Merry Andrew (Loco por el circo, 1958), Michael Kidd
Tenemos una pequeña debilidad por Danny Kaye, un excelente actor de musicales que rezuma optimismo y vitalidad por todos los poros de su cuerpo, tanto que fue el primer embajador de UNICEF, y lo fue durante 32 años. Si además de cantar y bailar hace el payaso, como en Merry Andrew, tiene para siempre un lugar de honor en nuestra carpa, como en la Legión Francesa, de la que es miembro de honor precisamente por su dedicación a la organización infantil.
En Merry Andrew –una manera de designar a los payasos en Inglaterra, como Joey– Andrew Larabee, el personaje que encarna Danny Kaye, es un profesor un tanto reprimido por culpa de su padre (Noel Purcell), director del colegio y cabeza de una dinastía dedicada en cuerpo y alma a la enseñanza. Andrew, como profesor, no lo hace mal del todo, aunque sus métodos no convencen a su padre y él preferiría dedicarse a la arqueología, la actividad que es su verdadera pasión.
Durante las vacaciones Andrew se dirige a unas ruinas para tratar de encontrar una estatua del Dios Pan, un descubrimiento que le permitiría casarse con su prometida Letitia Fairchild (Patricia Cutts). En el lugar de la excavación está instalado el Circo Gallini que ha recibido la orden de abandonar el lugar, pues ha sido adquirido por Mr. Elmwood. Selena Gallini (Pier Angelli), sus cinco hermanos y su padre (Salvatore Baccaloni) confunden a Andrew con el nuevo propietario, así que cuando este les dice que a él no le molesta el circo mientras realiza la excavación, la familia Gallini decide quedarse y realizar sus funciones. Más tarde es el mismo Mr. Elmwood, conocido de Andrew, el que les concede una semana más, así que Andrew es considerado como un héroe por la familia Gallini y los demás artistas del circo.
Durante esa semana ocurre lo inevitable: Andrew se enamora de Selena, a pesar de la continua vigilancia de los cinco celosos Gallini. En el circo, Andrew aparece saliendo de un agujero en mitad de la pista durante el número de los leones mientras realiza la excavación. Más tarde tiene que sustituir al padre haciendo de maestro de ceremonias con un estrafalario disfraz que le hace volar y hasta despide fuegos artificiales. Al final es el mono el que encuentra la estatua pero Andrew, sin saber del hallazgo, tiene que volver a su rígida escuela y enfrentarse a su prometida y a su boda, organizada rápidamente por su padre. Pero el Circo Gallini también ha escogido como plaza una localidad cercana y Selena se acerca para llevarle la estatua del dios de la música.
Andrew, el mismo día de su boda, va al Circo Gallini en busca de unos estudiantes que se han escapado. En el circo, en cuanto es descubierto por los hermanos Gallini, comienza una disparatada persecución —los cinco Gallini quieren salvar el honor de su hermana casándola con el profesor— en la que Andrew hace de trapecista, equilibrista, acróbata, icario, portor…
Merry Andrew (Loco por el circo, 1958)
Producción: MGM (EEUU)
Dirección: Michael Kidd
Guión: Isobel Lennart y I.A.L. Diamond sobre una historia de Paul Gallico
Música: Saul Chaplin. Letras: Johnny Mercer
Coreografía: Michael Kidd
Danny Kaye (Andrew Larabee), Pier Angeli (Selena Gallini), Salvatore Baccaloni (Antonio Gallini), Noel Purcell (Matthew Larabee), Robert Coote (Dudley Larabee), Patricia Cutts (Letitia Fairchild), Rex Evans (Gregory Larabee), Walter Kingsford (Mr. Fairchild), Peter Mamakos (Vittorio Gallini), Rhys Williams (Jefe de Policía), Tommy Rall (Giacomo Gallini)
103 min. Cinemascope. Metrocolor
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