15 de junio de 2009

El hombre dinamita


Heinrich Piel, alias Harry Piel 
12 de Julio de 1892 (Düsseldorf) – 27 de marzo de 1963 (Munich) 

¡Les presentamos al hombre dinamita! ¡El Fairbanks teutón! ¡El productor al que no le importaba poner en peligro, título tras título, la vida de su protagonista rodando escenas de riesgo inusitado porque el protagonista era… él mismo! ¡El increíble Harry Piel!

El acróbata que se convirtió en cineasta 
El joven Heinrich “Harry” Piel había sido guardiamarina en su Alemania natal. En 1912 viajó a París con la intención de profesionalizarse como acróbata. Allí se encontró con Leonce Perret que dirigía películas para la poderosa Gaumont y, sin pensárselo dos veces se convirtió en guionista. De vuelta a Alemania fundó su propia productora y, aunque quebró un par de veces, nunca cejó en el más difícil todavía. Además de las funciones de director, guionista y productor, desde 1915 asumió las de actor.

En Die Grosse Wette (1915) tenía que enfrentarse a unos robots. Nada que pudiera despeinarle: el sello de la casa eran las escenas de riesgo espectaculares. A principios de los años veinte realizó una serie de películas en las que encarnaba al temerario detective Joe Deebs, siempre dispuesto a una vertiginosa persecución en automóvil o a saltar sobre cualquier abismo. Aunque no fuera del todo cierto, Piel aseguraba que él mismo realizaba todas estas proezas. Tuvo que dirigir algunas escenas de Sein bester Freund (1929), ambientada en el mundo de la revista, desde una silla de ruedas después de haber sufrido un accidente durante el rodaje de una secuencia en la que bajaba en motocicleta por la escalinata de un hotel. Gajes del oficio.

Pero como toda emoción le parecía poca vio el cielo abierto cuando trabó amistad con un encargado de volar edificios y construcciones en ruinas. Llegó a un acuerdo con él, a fin de que le avisase para rodar impresionantes escenas de acción en medio de las demoliciones. La fascinación por lo norteamericano es evidente –sus persecuciones deben más a los seriales de Pearl White que a los de Feuillade- hasta en la elección de los nombres de sus personajes, tantas veces llamados Harry Peel o Harry Peters.


No tenía un físico demasiado adecuado para el género: pelo engominado, cara redondita, como de pepona, falseada además en el periodo silente por un maquillaje excesivo de ojos y boca. La virilidad del hombre de acción se encoge en cuanto debe enfrentarse a una de sus compañeras femeninas, ante las que adopta un gesto displicente que, por otro lado, es consustancial con su personalidad cinematográfica. Cuando consigue el objeto cuya búsqueda ha desencadenado la acción lo alza en el aire con gesto triunfal, mientras la otra mano reposa en la cadera, las piernas abiertas y una sonrisa de perdonavidas. A uno se le escapa en dónde pudiera residir su sex-appeal, pero el público que pasaba una y otra vez por taquilla para ver sus películas lo tenía claro. 

Harry Piel y su tigre de Siam 
Detective aficionado o caballero del gran mundo, hasta pasar el rubicón del cine sonoro, Harry Piel sólo prescinde del sombrero de copa cuando lo sustituye por el turbante de sus aventuras orientales o por el sombrero de cowboy.


En Unter heißer Zone (1916) Piel incluyó escenas con animales por primera vez. A partir de ese momento comenzó a colaborar en su entrenamiento y lo convirtió en uno de sus sellos de identidad, lo que le llevaría a ambientar sus siguientes películas en escenarios exóticos o, como no, en el circo. Uno de sus compañeros de reparto habituales en los años veinte fue el tigre Byla. Según la publicidad, Byla habría sido capturado en Siam cuando era un cachorro por el propio Harry Piel en una de sus habituales aventuras cinegéticas. La prensa aseguraba que era “el único ejemplar en el mundo que haya llegado a un grado de domesticidad similar al de un perro, pues come a los pies de Harry Piel, toma el té en su misma mesa y se acuesta en un diván, al pie de la cama. El tigre Byla –concluye el reportaje- no permanece en ninguna jaula, y pasea por los estudios sin otra precaución que la mano de su dueño asida a su collar”.

