27 de octubre de 2014

Bojangles y el quién es quién del Cotton Club en la pantalla



Stormy Weather (1943), Andrew L. Stone

Probablemente se debiera al esfuerzo bélico. O hubo una conjunción astral. La cosa es que en 1943, con pocas semanas de diferencia, llegan a las pantallas estadounidenses dos películas producidas por dos grandes estudios de Hollywood con reparto compuesto íntegramente por intérpretes negros. Ambas están protagonizadas por la cantante Lena Horne.


La primera es Cabin in the Sky (Una cabaña en el cielo, Vincente Minnelli, 1943), un musical de la todopoderosa Metro-Goldwy-Mayer, producida por la unidad del productor Arthur Freed –con quien se dice que estaba liada Lena Horne- y un reparto que incluye a Ethel Waters  Eddie “Rochester”, Louis Armstrong y la orquesta de Duke Ellington. Otro día hablaremos de ella. Por hoy, baste decir que los capitostes de M-G-M seguían sin tener claro qué hacer con una estrella de color y se sintieron muy aliviados cuando pudieron prestársela a 20th Century Fox a cambio de una sustanciosa cantidad… que no revirtió en el estipendio de la estrella.


El argumento que el estudio de Zanuck tenía en mente para ella era bastante anodino y Andrew L. Stone, el director asignado, tampoco fue capaz de sacarle demasiado lustre. Lena Horne roba el show con su rendición de la canción titular, popularizada precisamente por Ethel Waters. “Stormy Weather” se presenta como un número de producción en dos tiempos. El primero presenta a la protagonista en el escenario de un teatro, cantando ante una ventana por la que se ve a varias parejas encontrándose y desencontrándose bajo una lluvia torrencial. El segundo, es una pieza coreográfica interpretada por Katherine Dunham y su ballet. Al final, regresamos al escenario para volver a escuchar el estribillo:

No puedo seguir adelante,
todo se ha desvanecido.
Tiempo de tormenta.
Desde que mi hombre y yo no estamos juntos
no deja de llover ni un instante.


Pero si este es el corazón de Stormy Weather su motivo argumental es la recreación del espíritu del Cotton Club neoyorquino a lo largo de quince años. La película arranca el homenaje que sus compañeros de profesión van a rendir a Bill “Bojangles” Robinson después de una vida dedicada al baile. El primer flashback relata el encuentro entre Selina Rogers (Lena Horne) y el soldado en una fiesta para los repatriados de la Gran Guerra. Bill tiene un compañero llamado Gabe (Dooley Wilson, el pianista de Casabalanca), que nunca tiene un duro y no deja de meterse en líos.


Selina es una reconocida cantante que comparte escenario, que no afecto, con Chick Bailey (Emmett “Babe” Wallace, su compañero en el Cotton Club). Sus vidas se irán entrelazando en un camino que recorre la música de Nueva Orleans, los vapores fluviales, los tugurios de Memphis y Chicago hasta los grandes escenarios de Nueva York.


Este trazado nos permite contemplar en acción a Fats Waller, Ada Brown y a Cab Calloway con su orquesta, amén de tres actuaciones más o menos exentas que pasamos a comentar.


La primera es “Linda Brown”, un tema cómico interpretado por un grupo denominado The Tramp Band. Bill Robinson aprovecha para hacer una demostración de la especialidad de tap popularizada por Howard “Sandman” Sims, el baile sobre arena:


La segunda, el famoso tema “Ain’t Misbehavin’” por Fats Waller: 


Pero, desde el punto de vista espectacular, el número final se lleva la palma. La actuación de los Nicholas Brothers al ritmo del “Jumpin’ Jive” de Cab Calloway es un auténtico tour de force en el que se dan la mano la acrobacia y el baile:


Suele pasar desapercibida, por no estar incluida en el apartado musical, la rutina cómica creada por F. E. Miller y Aubrey Lyles para el circuito del vaudeville. Cuando falleció Lyles, Miller buscó nueva pareja. El elegido fue Mantan Moreland con el que ejecuta en la película uno de sus números clásicos, el de la frase inacabada.


Parodia de una parodia: negros con la cara pintada de negro. Como el número musical selvático samoano: híbrido de Harlem y del exotismo impostado de las películas de Dorothy Lamour.


Algo de esto hay en el hecho de que Stormy Weather fuera realizada en los estudios de 20th Century Fox donde los artistas negros debían comer en una cantina segregada del resto del equipo. Queda de ella, pasados los años, el registro de varias interpretaciones memorables y un “quién es quién” del espectáculo hecho por negros para público blanco. También, la última aparición de Bill Robinson en la pantalla. Fallecería en 1949. Le sacaba a su compañera en la cabecera de cartel de Stormy Weather cuarenta años.


Stormy Weather (1943)
Producción: 20th Century Fox (EEUU)
Director: Andrew L. Stone.
Guión: Frederick J. Jackson, Ted Koehler, adaptado por H.S. Kraft de una historia original de Jerry Horwin y Seymour B. Robinson.
Intérpretes: Lena Horne (Selina Rogers), Bill Robinson (Bill Williamson), Cab Calloway and His Cotton Club Orchestra, Katherine Dunham and Her Troupe, Fats Waller, The Nicholas Brothers, Ada Brown, Dooley Wilson (Gabe), Emmett “Babe” Wallace (Chick Bailey), Ernest Whitman (Jim Europe), The Tramp Band.
78 min. Blanco y negro.

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