Les Six Soeurs Dainef (Las hermanas Daineff, 1902)
Las hermanas Daineff, “acróbatas rusas, tan notables como bellas, que realizan verdaderos prodigios de agilidad y de fuerza”, según escribía el cronista de espectáculos del semanario “Blanco y Negro” cuando se presentaron en el madrileño Circo de Parish en la primavera de 1901, aparecen en esta producción de Pathé de 1902.
Por lo visto se hicieron dos versiones de la misma. La primera, de 200 metros se considera desaparecida. Se conserva, en cambio, ésta, que consta en el catálogo de Pathé con el número 399 bis.
Lo asombroso, lo maravilloso, no se conseguía en estas cintas mediante ningún truco cinematográfico, sino por el registro directo del más difícil todavía ejecutado por artistas de circo y variedades. Tal es el caso de estas hermanas que en su momento causaban admiración por la precisión de sus ejercicios y que se anunciaban como “Les Reines du Tapis” en el programa de 1902 del Cirque d’Hiver. Precisamente, éste coliseo se transformaría cinco años después en el gran salón cinematográfico parisién de la casa Pathé Frères. Tenía mil seiscientas butacas y una orquesta fija con sesenta profesores, lujos estos que convirtieron la sala en una de las más populares de París en los albores de la Gran Guerra.
Les Six Soeurs Dainef se presentó en el salón barcelonés Napoleón en febrero de 1904, coincidiendo con la temporada de las hermanas acróbatas en el Circo Ecuestre Tívoli de la ciudad condal. No sabemos si llamaría la atención o no el que de las seis Daineff —siete, más adelante— sólo aparezcan en la cinta, cinco.
Lo pueden comprobar aquí:
Producción: Pathé Frères (FR). Número de catálogo: 399 bis.
Intérpretes: las seis hermanas Daineff.
3 min. Blanco y negro.
2 comentarios:
El cine estaba naciendo y resultaba más curioso el movimiento que contar historias.Ayer mismo estuve viendo unas filmaciones de los hermanos Lumiere en la Exposición de París de 1900 y todos los cortos mostraban a personas caminando o entrando y saliendo de los distintos recintos pero no mostraba las maravillas de la exposición.
Era lo que más llamaba la atención,números de circo,trucos de magia, acrobacias,forzudos,bailes varios...
Cierto, don angeluco. Antes de adoptar el modelo aristotélico el cinematógrafo tuvo la gloria de democratizar a sus "modelos", proponiendo en igualdad de condiciones a una estrella de las variedades que a los anónimos viajeros que llegaban en tren a la estación.
En los primeros compases de este año que recién inauguramos tendremos aún ocasión de presentarles unas cuantas gemas más de la colección de don Antonio Sagarmínaga.
Aprovechamos para desear a usted y a los demás visitantes de Circo Méliès que 2012 les sea venturoso.
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