Barnacle
Bill
(1957), Charles Frend
A menudo nos hemos
encontrado en estos muelles victorianos o eduardianos donde se aúnan la esencia
del espíritu británico con la diversión barraquera. Frente a la charlatanería
vocinglera y altisonante del side-show
estadounidense, la circunspección reina en las atracciones del pier donde lo más que puede pasar es que
se cometa un crimen horrendo, aunque siempre dentro de lo que exige el decoro.
El pier de Sandcastle-on-Sea ha sido
adquirido por el capitán naval William Horatio Ambrose (Alec Guinness), heredero de
una tradición marinera tan extensa como la Historia de Inglaterra, pero
aquejado de mareos inmovilizantes cada vez que se embarca. El muelle de recreo
parece la solución ideal a sus problemas, si no fuera porque las autoridades
municipales están dispuestas a llevarse la instalación por delante en aras de
las comisiones devengadas por la operación inmobiliaria.
El capitán Ambrose
logrará desbaratar sus planes gracias a una argucia que le permite burlar en el
muelle, una vez cercenados a golpe de hacha los vínculos con tierra firme, las
conservadoras ordenanzas que rigen en el pueblo.
De este modo se
convierte en salón de baile juvenil lo que antaño fuera un derruido teatrito en
el que Artie White and His Brinnies practican un número de escapismo. Artie White (Warren Mitchell)
se declara émulo de Houdini al tiempo que se burla de la calva del espectador
que se ha ofrecido voluntario para atarlo de pies y manos. Por supuesto, el
capitán Ambrose es un experto en cabullería marinera y los artistas no
permanecerán demasiado tiempo en el lugar.
Toma su lugar un
grupo de skiffle, ese peculiar cruce
de música folk, swing y proto-rock & roll que hacía furor en las islas a
mediados de la década de los cincuenta del siglo pasado. Los jóvenes enloquecen
con ellos y son los primeros en apoyar el proyecto de resurrección del viejo
muelle.
No obstante, la
atracción a la que se saca más partido cómico en Barnacle Bill es “The Crazy Cottage”, una casa con todos los planos
inclinados en la que es imposible mantener el equilibrio. En ella se instala el
capitán Ambrose y pretende hacer vida normal. Claro, que tiene que afeitarse en
un espejo deformante y luchar contra la ley de la gravedad en caso de ingesta
severa de alcohol.
Como Davy,
Barnacle Bill es una comedia tardía
de los Ealing Studios. Pero donde aquélla proyectaba una mirada melancólica
ante el futuro del music hall, ésta
busca entroncarse en la tradición de la comedia autóctona que tantos títulos
memorables reportó al estudio. Alec Guinness encarna una vez más a una variedad
de personajes excéntricos y el argumento.
Aquí podrán verla en una calidad bastante aceptable.
Barnacle Bill (1957)
Producción:
Ealing Studios (GB) / Metro-Goldwyn-Mayer (EEUU)
Director:
Charles Frend.
Guión:
T.E.B. Clarke.
Intérpretes: Alec Guinness (el capitán William Horatio
Ambrose y todos sus antepasados), Irene Browne (la señora Barrington), Maurice
Denham (Crowley), Percy Herbert (Tommy), Victor Maddern (Figg), Allan
Cuthbertson (Chailey), Harold Goodwin (Duckworth), Richard Wattis (el del
registro marítimo), Lionel Jeffries (Garrod), George Rose (Bullen), Lloyd
Lamble (el superintendente Browning), Harry Locke (el periodista), Mike Morgan
(Larry), Max Butterfield (Phil), Donald Churchill (Roy).
87 min. Blanco y negro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario