8 de agosto de 2010

De unos artistas de variedades en una guerra que no es la suya


TRES PELÍCULAS rodadas en torno a la Guerra Civil concentran en su argumento historias singulares de lo que el profesor Ríos Carratalá llama el “tiempo de la desmesura”:
Rojo y Negro (1942), del falangista Carlos Arévalo, El genio alegre (1936), del también falangista Fernando Delgado, y un título ya conocido para los que frecuentan nuestra carpa, Carne de fieras (1936), del anarquista Armand Guerra.

En el libro de Ríos Carratalá se rastrea el incierto destino no sólo de la “Venus rubia” Marlene Grey, sino del director trotamundos Armand Guerra y de las desaparecidas vedettes Tina de Jarque, coprotagonista de la película, y Victoria del Mar.


Pero, sobre todo, El tiempo de la desmesura nos pone sobre la pista Georges Marck, el domador que compartía jaula con la intrépida danzarina. Formaba parte del elenco de La venenosa, donde encarnaba al domador Raoul. Al parecer era hijo de George(s) J. Marck que habría participado en el rodaje de un par de títulos en la época del pionerismo. El más destacado sería George J. Marck and His Lions (1902), del que no hemos encontrado más rastro que una mínima ficha con otro título traducible por “En la jaula de los leones”.

Geroges Marck habría mostrado al reportero Rafael Martínez Gandía su cuerpo cruzado de cicatrices en el número de la revista Crónica del 26 de junio de 1936, poco antes del golpe militar. Sin embargo, a los lectores de Crónica, las cicatrices del domador les importaban bien poco. Lo que querían ver retratado era el cuerpo de la “Venus rubia”. Un reportaje de titulado “La emocionante danza de Marlene Grey en la jaula de las fieras” nos sorprende con la noticia de que Marlene Grey estaba casada con uno de los actores que tenía encomendado un papel menor en
Carne de fieras. Se trata de Jack Sidney que se presentaba en los mismos espectáculos de variedades de su señora como “el hombre autómata”. A mediados de junio de 1936 se habían presentado en el Circo Price. Tres semanas después hace dos pases por noche con “éxito creciente” en el Teatro Maravillas. El precio del espectáculo era en ambos casos de una peseta. Los pases duraban 40 minutos.


El número se publicitó con grandes fotos de la estrella desnuda adheridas a los laterales de un coche que circulaba por la Gran Vía y la calle Alcalá. Seguramente fue éste el motivo por el que Arturo Carballo, el empresario del cine Doré, decidió contratarla para protagonizar una película. El rodaje, ya lo contamos en otro sitio, comenzó en fecha tan desafortunada como lo fue el 16 de julio de 1936.

El 23 de agosto, antes de poder regresar a Francia, Marlene Grey y los leones de Georges Marck actuaron en un festival pro-heridos de guerra organizado por la CNT en la Plaza de Toros de Madrid. Se anuncian también su compañera de reparto Tina de Jarque, la vedette Laura Pinillos, la cupletista cómica Amalia de Isaura, los caricatos Lepe y Alady, el cantante Angelillo, la Shirley Temple española y el negro Aquilino. Del “hombre autómata” no hemos encontrado rastro.


CARRATALÁ, Juan Antonio Ríos
El tiempo de la desmesura: Historias insólitas del cine y la guerra civil española.
Barcelona, Barril & Barral, 2010.
ISBN: 9788493770716


3 comentarios:

Juan A. Ríos Carratalá dijo...

El negro Aquilino era un saxofonista cubano que obtuvo un notable éxito en España durante los años treinta.

Alfonso Domingo dijo...

¿De dónde viene la versión de que Marlene Grey fue atacada por los leones en el verano de 1939 en Marsella? ¿Existe alguna manera de comprobarlo?
Alfonso Domingo

Sr. Feliú dijo...

Figura en el libro de referencia (pág. 169) aunque el propio Ríos Carratalá afirma que no ha encontrado confirmación de este dato ni en la prensa ni en las historias sobre circo y variedades consultadas. Lo cierto es que tampoco parece haber encontrado información en contra de este final trágico que "se non è vero, è ben trovato".