del público. Monaguillo a medias, nuestro héroe es torero en una esperpéntica corrida donde las banderillas se convierten en una película experimental de tanto corte. Más adelante se deja enterrar en medio de la pista del circo –¡por fin justificamos la presencia de esta película en nuestra colección!– como "El Valiente de la Pista, El Hombre de las 1000 Vidas", emulando a nuestro fakir nacional Dajatarto. "El muerto está bien allá abajo, Pa' eso pagamos. Pa' que esté allá abajo medio asfixiado, dice el autoritario alcalde, haciendo lo que tienen que ser. Si se muere, se saló y más dá. Aquí no puede haber engaño".
También interpreta a Cristo crucificado anunciándose a si mismo: "Y no olviden que mañana tenemos matiné, tarde y noche". Juan Quin Quin es una película con altas dosis de surrealismo, una mezcla delirante de estilos en la que podemos encontrar retazos de Felllini, Jodorowski, Russ Meyer… La verdad es que nos cuesta imaginar que se haya convertido en un clásico de la cinematografía cubana y no en una película de culto al estilo de nuestro amigo Ed Wood. No podemos dejar este comentario sin citar que además de ser muy divertida resulta a veces muy erótica, aunque siempre apta para menores y educativa en los preceptos de la Revolución. No le falta de nada. Os invitamos a verla.
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