13 de febrero de 2023

La Pandilla Chiflada en el Circo de Billy Smart


Life is a Circus (1958), Val Guest

Cuando los muchachos de The Crazy Gang emprenden el rodaje de Life is a Circus son una institución casi del tamaño del Big Ben. O al menos, del London Palladium, un local dedicado al music hall que hemos visitado más de una vez desde Circo Méliès. Los acróbatas Jimmy Nervo y Teddy Knox, los cantantes Bud Flanagan y Chesney Allen, y los maestros del slapstick Charlie Naughton y Jimmy Gold constituían tres parejas que llevaban actuando en su escenario desde principios de la década de los treinta. En 1932 el veterano empresario Fred Karno decide presentarlos en bloque, con la colaboración puntual del excéntrico “Monsewer” Eddie Gray, en una “Crazy Week” de la que tomarán el nombre en 1933 cuando su presentación se amplíe a un “Crazy Month”. Tony Staveacre describe sus excentricidades en Slapstick! The Illustrated Story of Knockabout Comedy (1987) y las compara con las de los hermanos Marx al otro lado del charco. También asegura que el nivel de caos que eran capaces de crear en el escenario nunca llegó del todo a la pantalla, a pesar de que fueron contratados por Gainsborough Pictures y rodaron O-Kay for Sound (Marcel Varnel, 1937), una adaptación del espectáculo homónimo del Palladium:



Seguirán otros tres títulos más, dirigidos todos por Varnel y con la participación de Val Guest en el apartado literario. El último de ellos es Gasbags (Marcel Varnel, 1940), que forma parte ya del esfuerzo bélico. Al igual que otros cómicos, como George Formby, Will Hay o Tommy Trinder, se trata de añadir una buena dosis de humor a la propaganda para aliviar en lo que se pueda el ánimo de una población aterrorizada por los bombardeos alemanes. Las parejas se dispersaron durante la contienda pero volvieron juntos a los escenarios —salvo Allen, debido a su delicada salud— durante la posguerra y en 1956 tuvieron su propio show televisivo: The Gang Show. Acaso por ello Val Guest se decidió a reunirlos por última vez ante las cámaras cinematográficas, esta vez dotadas con objetivos anamórficos, aunque de la modestia presupuestaria del proyecto hable a las claras el rodaje en blanco y negro cuando el asunto reclamaba a las claras el color



Damas y caballeros, ante ustedes, The Crazy Gang en Life Is a Circus... El propietario del circo ecuestre Rickenbeck (Eric Pohlmann) está dispuesto a deshacerse del Monster Circus and Fun Fair de su rival Joe Winter (Joseph Tomelty). Pero la Pandilla Chiflada, que compone la troupe de Winter, y su hija Shirley (Shirley Eaton) no están dispuestos a darse por vencidos. 


Ella encontrará un aliado en Carl Rickenbeck (Michael Holliday), el enamoradizo y cantarín hijo del acaudalado empresario, y Bud (Flanagan), en un genio (Lionel Jeffries) que se le aparece al frotar una lámpara maravillosa y que está dispuesto a concederle cuantos deseos pida con tal de que le deje asistir al final de una danza de los siete velos continuamente interrumpida.



La película se rueda gracias a la ayuda del Circo de Billy Smart.


 


Conocido como “The Guv’nor”, Smart fue uno de los veintitrés hijos —¡nada menos!— que tuvieron una pareja de feriantes londinenses. Según el National Fairground and Circus Archive, en la década de los treinta era un empresario reconocido en el circuito de ferias de Londres y el sudeste de Inglaterra. La II Guerra Mundial no afectó negativamente a su negocio debido a la necesidad de entretenimiento y diversión que tenían los ciudadanos sometidos a los bombardeos alemanes. Al finalizar la contienda, compró el Circo Cody y las casetas de feria anexas. Smart era un visionario: al año siguiente llegó a un acuerdo con la BBC para que realizasen una retransmisión en directo y, desde entonces, el Billy Smart’s Christmas Spectacular se convirtió en una tradición navideña en la cadena pública.



Aparte de los carromatos y el montaje de la carpa tenemos oportunidad de asistir a dos funciones circenses de naturaleza bien distinta. En la primera, vemos cómo los seis miembros de la troupe se multiplican por sí mismos para poder realizar el charivari inicial. Luego, el número del hombre bala, fracasado una y otra vez, puntúa el resto de las actuaciones ante un público exiguo y poco propenso al entusiasmo. 



El clímax es un sensacional acto cómico en el trapecio volante, en el que no hemos logrado averiguar quien “dobla” a los talluditos miembros de la Pandilla Chiflada.

La segunda, gracias al decorado y los disfraces proporcionados por el genio de la lámpara, se convertirá en un espectáculo del lejano Oeste, émulo de aquellos de Buffalo Bill que hemos proyectado en otras ocasiones en nuestra carpa. Claro, que la urgencia del genio por regresar a ver cómo “La Rosa de Bagdad” (Maureen Moore) se desprende del último velo, convierte el espectáculo en un maravilloso batiburrillo con camellos, caballos montados por feroces jinetes árabes y, sí, por fin, una carreta de pioneros y una tribu de indios en sus mustangs que terminan lanzados al galope por la pequeña localidad en la que se había instalado la feria y el circo de Winter.



No desvelaremos el final, así que aprovechamos para despedirnos por hoy con la escena que abisagra la película por su mismo centro. En un melancólico autohomenaje, Bud Flanagan y Chesney Allen se encuentran casualmente en un soportal, bajo la lluvia, lo que da ocasión al dúo de interpretar una vez más su gran éxito: la canción Underneath the Arches.



Life is a Circus (1958)
Productora: Vale Film Productions (GB)
Director: Val Guest
Guión: Val Guest, Len Heath, John Warren
Intérpretes: Bud Flanagan (Bud), Teddy Knox (Sebastian), Jimmy Nervo (Cecil), Jimmy Gold (Goldie), Charlie Naughton (Charlie), Eddie Gray (Eddie), Chesney Allen (Ches), Shirley Eaton (Shirley Winter), Michael Holliday (Carl Rickenbeck), Lionel Jeffries (el genio de la lámpara), Joseph Tomelty (Joe Winter), Eric Pohlmann (Rickenbeck).
Fotografía: Arthur Graham. Música: Philip Green.
84 min. Blanco y negro. Scope.

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