9 de julio de 2013

Variedades a la italiana


Gran varietà (1954), Domenico Paolella

Gran varietà es uno más de los musicales en los que Domenico Paolella retrata la historia de Italia. El filón arranca con el documental Cavalcata di mezzo secolo (1952) y sigue con Canzoni di mezzo secolo (1954), Canzoni, canzoni, canzoni (1954), Canzoni di tutta Italia (1955) y Rosso e nero (1955) para rematar con dos cintas dedicadas al festival de música ligera más famoso del mundo: San Remo canta (1956) y Destinazione: San Remo (1959). Son películas rodadas a la carrera, aprovechando la popularidad de los intérpretes y el éxito de taquilla de las primeras entregas. Pero, salvo por el color y los protagonistas, los decorados se reducen al mínimo y los plazos de rodaje nunca exceden la semana por episodio, de modo que una película de hora y tres cuartos se filma en un máximo de cinco semanas. Los guionistas se incorporan a la producción con la misma premura que los intérpretes: escriben su episodio y a otra cosa. En la serie velan sus primeras armas futuros directores como Ettore Scola o Luigi Magni.


Gran varietà toma como excusa el retrato de medio siglo de la historia de Italia reflejado en los modos y costumbres del escenario del Teatro Trianon, de los cuplés picarescos afrancesados al avanspettacolo, pasando por la revista de gran lujo o el fine dicitore que le toca en suerte a Vittorio De Sica. Aquí comparecen de consuno el intérprete formado bajo el ala de Mattòli y el espectador de galas líricas.


El fine dicitore es una suerte de cantante-recitador que dramatiza el contenido de sus canciones. Trasnochado en su repertorio y en sus modales, se niega a aceptar que el público prefiera el cine a la canción y que un cantante de sus características deba utilizar ese nuevo invento infernal: el micrófono.


Lea Padovani, su compañera de reparto, interpreta a una soubrette inspirada en Anna Fougez, reina de las perlas, las plumas de avestruz y las escalinatas en los tabarines de los años diez y veinte del pasado siglo.


Entre ambos existe una rivalidad descarada –la ascendente estrella femenina y la declinante masculina- que se resuelve en el escenario a base de trucos para robarle la escena al otro y entre cajas con insultos escupìdos entre dientes. Se lleva la palma el que le lanza Anna cuando se da cuenta de que una bailarina del conjunto (Delia Scala) le hace monerías a sus espaldas: “¡Faraón! ¡Sultán! ¡Nabucodonosor!”


La escenificación de una canción sentimental a más no poder titulada “Juguetes y perfumes” termina como el rosario de la aurora y el veterano fine dicitore se empeña en lanzar a la bailarina como nueva estrella. El problema es que tiene éxito con el fox-trot y su propio arte se ha quedado ya caduco.
—Al destino que viene resignarse conviene” –le espeta a su examante.
—Eso no es más que una canción.
—La vida es sólo una eterna canción.
—Piensa en mí alguna vez cuando la cantes.


El episodio protagonizado por Alberto Sordi es el siguiente en entidad dramática. Alberto Premoli, su personaje es un trasunto de Fregoli [http://www.circomelies.com/2008/08/blog-post.html]. Premoli es un transformista de éxito que, dispuesto a conquistar esa misma noche a una mujer de mundo (Lauretta Masiero), que se dispone a cenar en un reservado del teatro con cuatro hombres que quieren convertirse en su amante exclusivo, hará uso de su habilidad para la caracterización hasta conseguir deshacerse de todos.


Vodevil de puertas, a la francesa, el sketch se asienta firmemente sobre la habilidad de Sordi para crear caricaturas vivientes de tipos y voces –no en vano comenzó su carrera como doblador y humorista radiofónico- pero, en lugar de aprovechar la profesión del personaje para imprimirle ritmo a la acción, todo se resuelve por corte y mediante alambicados cambios de caracterización y maquillaje, de modo que lo que podía haberse convertido en una farsa frenética e hilarante, queda en amable viñeta de tiempos pasados. El único gag intencionado es aquel en el que entra un enano a entregarle unas flores y su futura amante le pregunta asombrada:
-¿Cómo lo haces?


En cuanto al episodio protagonizado por Renato Rascel [http://www.circomelies.com/2011/05/el-numero-del-pichon-desaparecido.html], en el que él mismo encarna al censor y al cómico que antes y después de la 2ª Guerra Mundial, bajo el fascismo o bajo el yugo moralizante de la Democracia Cristiana no puede decir absolutamente nada, de modo que una canción tan inocente como “A Marecchiaro” termina con toda la letra en la papelera.


Tampoco la parodia de la escena del balcón de Romeo y Julieta sobrevive al rigor censorial, porque “balcón” sólo hay uno, el de la Plaza Venecia desde el que el Duce pronuncia sus discursos.

 

La presencia del mago en el primer episodio es apenas una excusa para presentar a la pastorcita (Maria Fiore) que arruina el número y que gracias a su picardía alcanzará las más altas cotas del estrellato en el mundo de las variedades.


Gran varietà se rodó en color por el procedimiento Ferraniacolor [http://www.circomelies.com/2008/06/pinocho-prncipe-de-bizancio.html] con una duración original de 103 minutos. Por desgracia, la copia editada en DVD, además de acusar la heterogeneidad de calidades fotográficas, dura apenas una hora y la continuidad se ve severamente afectada, sobre todo en los tres primeros sketchs.


Gran varietà (1954)
Producción: Excelsa Film / Roma Film (IT)
Director: Domenico Paolella.
Guión: Oreste Biancoli, Michele Galdieri, Carlo Infascelli, Vinicio Marinucci, Domenico Paolella, Ettore Scola, Vincenzo Talarico
Intérpretes: Nico Pepe (los empresarios) y el ballet “Star e Starlet” con Pamela Palma. Episodio “Mariantonia”: Maria Fiore (Mariantonia Marengo), Carlo Mazzarella, Giuseppe Porelli, Renato Malavasi, Mario Siletti, Gustavo Serena, Lia Orlandini. Episodio “Cuttica”: Carlo Croccolo (Battaglia), Lily Granado. Episodio “El fine dicitore”: Vittorio De Sica (Veneziani, el fine dicitore), Lea Padovani (Anna, la soubrette), Delia Scala (Mizzy, la bailarina de fox-trot), Gildo Bocci (el empresario del cine), Fausto Guerzoni (el espectador que lee el periódico). Episodio “Fregoli”: Alberto Sordi (Premoli, el trasformista), Lauretta Masiero (Yvette), Franco Scandurra (el teniente), Carlo Hintermann (el barón Arneta), Michele Riccardini (el banquero Teresky), Guglielmo Barnabò (el abogado). Episodio “Il censore”: Renato Rascel (él mismo y el censor), Flora Medini (una soubrette), Rudy Solinas, Mimmo Craig.
60 min. Color (por Ferraniacolor)

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