¡Nosotros
somos así! (1936)
“No puede ser que nosotros, los anarquistas, hagamos dejación de nuestra misión propagandista en torno, sobre y delante de las conquistas revolucionarias de la hora actual. Por eso anunciamos seriamente que los anarquistas producirán films y los producirán contando con los elementos de base obrera y capacidades técnicas de valor creador probado, no entregándose en manos serviles y adaptadas –como el camaleón- a los colores dominantes en el mapa revolucionario del día actual.”
Cinema, en “Tierra y Libertad”, 16 de agosto de 1936
En casa de Pepito (Manuel Jiménez) hay un salón donde los niños pobres se divierten recitando, bailando claqué o jotas aragonesas y donde una niña de nueve años toca el piano como si fuera una persona mayor mientras un cuerpo de baile infantil realiza coreografías dignas de Busby Berkeley.
En casa de Pepito, Alberto (Miguel Ángel Navarro) no termina de encajar porque él también es rico y su padre le dice que hay gente con la que es mejor no mezclarse y de no tratarse con gente que no sea de su clase.
En casa de Pepito se comentan los sucesos del
18 de julio de 1936… sin dejar de bailar. Y se sabe que hay un documento que
compromete al papá de Alberto en un asunto de espionaje que le costará la vida.
En casa de Pepito se preparar un gran mitin
monstruo…
En casa de Pepito se enarbolan pancartas que piden acabar con el hambre a base de pan y chocolate y la abolición de la aritmética y se celebra una asamblea en la que se debate ¡en verso! la igualdad entre niñas y niños y Alberto toma conciencia del valor de la solidaridad y de las virtudes del trabajo.
¡Nosotros
somos así! es un híbrido de película de
entretenimiento, cine didáctico y folletín ideológico, cuyas partes no terminan
de ensamblar, pero es también una de las producciones más insólitas del
Sindicato de la Industria del Espectáculo durante la Guerra Civil Española.
Los números musicales remiten al cine popular
independientemente de que éste sea el procedente de Hollywood con Shirley
Temple como portaestandarte o la castiza zarzuela. Un sencillo encadenado entre
el arranque de un número musical –con los niños de paisano- y su ejecución –con vestuario y atrezzo ad hoc- sirve además para subrayar el
poder a la vez evocador y mistificador del cinema.
Una hoja de almanaque con la fecha del 19 de
julio da paso a un breve montaje en el que las imágenes documentales del
ambiente de la resistencia popular a la sublevación militar enlazan, sin
solución de continuidad, con escenificaciones de la participación de las
mujeres en la lucha, un tema que será clave en la asamblea infantil que cierra
la película.
En paralelo, el folletín policial del niño
rico, que debe recuperar el documento que incrimina a su padre en labores de
espionaje a favor del enemigo. La interpretación enfática, la iconografía, la
ambientación contrapuesta del hogar burgués y del modesto piso donde vive la
familia trabajadora, todo… evoca las estampas de los libros infantiles.
Imaginería de devocionario, que sirve también para la propagación del credo
libertario.
Y, por último, la asamblea, con sus
reivindicaciones humorísticas –ese ¡Muera Pitágoras!- y su debate sobre la
igualdad de sexos y la superación de los prejuicios de clase, que son fruto de
una educación injusta y segregadora desde su base. La película concluye con una
moraleja rimada que se resume en el cántico infantil ¡Nosotros somos así!, que
sirve de ejemplo a los adultos.
Escribe y dirige Valentín R. González, al que ya vimos como guionista de La farándula [] (1935), de Antonio Momplet. González era periodista y, bajo su propio nombre o el de “Belisario”, publicó algunas novelas protagonizadas por el inspector Pedro Sánchez, de la Brigada Móvil, como El crimen del parque Güell, y reportajes de títulos sonoros como La prostitución en Marruecos o Morfina: Reportaje sensacional. Fue uno de los cineastas más activos en los primeros compases de la producción colectivizada. Sabemos que durante la caída de Barcelona pasó a Francia. Luego, su rastro se pierde y ninguno de los historiadores del periodo da razón de su destino.
Producción:
SIE Films (ES)
Guión y
Dirección: Valentín R. González.
Intérpretes:
Miguel Ángel Navarro (Alberto), Manuel Jiménez (Pepito), Joaquín Regales (padre
de Pepito), Salvador Arnaldo (Don Rafael), Lolita Domínguez (María), Carmen
Campoy, Paquita Muñoz, Rosita Navarro, Berta Violeta, Lolita Baldo, Marujita
Cendrá, Rosita Gómez, Salvador Morales, Maruja Nicolás, Margarita Sierra y el
grupo infantil del SIE.
31 min.
Blanco y negro.
4 comentarios:
Son muy interesantes las cosas que pasan en casa de Pepito.
Interesantes y aleccionadoras, don angeluco.
En tiempos de barbarie todavía había quien creía posible la auténtica revolución... Otra cosa es que las mismas armas sirvan hoy.
Gracias por su asiduidas, profesor Javier y Sr. Feliú
Conocía "Nuestro culpable", Aurora de esperanza y barrios bajos, pero no esta casa de Pepito... (!ia, ia, ooo!)
A por ellaaaaaa!!!!
Todas han sido editadas razonablemente en un pack en DVD que reúne parte de la producción cinematográfica anarquista entre 1936 y 1939, incluidos los cuatro largos o mediometrajes de ficción producidos por la industria colectivizada.
Ya nos contará usted, don pedro, si dan fruto sus prospecciones.
Sus sobrinos que bien le quieren.
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