Bye bye Blackbird (2005), Robinson Savary
De hecho se toman un descanso y salen al exterior de la carpa, en lo más alto desde donde les saludan unos fuegos artificiales. ¿Han huido? Dempsey se revuelve en el control. Robert mira preocupado a través de las cortinas. Pero no han huido, el número prosigue con un salto inverosímil de Josef al que sigue otro no menos imposible de Alice. La pareja vive un éxtasis de giros, piruetas y arrojes del trapecio. Josef pierde el control, o eso cree, y Alice cae matándose en el acto.
Josef es un pájaro enjaulado. Como en un relato kafkiano –la primera fuente de inspiración de esta película– la soledad habita en lo más profundo de su alma y sus alas al viento son símbolo de una libertad efímera. Un espejismo. Un sueño imposible. Inalcanzable.
Fue el trapecista Richie Gaona, en Los Ángeles, quien puso a Robinson Savary sobre la pista de James Thiérrée, que vivía a unos cientos de metros de su casa en París. Hasta entonces, el proyecto de Robinson, hijo de Jerome Savary, el fundador del Grand Magic Circus, avanzaba sin su pieza principal, el protagonista Josef. A partir de entonces, Bye bye Blackbird comienza a hacerse realidad.
Estamos en los primeros años del siglo XX. Dos obreros emigrantes descansan sobre una viga suspendida a considerable altura. La imagen nos recuerda las fotografías de Charles Clyde Ebbets, que tanto se han difundido para decorar áticos de profesionales liberales. De repente, Josef (James Thiérrée) trepa por los cables con habilidad y se encarama en lo más alto para otear el horizonte. Se oye un golpe seco. Su compañero ha desaparecido.
Después del funeral, deambula por las calles hasta que se tropieza con un cartel del Dempsey Electric Circus. Josef se enamora a primera vista de Alice (la polaca Izabella Miko), la bella trapecista, melancólica, atrapada entre los cuidados de su obsesivo padre Lord Dempsey (Derek Jacoby, el mismo de Gladiator y Enrique V) y su relación mística con el trapecio. Josef es como un mono. Si puede trepar a algo allí que se va, así que, fascinado por el trapecio, consigue subirse después de realizar un acrobático camino por toda la cúpula de la carpa.
El primer encuentro directo de la pareja es de película de vampiros. Josef se ha hecho un pequeño corte en la mano arreglando un marco de la caravana de Alice. La joven se apresura a limpiarle la sangre chupándosela. Josef se queda tan perplejo como estaba y como si no hubiera pasado nada le pregunta si alguna vez ha pensado en trabajar con otra persona en las alturas. Ella se muestra extrañada y desconfiada de las habilidades de Josef.
Hay otra mujer, claro. Es Nina (Jodhi May), la ecuyere, hermana de adopción de Alice. Aunque también vive una extraña relación de dependencia con su padre adoptivo, el aristocrático y decadente Lord Dempsey, es una mujer más independiente y pegada a la realidad que la frágil Alice. Nina ofrece a Josef un trabajo en las cuadras mientras este se prepara para el gran número. Ha conseguido una audición. Las tres cabezas pensantes del circo, el propio Dempsey, Robert (Michael Lonsdale) y Jenkins (Carlos Pavlidis) hacen de jurado. Josef parece que se retrasa cuando aparece en lo más alto del circo. Desciende hasta donde reposa Alice y comienzan un dúo que maravilla a la singular audiencia.
Lord Dempsey está inspirado. Su petaca le proporciona pequeños éxtasis de gloria en los que se ve triunfando con este nuevo número en París, su próxima plaza. The White Birds, un número excepcional de trapecio iluminado por ¡quinientas bombillas eléctricas! El circo siempre ha estado a la cabeza en cuanto a las innovaciones técnicas aplicadas al mundo del espectáculo y Lord Dempsey es un iluminado, nunca mejor dicho. Un circo eléctrico parece un buen reclamo para esa época. Y seguiría siéndolo hoy en día.
El día del estreno en París, una tormenta amenaza con arrancar las lonas e inundar los circuitos eléctricos. Hay una buena entrada de público entre los que se encuentran algunos nobles, viejos amigos de Dempsey que vienen a ver a su hija y que desprecian al viejo maquillado.
El número se desarrolla como habían planeado. Las bombillas iluminan la carpa en círculos concéntricos a medida que los dos pájaros suben a las alturas. Hay cierta preocupación por el mal tiempo, pero también por lo imprevisible de la pareja.
Josef pierde la cabeza. Decide no bajar del trapecio. Se encierra en si mismo y en las alturas. Viaja subido al trapecio, porque si toca el suelo, Alice aparece y todo se vuelve más confuso. Pero no todo es como parece. ByeBye Blackbird nos sorprende al final lo suficiente como para no anticiparlo.
Bye bye Blackbird (2005)
Producción: Samsa Film (FR)
Dirección: Robinson Savary.
Argumento: Robinson Savary, Patrick Faure y Arif Ali-Sham.
Guión: Arif Ali-Sham.
Intérpretes: James Thiérrée (Josef), Derek Jacobi (Lord Derek), Johdi May (Nina). Michael Ondsdale (Robert), Izabella Miko (Alice), Andrej Acin (Roberto), Chris Bearne (Lord Strathclyde), Ek (Djamako), Claire Johnston (Emma), Pavlidis (Jenkins), Claudine Peters (Miss Julia).
99 min. Color.
1 comentario:
¿Hay alguna forma de ver esta pelicula online?
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