FEKS - La fábrica del actor excéntrico
Con la Revolución soviética de 1917 el cine ruso sufrió un nuevo impulso. Eisenstein, Kulechov, Pudovkin o Vertov propugnaron desde Moscú una nueva estética basada en el trabajo de la cámara y en la función dialéctica del montaje. Entretanto, en San Petersburgo –entonces Petrogrado-, Grigori Kozintsev, Leonid Trauberg y Sergei Yutkevich proponen una nueva aproximación global al mundo del espectáculo que se concreta en el Manifiesto del Excentrismo.
Su adaptación de “El abrigo” de Gogol, Shinel (1926), no fue bien vista por la Censura estatal que la acusó de decadencia expresionista, algo que también se puede decir de Chyortovo koleso, del mismo año. Nos interesa sobre todo aquí, S.V.D. Soyuz velikogo dela (1927) parte de cuya acción se ambienta en un circo y de la que les proporcionaremos noticias en breve.
Su título más popular, no obstante, es Novyy Vavilon (La Nueva Babilonia, 1929), adaptación libre de una novela de Zola que ese mismo año estaba rodando Julien Duvivier en las Galerías Lafayette bajo el título de Au Bonheur des dames (El paraíso de las damas, 1929). Novyy Vavilon subraya el paralelismo entre los grandes almacenes parisinos y la formación y represión de la Comuna en 1871, primer intento revolucionario en Europa Occidental. Las escenas de los cabarets son deudoras de la iconografía de Toulouse-Lautrec y algo tienen que ver con los ambientes que frecuentamos en Circo Méliès.
Con el asentamiento del cine sonoro Kozintsev y Trauberg realizaron algunas películas más del gusto de los gobernantes, entre las que destaca la Trilogía de Máximo (1935-1941). Los trabajos más conocidos de Kozintsev tras su separación de Trauberg son dos adaptaciones shakespearianas -Gamlet (Hamlet, 1963) y Korol Lir (El rey Lear, 1969), pero es sobre todo su versión del Quijote, Don Kikhot (1957), que pasa por ser una de las mejores, por la que se le cita con más frecuencia en España.
Estas versiones literarias quedan lejos aquellas proclamas de 1921, cuando gritaban: “¡Nosotros también tenemos antepasados! Son estos: Los geniales artífices de los carteles de cine, de circo, de variedades, los autores anónimos de cubiertas dedicadas a las aventuras de los grandes investigadores y aventureros; ¡nosotros saltamos de Vuestro Arte, magnífico como la facha de un clown, como lo haríamos desde un trampolín elástico para llevar a cabo nuestro intrépido salto mortal del Excentrismo!” Pueden encontrar ustedes éste y otros manifiestos del cine en:
Joaquín Romaguera y Homero Alsina:
Textos y Manifiestos del cine
Madrid
Ediciones Cátedra, 1989.
ISBN: 8437608457
2 comentarios:
Unas últimas palabras las de estos señores soviéticos verdaderamente sabias, y con las que como pueden suponer el Desván comulga cien por cien. Intentando superar la barrera del cirílico, veré el cine de estos caballeros, ha excitado mucho mi curiosidad...
Otros abuelos se ponen con la informática... ¡No se va a poner usted con el cirílico!
Ánimo con los excentristas, cuyos primeros trabajos deparan la sorpresa de encontrar que hay cine más allá de Eisenstein, Pudovkin y Vertov.
Sus nietos le agradecen la visita
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