17 de agosto de 2010

100 personas de ambos sexos en escena 100


La cabalgata del circo
(1945), Mario Soffici y Eduardo Boneo

UNA RUEDA embarrada, los carromatos que se recortan contra el cielo ennubonado, los años que van pasando… Los dos carromatos del modesto Circo Arletty recorren la pampa en el último cuarto del siglo XIX. La rueda sigue girando y el viejo Tito Arletty (Orestes Caviglia) sigue aferrado al número de los perritos amaestrados, a las chanzas de su compadre Ruca (José Olarra), a los equilibrios en el trapecio y a su demostración de puntería disfrazado de Guillermo Tell. Marieta (Hilde Pirovano), su mujer, sostiene la manzana sobre la cabeza. Ruca caracterizado de carablanca da paso a las actuaciones con su sempiterna salmodia: 
Aquí estoy porque he venido, porque he venido aquí estoy, pero si no les gustan mis modos, ahora mismito me voy”.

En 1896 la carpa ha crecido: los hijos se van haciendo grandes y forman una troupe infantil de acróbatas. Los números de pericia conviven ahora con una pantomima de regusto histórico titulada “Garibaldi en Aspromonte”. Es el tabernero del villorrio en el que instalan la carpa quien les convence de que para llevar al público al espectáculo hay que hablarles de lo conocido. No hay criollo que lea el “Juan Cuello” –otro “Martín Fierro”- y no se le ablande el corazón. Tito Arletty su compadre piensan que el hijo mayor, Roberto (Hugo del Carril), que toca la guitarra y monta a caballo hará un buen protagonista. Y al poco estrenan su “Juan Cuello - Pantomima criolla - 100 personas de ambos sexos en escena 100”.

A partir de aquí, el protagonismo pasa a los hijos: Roberto y Nita (Libertad Lamarque). En sucesivas escenas dialogadas expresan sus inquietudes artísticas. Buscan que el circo pueda reflejar el sufrimiento cotidiano del pueblo, que cante sus canciones, que el circo sea “algo más que circo”. Y para ello conciben la idea revolucionaria de declamar durante las pantomimas… como en el teatro.

Los incidentes melodramáticos, se entrelazan con las canciones interpretadas por los dos protagonistas y con una progresión verbalizada en la que se da cuenta de la evolución de las formas populares de entretenimiento: de la pantomima drama campero -como “Margarita o el llanto de una madre”-, de la milonga al tango, de la carpa al teatro capitalino y a los grandes espectáculos revisteriles del primer cuarto del siglo XX, cuando los cancionistas argentinos triunfaban en Europa.

Los hermanos se reúnen de nuevo para un festival benéfico en Buenos Aires. El reencuentro está teñido de añoranza por los viejos del tiempo del circo. Cantan la canción de los paraguas que cantaban sus padres.

Esta tradición entronca con el origen mítico del cinematógrafo argentino, según se encarga de subrayas Soffici. La carrera de Roberto es un encadenado de títulos señeros de la historia del cine nacional. Ahora son los hijos de Nita quienes triunfan en el cinematógrafo. Juntos hacen una película titulada precisamente “La cabalgata del circo”. Roberto intenta corregir al director. Las cosas no ocurrieron como el propone, pero el director argumenta que la verdad cinematográfica no tiene porqué corresponderse con la realidad.

La cinta termina en el patio de butacas, con los ancianos hermanos Arletty contemplando su historia en la pantalla. La rueda vuelve a girar, eternamente…

Coda 
Parte de la fama de La cabalgata del circo excede sus méritos cinematográficos. En un papel secundario, el de Chila, una de las hijas de Ruca, interviene Eva Duarte. Esta es su última película antes de convertirse en señora del coronel Perón y, al año siguiente, en aquel cruce entre Madonna y Paloma San Basilio. La starlette y la gran estrella que ya era Libertad Lamarque tuvieron sus más y sus menos durante el rodaje. Hay quien dice que llegaron a tirarse del moño. La cosa es que apenas llegada Evita a la Casa Rosada Libertad Lamarque hubo de optar por el exilio. Se instaló en México y allí siguió su exitosa carrera como cantante y actriz.
La cabalgata del circo (1945) 
Producción: Estudios San Miguel (ARG) 
Director: Mario Soffici y Eduardo Boneo. 
Guión: Francisco Madrid y Mario Soffici. 
Intérpretes: Libertad Lamarque (Nita), Hugo del Carril (Roberto), Orestes Caviglia (Tito Arletty), José Olarra (Ruca), Eva Duarte (Chila), Hilde Pirovano (Marieta), Juan José Míguez, Armando Bo, Elvira Quiroga, Tino Tori, Ricardo Castro Ríos, Ana Nieves, Carlos Rivas. 
82 min. Blanco y negro.

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