27 de junio de 2023

Protéa: domadora, equilibrista y barrista



Protéa (Protea, Victorin Jasset, 1913)

Cuando la producción francesa en cuatro episodios, Protéa, se estrenó en España en 1914, los diarios se deshicieron en elogios para con la escena de la bicicleta que salta sobre el puente en llamas. En stunt —que dirían los sajones— habría costado la friolera de once mil francos, a mil del ala por cada uno de los once intentos que hubo que realizar hasta que la proeza quedó a satisfacción de Jasset. Así que he aquí a la bisabuela de todos los 007s y Misiones Imposibles que en la pantalla han sido.


Josette Andriot, que había interpretado a “La Rosaria” en las sucesivas entregas de la serie Zigomar (Protea, Victorin Jasset, 1911-1913), asume aquí el papel protagonista, el de una intrépida aventurera al servicio del gobierno de Messenia que debe hacerse con un tratado firmado por los vecinos reinos de Celtia y Slavonia. La primera demanda de Protéa será que liberen a su compañero de aventuras habitual, un carterista conocido como “El Anguila” (Lucien Bataille). Ambos son maestros del disfraz y, tantas veces a lo largo del metraje, la acción trepidante se toma una tregua para que asistamos a sus actos de fregolismo.


Viajeros en los grandes expresos europeos, ladrones embutidos en negras mallas, gentes del pueblo de las que nadie sospecharía... Las identidades múltiples constituyen la misma esencia —paradójicamente mudable— de sus personajes.


El tratado secreto ya está en manos de la pareja. Ahora bien, ¿cómo cruzar la frontera sin ser detenidos por la policía? Nada más sencillo. Ambos ingresan en un circo ambulante. Ella, como domadora de felinos. Él, nada menos que como una suerte de hombre simiesco o primate humanoide, según se mire.


Como no hay tiempo que perder, ya están los dos encerrados en la jaula con Sadie, la leona...


Pero aún hay más. Protéa se instala con la leona en un hostal de la frontera cuyo propietario ha alerta a la policía, de modo que cuando el comisario pretenda recuperar el tratado secreto el susto que le va a dar Sadie será morrocotudo.


El público debió quedar más que satisfecho con esta intrépida heroína y su simpático ayudante, porque la casa Eclair facturó hasta tres secuelas, aunque ya sin Jasset tras la cámara: Protéa II ou Protéa et l’auto infernale (Protea y el auto infernal, Joseph Faivre, 1914), Protéa III ou La course à la mort (Protea III: La carrera diabólica, Joseph Faivre, 1915) y Protéa IV ou Les mystères du château de Malmort (Protea IV: Los misterios del castillo de Malmont, Gérard Bourgeois, 1917).


Que el circo formaba parte del universo proteico de Prótea se hace en evidente en la cuarta entrega del serial, cuando en su lucha contra la Secta Roja que tiene su guarida en el castillo de Malmort, la protagonista y su ahijado tropiecen en el camino con el circo del acróbata León Jouvert:


León Jouvert, el popular acróbata y funambulista, prodigioso contradictor de todas las leyes de la gravitación, de la inercia y del equilibrio, había obtenido una licencia ilimitada y al volver a su tierra, la amada Bretaña, había reunido a varios compañeros, antiguos camaradas de circo, a los que la guerra dejaba sin trabajo, y con los escasos recursos de todos quedaba formado a poco un circo ambulante, que a buen seguro sería la base de una fortuna.


Nada faltaba en la compañía: atletas capaces de hacer palidecer a Sansón, prestidigitadores, ecuyéres, saltadores, domadores y sobre todo payasos cuyas gracias hacían reír hasta los muertos. [Protea IV o los misterios del castillo de Malmort: en seis episodios. Barcelona: Cabot Piñot, 1917, pág. 33.]


En esta ocasión Protéa será la “equilibrista y barrista de la máscara negra”. Debemos imaginárnosla porque sólo se conserva el serial primigenio, el de 1913, y aún así incompleto.

Pueden ustedes disfrutar de la restauración aquí: https://www.cinematheque.fr/henri/film/49285-protea-victorin-jasset-1913/, y de La novelización de la cuarta entrega del serial aquí: 


Protéa (1913)
Producción: Eclair (Fr)
Dirección y Guión: Victorin Jasset.
Fotografía: Lucien N. Andriot.
Intérpretes: Josette Andriot (Protéa), Lucien Bataille (“El Anguila”), Charles Krauss (el barón de Nyborg), Henri Gouget (monsieur de Robertsau), Emile Chautard (el ministro de Celtie), Camille Bardou (un policía), Gilbert Dalleu (otro policía), Mévisto (el dueño del Pichón de Oro), Jacques Feyder (un diplomático).
Blanco y negro + tintados. Formato mudo (1,33:1). 50 min. (la copia conservada).

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