En Was ist los im Zirkus Beely? (El misterio del circo, 1927) –rodada en el Zirkus Renz de Viena y de la que tendrán ustedes noticia en breve- Harry y Byla comparten varias escenas y es fácil comprobar la familiaridad que existe entre el gran felino y el intrépido actor. Nada más terminar esta cinta, Harry Piel se embarcó en Sein größter Bluff (1927), en la que encarnaba el doble papel de los gemelos Devall y compartía pantalla con una primeriza Marlene Dietrich y el liliputiense Paul Walker, que interpretó algunas películas con el sobrenombre de “Goliath”. Panik (Panik, 1928), realizada al año siguiente tenía un argumento policiaco –Harry debe cazar al peligroso criminal Arsenio Dupin- pero era una mera excusa para que se enfrentase una vez más a Byla y al grupo de leones con las que ya había tenido que vérselas en el Circo Beely.

Harry Piel, que era su propio productor con la marca Ariel, realizó la transición al sonoro sin dificultad. Volvió ocasionalmente a los argumentos de corte fantástico -Ein Unsichtbarer geht durch die Stadt (1933), en la que un taxista encuentra un casco que lo otorga la invisibilidad- pero, en una carrera que ya había sobrepasado los cien títulos, regresó una y otra vez al circo y a la selva, donde pudiese desenvolverse entre fieras. Artisten (Gran atracción, 1935), Der Dschungel ruft (La voz de la selva, 1936) o Menschen, Tiere, Sensationen (1938), rodada en el Circo Sarrasani de Dresde, dan fe de ello. 

Desnazificando a Heinrich 
Harry Piel siguió produciendo aventuras sin cuento hasta el final de la segunda Guerra Mundial, cuando fue depurado por haber pertenecido al Partido Nazi. De poco le había valido, porque Panik (1943, no confundir con la película del mismo título de 1928), que trataba sobre el bombardeo del parque zoológico de Hamburgo y la consecuente estampida de animales salvajes que invaden la ciudad, no fue del agrado del Ministerio de Propaganda. Goebbels prohibió la exhibición de la película por los efectos desmoralizadores que pudiera tener sobre la población. Cuando las tropas rusas entraron en Berlín, se llevaron las copias. Para colmo, durante los bombardeos habían resultado destruidos buena parte de los negativos de sus películas.

Harry Piel volvió en 1950 tras las cámaras y, de paso, al circo y a sus amados tigres con Der Tiger Akbar (1950, también conocida como Panik im Zirkus Williams). Entonces consiguió recuperar el negativo de Panik, rodó nuevas escenas y la estrenó con el título de Gesprengte Gitter (1953). Pero el público ya no aceptaba al veterano Harry Piel como el intrépido aventurero que había encarnado en los años veinte, en la cúspide de su fama. Las muchachitas que se habían enamorado de él entonces estaban a punto de convertirse en abuelas y los niños que admiraron sus proezas y sobrevivieron a la segunda Guerra Mundial estaban forjando la gran Alemania del “Milagro Económico”.
Sr. Feliú

El documental Harry Piel - Der Entfesselte (2004), de 15 minutos, producido por el canal franco-alemán Arte, realiza un repaso por la carrera del actor/director. 
El sitio web oficial (www.harry-piel.com) no proporciona demasiada información.

4 comentarios:

El Abuelito dijo...

Arsenio Dupin, el enano Goliath, un tigre domesticado... ¡Qué dechado de maravillas desconocidas! Este Harry Piel ya me ha alegrado el día...

Sr. Feliú dijo...

Pues no se pierda en próximos capítulos, venerable Abuelito, el desenmascaramiento del mago Hassan, los diabólicos planes del villano del dominó ejecutados por su esbirro, el luchador negro Bambulla, la pelea en un trapecio sobre la jaula de los leones hambrientos, la increíble escapada del foso de la muerte, el programa navideño completo del Zirkus Renz del año 1926... y a un chimpancé que aprovecha la siesta de su amo, el payaso, para despiojarlo.
Todo ello con Harry Piel disfrazado de Tom Mix.
Continuará...

El Abuelito dijo...

Una reseña de este filme, acerca del cual sus palabras (¿foso de la muerte? ¿villano del dominó?) excitan en mí salivares reflejos pavlovianos, la he encontrado en el blogo del Conde Ferdinand Von Galitzien consagrado al cine mudo:
http://ferdinandvongalitzien.blogspot.com/search?q=harry+piel

Sr. Feliú dijo...

Venerable Abuelito:
De hecho, el comentario del Conde, fue el que me puso sobre la pista de la película que Adrian -ya sabe usted que Adrian escribió el vademecum de esta carpa- mencionaba un poco de pasada. Sin embargo, a herr Piel ya le tenía ganas de antes, porque suele aparecer mencionado entre Murnaus y Langs pero luego nadie le dedica siquiera un adjetivo.
Gracias por su comentario, su nieto
PD.- Ya está la segunda entrega.