The Walk (El desafío, 2015), Robert Zemeckis
El 7 de agosto de 1974, a las 7:15, el funambulista Philippe Petit, cruzaba sobre un cable los sesenta metros de distancia que había entre las Torres Gemelas del World Trade Center. Una hazaña realizada a más de 400 metros de altura sin cables de seguridad y ¡sin permiso! La hazaña fue narrada por el mismo Philippe Petit, en un apasionante libro, “To Reach The Clouds: My High Wire Walk Between The Twin Towers”, (New York, North Point Press, 2002), publicado en castellano por Alpha Decay como “Alcanzar las nubes”.
Al libro le siguió Man On Wire (2008), un excelente documental, dirigido por James Marsh, ganador del premio especial del jurado y del público en el Sundance Festival de 2008 y del Óscar al mejor documental de los premios de la Academia de 2009, donde Petit tuvo la oportunidad de balancear la estatuilla sobre su barbilla durante su discurso de agradecimiento.
Desde la distancia y con las Torres Gemelas borradas del cielo de Nueva York, el paseo por el vacío de Philippe Petit adquiere un interés inusitado, trepidante y vertiginoso. Así que no ha pillado por sorpresa a nadie que el director Robert Zemeckis (el director de Forrest Gum, entre muchas otras), se asociara con Tom Rothman, de TriStar Productions, para hacerse con los derechos de la adaptación de “To Reach the Clouds”, para realizar, en tiempo récord, una película que el mismo Rothman describe como la suma de Gravity y Ocean’s Eleven.
Se trata de The Walk (traducido incomprensiblemente al castellano como El desafío), una historia real, un objetivo imposible, un plan al detalle, suspense y algo de humor, una historia de amor, grandes actores, efectos visuales (la película está pensada para verse en 3D) y la nostalgia de las desaparecidas torres gemelas del Trade World Center.
La historia está narrada desde el punto de vista de Philippe Petit, lo que sitúa al espectador como cómplice del golpe maestro, de ese sofisticado plan que llevó a cabo el artista francés poco antes de la inauguración del World Trade Center. Una acción artística que puede considerarse como una de las más bellas y arriesgadas del siglo pasado.
Recreada en unos magníficos sets que nos transportan al París y al Nueva York de los años 70, la película nos envuelve con su trama y el vértigo de la acción, literalmente el doble vértigo de la acción y de los efectos visuales, nos atrapa durante dos horas a pesar de conocer el desenlace, y acompañamos como uno más a la singular troupe de delincuentes durante toda su peripecia.
La película es, además, muy interesante porque en ella podemos encontrar consejos artísticos de gran calado, reflexiones sobre el arte escénico que pueden ayudarnos a entender un poco más el arte circense y las exigencias que tiene que plantearse un artista para serlo de verdad. Muchos de estos consejos nos los da Papá Rudy, funambulista de la trup de los Diablos Blancos, encarnado por Ben Kingsley. Precisamente sobre esta trup hemos encontrado este interesante documento fílmico de 1954 referente a la boda de dos de sus integrantes.
Tuve la suerte de conocer a Philippe Petit en una visita que nos hizo a la escuela de circo Carampa con motivo del estreno de esta película en España y puedo asegurar que, a pesar de su edad, conservaba el brillo de la audacia en sus ojos, la entereza y honestidad del artista de calle que fue y la simpatía e ingenio del mago que es.
Es una película sobre la libertad. Sobre el sueño de un artista hecho realidad con tesón, pasión, determinación y mucho valor. Virtudes que podemos encontrar, buceando en la historia de los funambulistas, en numerosos artistas que han practicado lo que se llama Skywalk, funambulismo de gran altura, que aprovecha elementos arquitectónicos o acantilados reales.
Un poco de historia del funambulismo
Y viene de lejos. Durante la coronación de la reina Isabel en 1389 en París, un acróbata atravesó una cuerda suspendida entre las torres de la catedral y la casa más alta de la ciudad. Hubo skywalkers en Westminster, en 1547, en la coronación de Eduardo VI o durante los festejos en ocasión del encuentro del rey español Felipe con la reina María en Londres en 1554. A mediados del siglo XVI en Venecia se instaura, durante el carnaval la tradición de El Vuelo del Ángel o el Vuelo del Turco por una hazaña funambulista que lleva desde la torre de San Marcos a un barco bien anclado en el río o hasta el Palacio Ducal.
A finales de 1700 aparece Madame Saqui, artista protegida de Napoleón y cruza las torres de la catedral de Notre Dame. En 1859, Blondin cruza las cataratas del Niágara y una fiebre se apodera de todos los funambulistas que quieren emular al gran pionero. Algunos lo logran, como Farini, o Maria Spelterini, la primera mujer en cruzarlas; otros no tienen tanta suerte y mueren en el intento, como Stephen Peer. La prestigiosa familia de funambulistas, los Wallenda, ostenta numerosos récords imposibles de igualar, pero también tienen la desgracia de sumar al martirologio circense a su fundador, Karl Wallenda, muerto a los 73 años al intentar cruzar entre las dos torres del Hotel Condado Plaza, en San Juan, en Puerto Rico.
Hoy en día, muchos jóvenes acróbatas viven esta experiencia extrema colgándose de sitios imposibles o haciendo equilibrios al borde de acantilados sin fondo. También hay grupos de circo extremo que se cuelgan de sitios de vértigo o que cruzan acantilados sobre cables movidos por el viento. Sin hablar de los hombres pájaro —¡qué magnífica atracción de feria!— que planean sorteando las nubes y las copas de los árboles a gran velocidad.
¿Qué es lo que lleva a un artista de circo a vivir el riesgo como parte intrínseca de su creación artística? Un riesgo real, físico, de vida o muerte, no un riesgo estético o de aceptación o económico. Philippe Petit nos puede ayudar a vislumbrar la respuesta con sus libros, con alguno de sus documentales o con este excelente biopic, The Walk, que la factoría Sony nos ha preparado. Que ustedes la disfruten.
The Walk (El desafío), 2015
Producción: Sony (USA)
Dirección: Robert Zemeckis
Producción: Jack Rapke, Steve Starkey y Robert Zemeckis
Guión: Robert Zemeckis y Christopher Browne. Basada en To Reach the Clouds de Philippe Petit
Música: Alan Silvestri
Fotografía: Dariusz Wolski
Edición: Jeremiah O'Driscoll
Intérpretes: Joseph Gordon-Levitt (Philippe Petit), Ben Kingsley (Papa Rudy), Charlotte Le Bon (Annie), James Badge Dale (Jean-Pierre / J.P.), Steve Valentine (Barry Greenhouse), Clement Sibony (Jean-Louis), Ben Schwartz (Albert).
No hay comentarios:
Publicar un comentario