10 de febrero de 2024

Encadenadas


Chained for life (1952), Harry L. Fraser

Las hermanas Hamilton (Violet y Daisy Hilton), hermanas siamesas unidas a la altura de la cadera, son la cabeza de cartel de un espectáculo de variedades. El espectáculo no es nada del otro mundo y entre Hinckley, el manager del dúo (Allen Jenkins), al que las hermanas llaman Mr. 10%, y MacKency, el gerente del teatro (Brian O'Hara) traman algo que tendrá el impacto publicitario necesario para llenar el teatro. Para impulsar el negocio, convencen a Andre Pariseau (Mario Laval), un experto tirador con pistola en sus horas bajas, para que simule un compromiso matrimonial con Dorothy (Daisy Hilton), la rubia de las hermanas siamesas.


El truco funciona y el negocio aumenta considerablemente. Pariseau, ávido de dinero fácil, quiere llegar más lejos y propone de verdad matrimonio a Dorothy, la cual acepta. Dorothy sueña con ser libre e intenta separarse de su hermana lo cual es desaconsejado por un equipo de médicos que, sin embargo, sí la animan a casarse si esa es su voluntad. 


A pesar de que todas las instituciones piensan que el matrimonio con una de las hermanas siamesas supondría el delito de bigamia, Pariseau, finalmente, consigue un permiso para casarse en el teatro —más publicidad, más público, más dinero—. Pariseau, que en realidad está liado con su asistente Renee, no consuma el matrimonio, pues su intención, desde el principio, era aprovecharse de su romance para lucrarse. Durante el acto de puntería del truhán, Vivian, la hermana morena, que conoce desde el principio sus falsas intenciones, le dispara causándole la muerte. 


La película, que comienza con una breve intervención del juez encargado de juzgar a las siamesas, plantea el problema moral de castigar a la culpable sin culpar a la inocente, poniendo en manos del espectador el dilema después de conocer la historia y los puntos de vista de todos los implicados. Al final el juez nos invita a reflexionar sobre el tema como si fuésemos parte del jurado que tiene que decidir el pleito.


Este dilema legal ha salido a relucir en muchas otras ocasiones. Los originales hermanos siameses Chang y Eng —los que dieron nombre a todos los siameses— se libraron de una denuncia de agresión en Filadelfia después de que Chang pegara un derechazo a un hombre que le había apretado muy fuerte la mano. El demandante interpuso una denuncia por agresión y lesiones que el magistrado desestimó porque —según aparece en su biografía— si el inocente Eng fuese encarcelado podría presentar cargos por falso arresto contra el demandante. Atónito, el hombre retiró el cargo.


Otros famosos gemelos siameses, Los hermanos Tocci, Giovanni y Giacomo, inspiraron uno de los clásicos de la literatura americana, The Tragedy of Pudd’nhead Wilson and the Comedy of Those Extraordinary Twins de Mark Twain, en el que, seguramente Ross Frisco se inspiró para el guion de la película. En la farsa, los siameses se llaman Luigi y Angelo, y tienen caracteres completamente diferentes siendo, además, uno totalmente abstemio y el otro, un redomado borrachín. El escritor también les sitúa en un juicio por agresión en el cual Pudd’nhead Wilson ejerce de abogado defensor y que acaba con la exoneración de ambos por las misma razón que ya hemos expresado anteriormente.


El programa de vaudeville
La película, además de las canciones de Daisy y Violet, incluye tres números que queremos destacar, aunque no aparecen en los carteles que anuncian el espectáculo. Son el número de malabares cómico y el de bicicleta de Whitey Roberts y el acto de fast accordion de Tony Iavello. Sobre este último no hemos encontrado muchas referencias como acordeonista, así que no podemos estar seguros al 100% de que se trate de la misma persona, aunque nos apostaríamos una suculenta cena en un italiano a que sí lo es. 


Sin embargo, sí hemos localizado a Whitey Roberts, que resulta ser un excelente cómico, malabarista y equilibrista sobre bicicleta, como podemos ver en la película, y un consumado mago como hemos comprobado buscando concienzudamente. Whitey Roberts, de nombre Alston Peterson (1903-1999), tomó su nombre artístico de 'Roberts', el apellido de soltera de su madre, al que añadió su apodo de niño, 'Whitey'.


En Chained for Life, Whitey realiza un número de malabares con platos en el que uno de ellos se va rompiendo al caerse al suelo —y si no se rompe lo pisotea— hasta quedar reducido a su mínima expresión y aún así continúa haciendo malabares. La rutina es divertida y merece la pena verla.


El otro número es un elegante acto de bicicleta con la que realiza todo tipo de equilibrios para acabar montado en una bicicleta diminuta. No es nada del otro mundo, pero podemos apreciar el estilo del vaudeville de la época y la vis cómica del artista. 


Fue el ganador del piloto de uno de los primeros talent shows, el Gong Show y también participó en otros programas como el Johnny Carson Show, Redd Foxx, el Mike Douglas Show, en el episodio 7 de la serie Amazing Stories o una breve intervención en Master Mind (1949, Jean Yarbrough).


Con el tiempo se dedicó más profesionalmente a la magia actuando tanto en escenario como en magia de cerca en el Magic Castle. Aquí podemos verle en un curioso video de magicana.com: https://www.magicana.com/video/whitey-roberts-juggling-0

Las hermanas Hilton
Violet y Daisy Hilton no tuvieron una vida fácil. Siamesas Pigópagas (unidas por la espalda o cadera), hasta los 23 años fueron prácticamente esclavas de la comadrona que les ayudó a nacer, Mary Hilton, quien les dio el apellido y les enseñó a recitar, cantar, tocar el saxofón y a bailar, pero que las tenía prácticamente encerradas sin posibilidad de relacionarse con otras personas y sin recibir un centavo por su trabajo. En 1932 participaron en la película Freaks (La parada de los monstruos) y en este enlace ya hablamos de ellas.


Las hermanas escribieron una pequeña autobiografía titulada The Intimate Lives and Loves of the Hilton Sisters, World Famous Siamese Twins, que incluye la historia de Chained for Life. Las escasas diez páginas que cuentan su triste historia no cuentan toda la verdad —por ejemplo, no cuentan su participación en la película de Tod Browning—, por lo que hemos tenido que acudir a otras fuentes más fiables como el libro de Dean Jensen del que hablaremos próximamente.


Chained for life (1953)
Director: Harry L. Fraser
Guion: Nat Tanchuck y Albert de Pina, sobre una idea de Ross Frisco.
Productor: George Moskov
Director musical: Michael Terr
Música: Henry Vars y George Brown (letra)
Fotografía: Jockey Arthur Feindel
Montaje: Joseph Gluck
Dirección de Arte: George Van Matar
Maquillaje: Joe Norin
Peluquería: Ida Forgette
Efectos especiales: Ray Mercer
Intérpretes: Violet Hilton (Vivian Hamilton, Daisy Hilton (Dorothy Hamilton), Mario Laval (Andre Pariseau), Allen Jenkins (Hinkley), Patricia Wright (Renée), Alan Keys (Abogado defensor), Norval Mitchell (Juez), Edna Holland (Mabel), Brian O'Hara (Mr. MacKenzie), Herbert Lytton (Fiscal de distrito), Jack Mulhall (Dr. Thompson), James Hope, Roy Regnier, Zena Barry, Tony Iavello, Whitey Robertst, Paul Gordon.
Blanco y negro. 81 min.

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