Gran
varietà (1954), Domenico Paolella
Gran
varietà es uno más de los musicales en los que
Domenico Paolella retrata la historia de Italia. El filón arranca con el
documental Cavalcata di mezzo secolo
(1952) y sigue con Canzoni di mezzo
secolo (1954), Canzoni, canzoni,
canzoni (1954), Canzoni di tutta
Italia (1955) y Rosso e nero
(1955) para rematar con dos cintas dedicadas al festival de música ligera más
famoso del mundo: San Remo canta
(1956) y Destinazione: San Remo
(1959). Son películas rodadas a la carrera, aprovechando la popularidad de los
intérpretes y el éxito de taquilla de las primeras entregas. Pero, salvo por el
color y los protagonistas, los decorados se reducen al mínimo y los plazos de
rodaje nunca exceden la semana por episodio, de modo que una película de hora y
tres cuartos se filma en un máximo de cinco semanas. Los guionistas se
incorporan a la producción con la misma premura que los intérpretes: escriben
su episodio y a otra cosa. En la serie velan sus primeras armas futuros
directores como Ettore Scola o Luigi Magni.
Gran
varietà toma como excusa el retrato de medio siglo de
la historia de Italia reflejado en los modos y costumbres del escenario del
Teatro Trianon, de los cuplés picarescos afrancesados al avanspettacolo, pasando por la revista de gran lujo o el fine dicitore que le toca en suerte a Vittorio
De Sica. Aquí comparecen de consuno el intérprete formado bajo el ala de
Mattòli y el espectador de galas líricas.
El fine
dicitore es una suerte de cantante-recitador que dramatiza el contenido de
sus canciones. Trasnochado en su repertorio y en sus modales, se niega a
aceptar que el público prefiera el cine a la canción y que un cantante de sus
características deba utilizar ese nuevo invento infernal: el micrófono.
Lea Padovani, su compañera de reparto,
interpreta a una soubrette inspirada
en Anna Fougez, reina de las perlas, las plumas de avestruz y las escalinatas
en los tabarines de los años diez y veinte del pasado siglo.
Entre ambos existe una rivalidad descarada –la
ascendente estrella femenina y la declinante masculina- que se resuelve en el
escenario a base de trucos para robarle la escena al otro y entre cajas con
insultos escupìdos entre dientes. Se lleva la palma el que le lanza Anna cuando
se da cuenta de que una bailarina del conjunto (Delia Scala) le hace monerías a
sus espaldas: “¡Faraón! ¡Sultán! ¡Nabucodonosor!”
La escenificación de una canción sentimental a
más no poder titulada “Juguetes y perfumes” termina como el rosario de la aurora
y el veterano fine dicitore se empeña
en lanzar a la bailarina como nueva estrella. El problema es que tiene éxito con
el fox-trot y su propio arte se ha quedado ya caduco.
—Al destino que viene resignarse conviene” –le espeta a su examante.—Eso no es más que una canción.—La vida es sólo una eterna canción.—Piensa en mí alguna vez cuando la cantes.
El episodio protagonizado por Alberto Sordi es
el siguiente en entidad dramática. Alberto Premoli, su personaje es un trasunto
de Fregoli [http://www.circomelies.com/2008/08/blog-post.html]. Premoli es un
transformista de éxito que, dispuesto a conquistar esa misma noche a una mujer
de mundo (Lauretta Masiero), que se dispone a cenar en un reservado del teatro
con cuatro hombres que quieren convertirse en su amante exclusivo, hará uso de
su habilidad para la caracterización hasta conseguir deshacerse de todos.
Vodevil de puertas, a la francesa, el sketch
se asienta firmemente sobre la habilidad de Sordi para crear caricaturas
vivientes de tipos y voces –no en vano comenzó su carrera como doblador y
humorista radiofónico- pero, en lugar de aprovechar la profesión del personaje
para imprimirle ritmo a la acción, todo se resuelve por corte y mediante
alambicados cambios de caracterización y maquillaje, de modo que lo que podía
haberse convertido en una farsa frenética e hilarante, queda en amable viñeta
de tiempos pasados. El único gag intencionado es aquel en el que entra un enano
a entregarle unas flores y su futura amante le pregunta asombrada:
-¿Cómo lo haces?
En cuanto al episodio protagonizado por Renato
Rascel [http://www.circomelies.com/2011/05/el-numero-del-pichon-desaparecido.html],
en el que él mismo encarna al censor y al cómico que antes y después de la 2ª
Guerra Mundial, bajo el fascismo o bajo el yugo moralizante de la Democracia
Cristiana no puede decir absolutamente nada, de modo que una canción tan
inocente como “A Marecchiaro” termina con toda la letra en la papelera.
Tampoco la parodia de la escena del balcón de
Romeo y Julieta sobrevive al rigor censorial, porque “balcón” sólo hay uno, el
de la Plaza Venecia desde el que el Duce pronuncia sus discursos.
La presencia del mago en el primer episodio es
apenas una excusa para presentar a la pastorcita (Maria Fiore) que arruina el
número y que gracias a su picardía alcanzará las más altas cotas del estrellato
en el mundo de las variedades.
Gran
varietà se rodó en color por el procedimiento
Ferraniacolor [http://www.circomelies.com/2008/06/pinocho-prncipe-de-bizancio.html]
con una duración original de 103 minutos. Por desgracia, la copia editada en
DVD, además de acusar la heterogeneidad de calidades fotográficas, dura apenas
una hora y la continuidad se ve severamente afectada, sobre todo en los tres
primeros sketchs.
Gran varietà (1954)
Producción:
Excelsa Film / Roma Film (IT)
Director:
Domenico Paolella.
Guión: Oreste
Biancoli, Michele Galdieri, Carlo Infascelli, Vinicio Marinucci, Domenico
Paolella, Ettore Scola, Vincenzo Talarico
Intérpretes:
Nico Pepe (los empresarios) y el ballet “Star e Starlet” con Pamela Palma.
Episodio “Mariantonia”: Maria Fiore (Mariantonia Marengo), Carlo Mazzarella,
Giuseppe Porelli, Renato Malavasi, Mario Siletti, Gustavo Serena, Lia
Orlandini. Episodio “Cuttica”: Carlo Croccolo (Battaglia), Lily Granado.
Episodio “El fine dicitore”: Vittorio De Sica (Veneziani, el fine dicitore), Lea Padovani (Anna, la soubrette), Delia Scala (Mizzy, la
bailarina de fox-trot), Gildo Bocci (el empresario del cine), Fausto Guerzoni
(el espectador que lee el periódico). Episodio “Fregoli”: Alberto Sordi
(Premoli, el trasformista), Lauretta Masiero (Yvette), Franco Scandurra (el teniente),
Carlo Hintermann (el barón Arneta), Michele Riccardini (el banquero Teresky), Guglielmo
Barnabò (el abogado). Episodio “Il censore”: Renato Rascel (él mismo y el
censor), Flora Medini (una soubrette),
Rudy Solinas, Mimmo Craig.
60 min.
Color (por Ferraniacolor)
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