2 de agosto de 2013

Tatuaje


The Illustrated Man (El hombre ilustrado, 1969), Jack Smight

Sabemos que Carl (Rod Steiger) trabaja en un circo porque él mismo nos lo cuenta. Bueno, se lo cuenta a Willie (Robert Drivas), otro hombre a la deriva en los Estados Unidos de la Gran Depresión Económica. Ésta no, aquélla.


Sin embargo, los dos tienen un objetivo. Willie busca un trabajo en California. Carl, a la mujer que le tatuó el cuerpo. Él creyó convertirse en un monstruo, como los que se exhiben en el side show del circo en el que él ayuda a montar la carpa y recoge los excrementos de los elefantes. Pero lo que ella hizo fue convertirlo en el portador de una maldición. Cada uno de esos dibujos es una alegoría del futuro que quien lo contempla puede ver completa…


Una pareja cuyos hijos tienen un salón de juegos virtual en el que pueden recrear el África salvaje con sus bestias y sus peligros…


… una tripulación de una astronave perdida en un planeta diluvial…


… otra pareja con hijos que se enfrenta al fin del mundo.


En el único hueco sin tatuar, sobre el omoplato izquierdo, quien pose sus ojos conocerá su propio futuro.

 

Pretenciosa, sobreactuada, insatisfactoria… Todos estos calificativos hemos leído sobre The Illustrated Man y ninguno nos parece impertinente. Confusa, no. La película es de una sencillez expositiva que raya en el ascetismo. Sobre todo, si pensamos en ella como consecuencia de una corriente iniciada por 2001 A Space Odyssey (2001 Una odisea del espacio, Stanley Kubrick, 1968). O sea, hija de su tiempo. Pero mucho.


The Illustrated Man (El hombre ilustrado, 1969)
Producción: SKM para Warner Bros. (EEUU)
Director: Jack Smight.
Guión: Howard B. Kreitsek, basado en relatos de Ray Bradbury.
Intérpretes: Rod Steiger (Carl), Claire Bloom (Felicia), Robert Drivas (Willie), Don Dubbins (Pickard), Jason Evers (Simmons), Tim Weldon (John), Christine Matchett (Anna), Pogo (Peke).
103 min. Color (Technicolor)

2 comentarios:

angeluco10 dijo...

Una lástima,todo iba bien hasta que se comentó que era pretenciosa entoces me vino a la cabeza el cine de Peter Greenaway y con él se me quitaron las ganas de ver esta película.

Sr. Feliú dijo...

Faltaríamos a la verdad si hubiéramos dicho otra cosa, don Angeluco. jack Smight, del que apreciamos grandemente Harper -aunque no sea de nuestro negociado-, no se puede equiparar a Greenaway, pero aquí, seguramente al aire de los tiempos, cuaja una película que seguramente habría resultado mejor a modo de serie televisiva, con relatos semanales independientes en los que el hombre ilustrado le diera continuidad.

Hay tanto por ver...