23 de enero de 2014

La vida es una noria


 La rueda de la vida (1942), Eusebio Fernández Ardavín

La vida es una noria. Los que suelen pasar por aquí ya lo saben. La noria favorece la intimidad del ayayay y nos devuelve al caudal de la feria y de las atracciones a ras de tierra —el tiro al blanco, el pimpampum, e incluso los caballitos…— con el mareo del que ya lo ha visto todo desde lo alto.


La noria: metáfora del vértigo, rueda de la fortuna, sube y baja del destino que ayer nos elevó hasta allí y hoy nos ha hecho descender hasta aquí…


Feria de una capital de provincias. Ambiente fin de siglo, tan cursi, tan pomposo, tan ingenuo. La famosa cantante de variedades Nina Luján (Antoñita Colomé) conoce en la feria a un modesto músico de café cantante llamado Alberto (Ismael Merlo).


Ante él, por su amor provinciano y modesto, se finge camarera en la fonda donde se ha hospedado. Ha huido de Madrid y de la fama y él le ofrece una canción en la que se cifra toda su devoción por Nina, que dice llamarse Elena. Renuncia a partir con sus amigos en viaje de estudios a Italia y busca el modo de que ella debute en el café cantante, seguro de su éxito.


Entretanto, el agente de Nina (Gabriel Algara) y el empresario del teatro madrileño (Pedro Barreto) remueven cielo y tierra para dar con ella. La actuación desastrosa ante un público garrulo y soez significa su separación.


Pasan los años… Muchos. La noria de la vida gira y gira sin parar. Lo sabían los autores de esta comedia dramática, los espectadores que acudieron al cine a verla cuando se estrenó en 1942 y quienes suelen pasar por aquí.


Quizá por eso, más acertado que el banal enredo, más seguro que las titubeantes interpretaciones de los intérpretes principales, más firme que el pulso confuso del realizador, nos parece el ambiente de la feria fin de siglo, con el retrato de los espectadores vocingleros y con esa deliciosa cantante de variedades que se anuncia como Dorita y que cuando Nina Luján le dice que parecen fieras se levanta el flequillo para dejar al aire la cicatriz en la frente que atestigua que sí, que son fieras desatadas y que aquí se actúa sin red con el consiguiente riesgo para la vida del artista.


La rueda de la vida (1942)
Producción: Casáreo González- Suevia Films (ES)
Director: Eusebio Fernández Ardavín.
Guión: Ramón Torrado, H.S. Valdés, Eusebio Fernández Ardavín.
Intérpretes: Antoñita Colomé (Nina Luján / Elena), Ismael Merlo (Alberto), Gabriel Algara (don Peter), Pedro Barreto (don Ricardo), Eduardo Stern (Enrique), Alfonso Mancheño (Federico), Elisa Cavalcanti (lña criada), Xan das Bolas (Juanito), Antonio Bayón, Salvador Videgaín, M. Romero Hita, Antonio Casas, Esperanza Hidalgo, Elena Salvador.
92 min. Blanco y negro.


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