La rueda de la vida (1942), Eusebio Fernández Ardavín
La vida es una noria. Los que suelen pasar por
aquí ya lo saben. La noria favorece la intimidad del ayayay y nos devuelve al
caudal de la feria y de las atracciones a ras de tierra —el tiro al blanco, el
pimpampum, e incluso los caballitos…— con el mareo del que ya lo ha visto todo
desde lo alto.
La noria: metáfora del vértigo, rueda de la
fortuna, sube y baja del destino que ayer nos elevó hasta allí y hoy nos ha
hecho descender hasta aquí…
Feria de una capital de provincias. Ambiente
fin de siglo, tan cursi, tan pomposo, tan ingenuo. La famosa cantante de
variedades Nina Luján (Antoñita Colomé) conoce en la feria a un modesto músico
de café cantante llamado Alberto (Ismael Merlo).
Ante él, por su amor provinciano y modesto, se
finge camarera en la fonda donde se ha hospedado. Ha huido de Madrid y de la
fama y él le ofrece una canción en la que se cifra toda su devoción por Nina,
que dice llamarse Elena. Renuncia a partir con sus amigos en viaje de estudios
a Italia y busca el modo de que ella debute en el café cantante, seguro de su
éxito.
Entretanto, el agente de Nina (Gabriel Algara)
y el empresario del teatro madrileño (Pedro Barreto) remueven cielo y tierra
para dar con ella. La actuación desastrosa ante un público garrulo y soez
significa su separación.
Pasan los años… Muchos. La noria de la vida
gira y gira sin parar. Lo sabían los autores de esta comedia dramática, los
espectadores que acudieron al cine a verla cuando se estrenó en 1942 y quienes
suelen pasar por aquí.
Quizá por eso, más
acertado que el banal enredo, más seguro que las titubeantes interpretaciones
de los intérpretes principales, más firme que el pulso confuso del realizador,
nos parece el ambiente de la feria fin de siglo, con el retrato de los
espectadores vocingleros y con esa deliciosa cantante de variedades que se
anuncia como Dorita y que cuando Nina Luján le dice que parecen fieras se
levanta el flequillo para dejar al aire la cicatriz en la frente que atestigua
que sí, que son fieras desatadas y que aquí se actúa sin red con el
consiguiente riesgo para la vida del artista.
La rueda de la vida (1942)
Producción:
Casáreo González- Suevia Films (ES)
Director:
Eusebio Fernández Ardavín.
Guión:
Ramón Torrado, H.S. Valdés, Eusebio Fernández Ardavín.
Intérpretes:
Antoñita Colomé (Nina Luján / Elena), Ismael Merlo (Alberto), Gabriel Algara
(don Peter), Pedro Barreto (don Ricardo), Eduardo Stern (Enrique), Alfonso
Mancheño (Federico), Elisa Cavalcanti (lña criada), Xan das Bolas (Juanito), Antonio
Bayón, Salvador Videgaín, M. Romero Hita, Antonio Casas, Esperanza Hidalgo,
Elena Salvador.
92 min.
Blanco y negro.
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