21 de febrero de 2009

Cómicos itinerantes en Japón



Ukigusa
(La hierba errante, 1959), Yasuhiro Ozu

LAS GIRAS de compañías de teatro
kabuki sirven de soporte argumental a sendas cintas de Yasuhiro Ozu y Kenji Mizoguchi, que hoy les presentamos. Son los parientes de ojos rasgados de los protagonistas de Los farsantes o Luci del varietà.


En
Zangiku Monogatari (Historia de crisantemos tardíos, 1939), de Kenji Mizoguchi, el actor Kikunosuke (Shotaro Hanayagi) debe encontrar su propio camino al darse cuenta de que nunca tendrá el talento de su padre adoptivo. Antes de triunfar en uno de esos papeles femeninos que el kabuki reserva a los hombres, sufre un largo descenso a los infiernos. Cuando la abnegada Otaku (Kakuko Mori) pide un papel en su nombre a los miembros de una compañía reputada, ellos argumentan que el público nunca le aceptará porque “no es más que un actor itinerante”.


Ukigusa (La hierba errante, 1959) es una reelaboración de un tema que el propio Ozu ya había tratado al principio de su carrera en Ukigusa Monogatari (Yasuhiro Ozu, 1934). El maestro Komajuro (Shotaro Hanayagi) retorna con su compañía a una pequeña localidad costera donde dejó hace años a un hijo, Kiyoshi (Hiroshi Kawaguchi), que le considera su tío, y una mujer, Oyoshi (Haruko Sugimura), que ahora regenta un local en el que se sirve sake. Para descomponer los planes del actor basta una primera actriz celosa y consciente del paso del tiempo, Sumiko (Machiko Kyo), y una principiante dispuesta a enamorarse del joven, Kayo (Ayazo Wakao). Komajuro no está dispuesto a asumir la responsabilidad de ser padre y se escuda en que el muchacho necesita estabilidad y él y sus compañeros son las “hierbas errantes” que menciona el título.


Como en otras películas de Ozu, el conflicto entre generaciones y la occidentalización de Japón son el tema central, pero esta vez la metáfora es la compañía itinerante de cómicos. No los vemos demasiado sobre el escenario; importan más los tiempos muertos, las esperas, las horas dedicadas al maquillaje o las distracciones entre funciones. La estupenda fotografía en color de Kazuo Miyagawa, la música de Kojun Saitô —que a uno le trae inmediatamente a la memoria a Nino Rota—, y el riguroso trabajo de planificación de Ozu conjuran de consuno un tono melancólico que es trasunto cabal de la vida en una modesta compañía de cómicos itinerantes, en España o en Japón.


Aunque la acción está ambientada en la época en que se rueda la cinta —el empresario recuerda que doce años atrás, durante la última visita de la compañía, estaban pasando los duros tiempos de la posguerra—, a ratos parece una película de época. Esto ocurre muy a menudo en el mundo de los cómicos de la legua, que parece como si vivieran en el mismo país pero en un tiempo distinto del nuestro. No obstante, los medios de transporte nos ayudan a datarla. Los cómicos llegan en barco y, disuelta la compañía, Komajuro y su celosa compañera abandonan el pueblo en tren, de nuevo unidos por la vida errante.


Sr. Feliú


Ukigusa
(La hierba errante, 1959)
Producción: Daiei (JAP)
Director: Yasujiro Ozu.
Guión: Yasujiro Ozu y Kôgo Noda
Intérpretes: Ganjiro Nakamura (Komajuro Arashi), Machiko Kyô (Sumiko), Ayako Wakao (Kayo), Hiroshi Kawaguchi (Kiyoshi Homma), Haruko Sugimura (Oyoshi), Hitomi Nozoe (Aiko), Chishu Ryu (el propietario del teatro), Koji Mitsui (Kichinosuke), Haruo Tanaka, Yosuke Irie, Hikaru Hoshi, Mantarô Ushio, Kumeko Urabe, Mutsuko Sakura.
119 min. Color (Eastmancolor).

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