18 de febrero de 2010

La partener del lanzador de cuchillos


La foire aux chimères
(La feria de las quimeras, 1946), Pierre Chenal

Satanás y Ángela trabajan en una feria. Satanás lanza cuchillos. Ángela aguanta sin parpadear. Es ciega desde que cayó del trapecio.

La vida es mucho más prosaica. Satanás se llama Robert (Yves Vincent) y está liado con la écuyère. Ángela es Jeanne (Madeleine Sologne), una belleza casi fantasmal, envuelta en cendales blancos a la que una cabra guía por la feria. Quiere el destino —la casualidad aquí no tiene parte— que a esa feria acuda a celebrar su quincuagésimo cumpleaños el misántropo banquero Frank Davis (Erich von Stroheim). Tiene la parte derecha del rostro completamente desfigurada por una herida de guerra. Encuentro mágico el de la bella y la bestia, con música de organillo y el torbellino de la feria de fondo.

Frank Davis es odiado por sus empleados y rechazado por las mujeres. Cuando un empleado le pide disculpas por haberse burlado de él, Frank replica: —No se preocupe. Es usted un payaso… Y yo adoro el circo.

Noche de lluvia y relámpagos. Un único espectador en la carpa. El patético Frank con su ramito de violetas. En la pista, Clara (Claudine Dupuis), la écuyère. Luego, una fanfarria anuncia la presencia de Satanás y Ángela. Jeanne se presenta en lo alto de la cúpula, suspendida en el aire con las alas desplegadas. Robert, disfrazado de Mefistófeles de guardarropía, le corta las alas de dos certeros lanzamientos. Una vez en la pista, Ángela se sitúa ante el clásico panel contra en el que los cuchillos van marcando su silueta.

Frank propone a Ángela que le acompañe a su castillo. Sí, la bestia posee un castillo pero, como en los cuentos, no puede entrar solo. Pierre Chenal no ahorra subrayados, siguiendo así el guión de Jacques Companeez. Cuento de ángeles y demonios, de luz y tinieblas, amor carnal frente al amor puro, espiritual y el interés inmediato contra la generosidad suprema. Para conseguir el dinero con el que ella se pueda someter a la operación que le devolverá la vista, Frank cae en una espiral de degradación que le lleva la casa de juegos de Furet (Louis Salou, otro histrión de raza cuya fama procede de su interpretación del Conde de Montray en Les Enfants du paradis). Arruinado, el banquero termina firmando unos pagarés que no puede afrontar. Nada más fácil para él que emitir billetes falsos.

Entra la policía en escena. Hay una muerte. Frank le da a Jeanne todos los caprichos y paga la costosa intervención quirúrgica. Chenal echa el resto en la escena en que Jeanne finge que no ha recobrado la vista para no delatar la repugnancia que le produce la fealdad de Frank. En cambio, Satanás es bello, fuerte y joven como él solo. Clara escapó. Robert parte esa noche con la feria. Jeanne acude a la estación para despedirse de él, para “verlo” por última vez. Luego, regresa junto a la bestia. Patetismo trágico.

Para el último acto reserva Chenal una catarata de angulaciones de cámara enfáticas e iluminación expresionista. Fuego purificador, lluvia de billetes falsos y un Stroheim desatado. Seguro que no les decepciona.

De la pareja Chenal-Stroheim ya habímos visto por aquí L’alibi (1937), ¿se acuerdan?
La foire aux chimères (La feria de las quimeras, 1946) 
Producción: Cinéma Productions (FR) 
Director: Pierre Chenal.
Guión: Jacques Companéez y Ernst Neubach. 
Diálogos: Louis Ducreux. 
Intérpretes: Madeleine Sologne (Jeanne « Ángela »), Erich von Stroheim (Frank Davis), Louis Salou (Furet, el director de la casa de juego), Yves Vincent (Robert « Satanás »), Claudine Dupuis (Clara, la écuyère), Jean-Jacques Delbo (Lenoir), Dora Doll (la secretaria de Lenoir), Line Renaud (la cantante del Styx), Margo Lion (Marie-Louise, la casera), Annette Poivre (la suplente), Georges Vitray (el director), Pierre Labry (Gardel), Marcel Mérovée (Doudou), Denise Benoît, Howard Vernon, Jean-Paul Moulinot. 
105 min. Blanco y negro.

4 comentarios:

angeluco10 dijo...

Un argumento realmente delicioso,no la he visto pero parece una película encantadora y muy poética.

Sr. Feliú dijo...

Película recomendable, sí señor.
Gracias una vez más por su fidelidad, don Angeluco.

El Abuelito dijo...

Vaya, otra del calvo divino en su ambiente acostumbrado, entre bamabalinas y pasiones ciegas... A ver si se consigue con subtítulos ingleses, aunque sea...

Sr. Feliú dijo...

Ya sabe usted, venerable Abuelito, que nuestro cinexín de esta película, además de su infame calidad, carece de subtítulos de ninguna clase.
Por otro lado, leo por ahí que en un par de semanas sale al mercado español un doblete John Barrymore, con su adorada "Svengali" y el "Jekyll y Hyde" del año 20 del siglo lo mismo.
Sus nietos