27 de enero de 2023

Yo lo quiero…


Lili (1953), Charles Walters

Lilí es una de esas películas que recuerdas de cuando niño. Un encantador y colorido musical interpretado por Leslie Caron, quien estuvo nominada para el Óscar por su inocente —a veces hasta demasiado— personaje, aunque finalmente la estatuilla se la llevó Audrey Hepburn por su trabajo en Roman Holidays (William Wyler, 1953). Leslie Caron fue descubierta para el cine dos años antes por Gene Kelly cuando buscaba su pareja para Un americano en París (Vincente Minnelli, 1951) y aunque su carrera no fue brillante del todo —ella misma afirma que no ha hecho en la escena la carrera que le hubiera gustado—, ha participado en algunas grandes películas —la recordamos en Funny Bones (Peter Chelsom, 1995)— y su trabajo ha sido premiado con el Globo de Oro, un par de BAFTA y un Emy.


Lilí es una joven francesa huérfana e ingenua, que llega a una pequeña villa francesa en busca de un familiar que, desgraciadamente, ha fallecido. Sin hogar ni recursos, está condenada a lo peor, cuando Marc, un apuesto prestidigitador (Jean-Pierre Aumont), se apiada de ella y le consigue un trabajo en el café-cabaret como camarera. El trabajo le dura apenas unas horas pues está maravillada con la actuación del mago y la multitud, el bullicio y el trabajo en sí le vienen grandes. En todo caso, se queda a vivir en el circo, donde acaba trabajando con Paul (Mel Ferrer), un marionetista lisiado, lleno de rabia y resentimiento hacia la vida —un antiguo bailarín— que se enamora de ella y la salva de la idea del suicidio con la ayuda de sus marionetas. Este inocente y mágico acto llama la atención del propietario de la feria que decide incorporar estos diálogos con las marionetas en el número.


Los mejores amigos de Lilí son, desde entonces, los títeres de Paul, a los que confía sus apasionados sentimientos hacia Marc, el mago, aunque, como podéis imaginar, su amor no es correspondido. Marc es un creido y empedernido ligón que siempre va detrás de cualquier falda aunque la realidad es que está casado con Rosalie, que está cansada de mantener en secreto su relación por el bien del negocio mágico, según dice su marido.



El guion es bastante simple, pero es eficaz y consigue que el espectador —el de la película y el del espectáculo de títeres— se ponga en la piel de Lili desde el minuto uno. Lo mismo que los dos empresarios de la Folie de París, que enseguida vislumbran el éxito del nuevo formato. Los títeres de Paul son el bondadoso Carrot Top, la vanidosa Marguerite, el astuto Reynaldo el Zorro y el inocente Horrible Enrique el Gigante, construidas y manipuladas por
 Paul E. Walton y Michael O'Rourke.


Aunque Lili no es propiamente un musical (como sí lo es Carnival, la versión de Broadway de 1961 de esta película) hay lugar para un par de escenas de ballet, una en la que compite con la exhuberante Rosalie (Zsa Zsa Gabor) y la secuencia final, en la que baila con las marionetas humanizadas que van convirtiéndose una a una en el hierático Paul; y también para el tema principal y éxito de la película, la canción de Bronislau Kaper y Adolph Deutsch "Hi Lili, Hi Lo". El resto de la partitura es igualmente notable gracias al oficio de uno de los grandes músicos de la época, Bronislau Kaper, que sí consiguió el Óscar por esta película.


 

Lili (1953)
Metro-Goldwyn-Mayer (MGM) (USA)
Dirección: Charles Walters
Guion: Helen Deutsch sobre la novela de Paul Gallico: "Love For Seven Dolls"
Música: Bronislau Kaper
Fotografía: Robert H. Planck
Intérpretes: Leslie Caron (Lili Daurier), Mel Ferrer (Paul Berthalet), Kurt Kasznar (Jacquot), Jean-Pierre Aumont (Marc), Zsa Zsa Gabor (Rosalie), Amanda Blake (Peach Lips), Alex Gerry (Propietario), Ralph Dumke (M. Corvier), Wilton Graff M. Tonit), George Baxter (M. Enrique)
81 min.  Technicolor

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