Tres bárbaros en un jeep (1955), Manuel de la Pedrosa
“Unos reclutas son enviados a recuperar un jarrón en que se han guardado unos documentos secretos, y se enfrentan a diversas situaciones absurdas” –dicen las sinopsis que hemos encontrado de Tres bárbaros en un jeep. No aclaran que los tres bárbaros reclutas son los componentes de la familia Aragón, popularísimos en Cuba por sus actuaciones en la incipiente televisión, primero en Unión Radio TV y más tarde en la emisora CMQ.
La película no llegó a España, país de origen de su director y protagonistas. En la Habana se estrenó el 29 de agosto de 1955, en el Teatro Nacional, pero no hemos encontrado ninguna reseña. Acaso Guillermo Cabrera Infante tuviera que verla, como crítico que era entonces de la revista “Carteles”.
De poner a Gaby, Fofó y Miliki en la órbita cinematográfica –antes sólo habían intervenido como invitados en una película protagonizada por el cómico mexicano Adalberto Martínez “Resortes”, El nieto del zorro (1948), dirigida por el exilado español Jaime Salvador- se encargó un tipo curioso llamado Manuel de la Pedrosa. Curioso, porque fue uno de aquellos españoles que emigró para hacer las Américas y recaló en Cuba. Allí promovió diversas empresas cinematográficas de cuya escasa viabilidad habla la multiplicidad de registros mercantiles: Productora Fílmica Cubana, Dardo, España Sono Films…
A pesar de ello, de la Pedrosa encontró tiempo para producir, escribir y dirigir una decena de títulos en la Cuba de Batista entre los que se incluyen: La tremenda corte (1945), Hotel de muchachas (1950), Música, mujeres, piratas (1950), Cuba canta y baila (1951), ¡Olé... Cuba! (1957) o Mares de pasión (1959). La mayoría son comedias –ocasionalmente al servicio de los cómicos locales Pototo y Filomeno-, con inserciones musicales, abundancia de vedettes o rumberas, y un ojo puesto en la coproducción con España o México, los dos países en los que de la Pedrosa terminaría trabajando tras el triunfo revolucionario. Sus últimas andanzas cinematográficas lo devuelven a su Cantabria natal donde rueda un cortometraje de contenido turístico: Laredo, Costa Esmeralda (1971). Ahí le perdemos la pista, justo en el momento en que Gaby, Fofó y Miliki se convierten en “los payasos de la tele” española y ruedan en Argentina, a las órdenes de Enrique Carreras, las dos películas que todo el mundo recuerda de ellos.
Tres bárbaros en un jeep (1955)
A pesar de ello, de la Pedrosa encontró tiempo para producir, escribir y dirigir una decena de títulos en la Cuba de Batista entre los que se incluyen: La tremenda corte (1945), Hotel de muchachas (1950), Música, mujeres, piratas (1950), Cuba canta y baila (1951), ¡Olé... Cuba! (1957) o Mares de pasión (1959). La mayoría son comedias –ocasionalmente al servicio de los cómicos locales Pototo y Filomeno-, con inserciones musicales, abundancia de vedettes o rumberas, y un ojo puesto en la coproducción con España o México, los dos países en los que de la Pedrosa terminaría trabajando tras el triunfo revolucionario. Sus últimas andanzas cinematográficas lo devuelven a su Cantabria natal donde rueda un cortometraje de contenido turístico: Laredo, Costa Esmeralda (1971). Ahí le perdemos la pista, justo en el momento en que Gaby, Fofó y Miliki se convierten en “los payasos de la tele” española y ruedan en Argentina, a las órdenes de Enrique Carreras, las dos películas que todo el mundo recuerda de ellos.
Sr. Feliú
Producción: Producciones Dulzaides (CU)
Director: Manuel de la Pedrosa.
Guión: Juan Ángel Cardi y Manuel de la Pedrosa.
Intérpretes: Gaby, Fofó y Miliki, Mario Martínez Casado, Martha Rams, Pilín Vallejo, Ricardo Dantés, Osvaldo Calvo, Luis Manuel Martínez Casado, Julita Muñoz, René Socarrás, Agustín Campos, Emilio del Mármol.
77 min. Blanco y negro
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