El 20 de abril de 1944 es el aniversario de Adolf Hitler. El
Führer va a cumplir 55 años mientras los aliados bombardean Berlín, y quiere
celebrarlo con un espectáculo que reúna a los principales artistas que rodean
al régimen nazi. El encargado de la configuración de la gala es un triste
comisario de la Gestapo llamado Martin Krauss (Manel Barceló), un personaje un
tanto patético que siempre ha querido ser payaso y que admira a Charlie Rivel
(Ferrán Rañé), el payaso de fama internacional que, según cuenta él mismo, ha
sido obligado a cumplir sus contratos en Berlín.
Charlie trabaja con Franz Gelhar “Witzi” (Jordi Martínez),
un carablanca de origen judío, inteligente y caustico que mantiene un discurso
beligerante con lo que le ha tocado vivir aunque no sabe, o no quiere, pasar a
la acción. Krauss pide a Charlie Rivel que participe en la Gala del aniversario
de Hitler y también que le incluya a él mismo en el reparto. A Witzi le parece
una locura y piensa que Charlie Rivel puede negarse pero este acepta la
realidad que le ha tocado vivir con resignación aferrándose a su arte como
escape de la tragedia de la guerra.
Durante los ensayos de las entradas, el comisario de la
Gestapo no deja de ver insinuaciones y oscuras intenciones que podrían ofender
al Führer, así que Charlie se ve obligado a cambiar una y otra vez las entradas
para intentar que sean del gusto de Krauss. Finalmente las insolencias de Witzi
son castigadas y el payaso es deportado a un campo de concentración donde
finalmente será gaseado después de un monólogo lleno de rabia y rebeldía, en el
que se puede apreciar el origen teatral de la obra: “¿Qué es un nazi? Una
persona que sigue las ideas de Hitler. ¿Y un antinazi? La persona que las
entiende.”
Tras la deportación de Witzi —una bofetada de verdad que
nada tiene que ver con las bofetadas entre payasos— aparece en escena Golo
(Pere Arquillué), otro payaso, conocido de Witzi, militante comunista, que
quiere aprovechar la ocasión para atentar contra Hitler aunque ello pueda
costarle la vida a él y al propio Charlie.
Un contrato es un
contrato
Desde mucho antes del comienzo de la II Guerra Mundial, la
familia Rivel es una auténtica celebridad en toda Europa, especialmente en
Escandinavia y Alemania. En 1935 —recordemos que el partido nazi llega al poder
en 1933— Charlie Rivel tiene un contencioso con sus hermanos, la familia se
rompe y Charlie se queda con sus cuatro hijos y su mujer, Carmen Bustos. Todo
esto sucede en Alemania.
Precisamente su mujer tendría un peso muy importante en la
trayectoria alemana de Charlie pues era ella quien cerraba los contratos,
preparaba el atrezzo y vestuario, se encargaba de los hoteles y los viajes y la
única que dominaba el idioma. En la película de Cortés intuimos su presencia
aunque no aparece en ningún plano. Aún así, imaginamos un carácter fuerte y
autoritario, controladora de todos los detalles de las incesantes giras.
En sus memorias (Rivel, Charlie, Pobre Payaso, Barcelona1973), el payaso nacido en Cubelles cuenta como en la frontera suiza-alemana,
los soldados alemanes le impiden
seguir su viaje hacia Italia y le obligan a cumplir los compromisos adquiridos
años antes con empresas germanas:
“Se diría que las autoridades alemanas tenían otros problemas más importantes que resolver que los causados por unos artistas ambulantes. (…) los demás directores alemanes se presentaron también a exigir que cumpliera los contratos firmados con ellos.”
Tan sólo siete páginas cubren este periodo en su
biografía, un capítulo titulado “Los años sombríos de la Guerra”, que no nos
aclara demasiado sobre su experiencia durante los cinco años en
territorio alemán y mucho menos sobre su participación en la película de
Wolfang Staudte, Akrobat Schoon (1943
), una película que ya hemos comentado en nuestra carpa.
No queremos en esta reseña hacer hincapié en la posible
labor colaboracionista de Charlie con el régimen nazi, pero tampoco abrazaremos
la idea de su labor humanitaria durante la contienda o pondremos en valor
anécdotas que poco nos dicen sobre su actitud real ante los graves sucesos que
acontecían en Europa. En realidad, tal y como cuenta Henrik Eberle en su libro de historia "Cartas a Hitler", Charlie Rivel envió en 1943, desde el Hotel Sonnenhof de Munich un telegrama de felicitación a Hitler por su cumpleaños que decía lo siguiente:
"Su excelencia reciba también este año mi efusiva felicitación de cumpleaños. Que el señor le siga colmando de salud, energía y fuerza y que bajo su mandato los pueblos europeos alcancen la victoria final y una Europa nueva y feliz.
"
Aquí pueden ver la presentación de la película en TVE en el programa Versión española. Una conversación entre el director Eduard Cortés y los actores Ferrán Rañé y Jordi Martínez con la conductora del programa Cayetana Guillén Cuervo.
Producción: Benecé Produccions (ESP).
Director: Eduard Cortés.
Guión: Joan Font y Eduard Cortés, basado en la obra de
teatro “Uuuuh!” de Gerard Vázquez.
Música: Xavier Capellas
Intérpretes: Ferrán Rañé (Charlie Rivel), Manel Barceló
(Krauss, comisaro de la Gestapo), Jordi Martínez (Witzi, carablanca) , Pere
Arquillué (Golo, payaso), Martí Atance.
Color. 93 min.
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