21 de diciembre de 2009

Viruta y Capulina


Angelitos del trapecio (1959), Agustín P. Delgado

Humor edénico, blanco, inocente (si nos atenemos a su acepción más peyorativa). Humor sin malicia. Sin diálogos brillantes; apenas un retruécano cada tanto. Humor que ni siquiera puede llamarse humor, sino comicidad ingenua. Comedias de tipos y muecas podríamos bautizar éstas que Viruta y Capulina rodaron en México mientras Cantinflas intentaba su lanzamiento estadounidense, Buñuel se decidía por Europa y Luis Alcoriza comenzaba su carrera como director, pongamos por caso.

Marco Antonio Campos “Viruta” y Gaspar Henaine “Capulina” actuaron juntos durante catorce años. Nacidos como pareja cómica en la radio, en 1952, en el programa en “Cómicos y Canciones”, pasaron con el mismo formato a la cadena televisión Telesistema Mexicano. Entre 1957 y 1966 protagonizaron además veintitantas películas, a una media de tres por año. La primera fue Se los chupó la bruja (1957) y la última Dos pintores pintorescos (1966). Entre ellas, Angelitos del trapecio (1959) y Dos locos en escena (1960). Aunque los responsables de la dirección rotaban, la producción en serie solía correr a cargo de Producciones Zacarías y los libretos eran obra de Roberto Gómez Bolaños “Chespirito”.

Charlatanes en el circo
En Angelitos del trapecio, Viruta y Capulina son dos charlatanes que andan de feria en feria vendiendo un remedio curativo: -

El elixir que lo cura todo- pregona Viruta-. Barros, espinillas, catarro, laringitis, polmunía (sic.), ojos de pescado, dolor de cabeza, toda clase de neuralgias…

—Y los callos —apostilla Capulina.

Han instalado su puesto en la feria de Rigoletto, payaso y propietario del Circo Esqueda. Rigoletto tiene dos bellas hijas que, vaya usted a saber porqué, se sienten irresistiblemente atraídas por los charlatanes. Sus pretendientes –el mago y el trapecista- quieren espantarlos y para ello, asistidos por el travieso Pulgarcito (Cesáreo Quezadas “Pulgarcito”), se dedican a asustarlos disfrazados de fantasmas. Contra todo pronóstico, el elixir milagroso cura la gota de Rigoletto. Viruta y Capulina se convertirán primero en el carablanca y el augusto del circo y, luego, intentando rescatar a las chicas, en involuntarios trapecistas. Y ya está.

Despliega Angelitos del trapecio todo el catálogo de atracciones de las ferias ambulantes: “Atlas”, el hombre más fuerte del mundo; la mujer araña, convertida en monstruo por la maldición de un brujo; el puesto de tiro, el de la fuerza y la caseta de la adivinadora, que responde con un bofetón cuando se ponen en duda sus poderes mediúmnicos.

El Circo Esqueda Hermanos
En la carpa principal, el número de magia, bastante rutinario, es saboteado constantemente por Capulina -“lo tiene en la manga del saco”-. Lina (Anabelle Gutiérrez), una de las hijas de Rigoletto, realiza una exhibición en el alambre, aunque está doblada en los planos generales. El tour de force final está protagonizado por Viruta y Capulina en el trapecio. No en balde, los Esqueda eran conocidos como las “Águilas Humanas”.

Había iniciado la dinastía don Ascensión Esqueda, un fabricante de textiles enamorado del circo, que vendió sus propiedades y orientó a sus vástagos hacia esta vida trashumante. Don Ascensión fundó su propio circo en 1893. Entres sus descendientes hubo icaristas, alambristas, malabaristas, domadores e, incluso, pilotos de globos aerostáticos, cuando esta actividad tenía menos que ver con la aviación que con las ferias.

A mediados de los años veinte del pasado siglo, los hermanos Esqueda recibieron una oferta para trabajar en Estados Unidos, que se concretó en una gira por Texas, Nuevo México, Arizona y California. Allí incorporaron innumerables mejoras a su carpa, como palcos con butacas y una grada preferente con respaldo. Obedeciendo a una trágica tradición circense, todo ello ardió un día en que la carpa se colocó cerca de la vía ferroviaria y unas chispas saltaron de la caldera de la locomotora a la lona recubierta de parafina impermeabilizante.

Las Águilas Humanas pertenecieron a la tercera generación de los Esqueda dedicados al circo. En 1947 se presentaron en Estados Unidos en el circo de Ringling Bros., Barnum & Bailey. Uno de sus integrantes de la troupe, José Esqueda, intervino también en El circo, de Cantinflas.

Raúl Esqueda Betancourt y sus siete hijos son los promotores del Circo Esqueda Hermanos que sirve de escenario a Angelitos del trapecio. Está en activo desde 1949, aunque se publicita sin faltar a la verdad como “el más antiguo de México”. En los títulos de crédito iniciales queda constancia de la participación de los perchistas Raúl y Armando Silva y de los trapecistas Carlos y José Ezqueda. Provienen de la rama familiar comandada por Juan Esqueda Torres y su esposa, María Betancourt Trujillo, puesto que los demás hermanos, tíos y primos tuvieron que integrarse en otras compañías. El resto de atracciones que sirven de marco a las gansadas de Viruta y Capulina son las que presentaba este circo en 1959. En los programas de los años sesenta se anunciaba a Gin, “el oso caballero”, como “el mismo OSO de la película Angelitos del trapecio”.

La película está completa en youtube, pero les proponemos este fragmento en el que pueden contemplar la actuación completa de Viruta y Capulina como payasos:




Angelitos del trapecio (1959) 
Producción: Producciones Zacarías (MX) 
Director: Agustín P. Delgado. 
Guión: Roberto Gómez Bolaños “Chespirito”. 
Intérpretes: Marco Antonio Campos “Viruta” (Viruta), Gaspar Henaine “Capulina” (Capulina), Cesáreo Quezadas “Pulgarcito” (Pulgarcito), Maricruz Olivier (Tina), Anabelle Gutiérrez (Lina), José Gálvez, Armando Sáenz, Arturo Castro “Bigotón” y las atracciones del Circo Esqueda. 
85 min. Blanco y negro.

2 comentarios:

El Abuelito dijo...

Al gordo Capulina lo he visto combatiendo seres de ultratumba y acompañado de un enano espectral, de los que tanto gustan en el cine mexicano, en "Capulina contra los vampiros"... Hasta con el Enmascarado de Plata se las ve en "Santo contra Capulina"... años después de dejar a Viruta (del que no sé si hay pelis en solitario).

Sr. Feliú dijo...

Venerable Abuelito:
Algo de esto comentamos en nuestra próxima (y última) entrega sobre la pareja.
El declive de "Viruta" fue más pronunciado y sólo hizo dos decenas de películas más después de la separación ("Capulina", cincuenta o más). También él tuvo que ver con el enmascarado de plata en "Santo contra los asesinos de otros mundos". Su última película es otro hit (aunque del microsurco): "La niña de la mochila azul", por Pedrito Fernández. Seguro que sus nietos guardan un recuerdo imborrable de tan hermosa tonada.
Gracias por su visita en estas entrañables fechas y evite usted el turrón duro, sus nietos