El alegre Paralelo (1964), Enric Ripoll-Freixes y Josep Maria Ramon
La película arranca con una serie de fotos fijas que nos cuentan el pasado mítico del Paralelo barcelonés y su decadencia después de la Guerra Civil. La película de Ripoll-Freixes y Ramón se constituye así en un documento que pretende levantar acta notarial de un modo de vida popular que se extingue.
Para ello se fija en un fin de semana y la actividad que se desarrolla en torno a los centros de ocio. Muchos novios prefieren pasear por aquí –advierte la locución– que “permanecer en sus casas miserables, oscuras y malolientes”. Los solares y las escombreras donde juegan los niños son testimonio del cambio urbano.
Una vez más podemos visitar la bodega y las atracciones Apolo, el teatro del mismo nombre y echar un vistazo a la sicalipsis del espectáculo del inevitable Molino, con sus bailes más zafios que sugerentes, el humor de Escamillo y la belleza canalla y lenguaraz de la vedette de turno.
Comienza una nueva semana. Abren los comercios. Llegan los basureros. Es el fin del Paralelo que deja paso a la nueva ciudad.
El alegre Paralelo es un capítulo rescatado del cine militante de los años sesenta. Obra casi clandestina, rodada em 16mm por el escritor cinematográfico y cineclubista Enric Ripoll-Freixes y el fotógrafo Josep Maria Ramon, que pretendían documentar la degradación del barrio, la amenaza de desaparición del mismo y de un modo particular de entender el entretenimiento, ha sido canibalizada una y otra vez e los últimos años en cuanta película se ha propuesto tratar temas tan variopintos como la especulación urbanística, las variedades o la prostitución. Mónica del Raval (Francesc Betriu, 2009), por ejemplo, se aprovecha del metraje de El alegre Paralelo.
La película arranca con una serie de fotos fijas que nos cuentan el pasado mítico del Paralelo barcelonés y su decadencia después de la Guerra Civil. La película de Ripoll-Freixes y Ramón se constituye así en un documento que pretende levantar acta notarial de un modo de vida popular que se extingue.
Para ello se fija en un fin de semana y la actividad que se desarrolla en torno a los centros de ocio. Muchos novios prefieren pasear por aquí –advierte la locución– que “permanecer en sus casas miserables, oscuras y malolientes”. Los solares y las escombreras donde juegan los niños son testimonio del cambio urbano.
Una cámara oculta registra la actividad en las casas de citas de la Calle de las Tapias, dedicada a la prostitución. Durante unos minutos el protagonismo pivota hacia los tipos equívocos, chulos y prostitutas, clientes lisiados… Hay humor también, como cuando el montaje yuxtapone el anuncio de dos esbeltas artistas, llamadas Les Allysons, de espaldas, con el de dos robustas mujeres de luto que miran el cartel y se alejan. Pero, sobre todo, el documental nos muestra gente, tipos humanos, que constituyen el alma del barrio. Gentes que acuden en fin de semana a los cines que proyectan El niño de las monjas (1958), de Iquino, o Bésalas por mí (Kiss Them for Me, 1957), de Donen, y matrimonios que prefieren los grandes espectáculos de Colsada como “Espérame en la luna” o “Culpable, ¿sí o no?”. Los veteranos Julio Galindo y Teresita Riera figuran como primeras estrellas de un grandioso programa de variedades a “precios normales”.
Una vez más podemos visitar la bodega y las atracciones Apolo, el teatro del mismo nombre y echar un vistazo a la sicalipsis del espectáculo del inevitable Molino, con sus bailes más zafios que sugerentes, el humor de Escamillo y la belleza canalla y lenguaraz de la vedette de turno.
Comienza una nueva semana. Abren los comercios. Llegan los basureros. Es el fin del Paralelo que deja paso a la nueva ciudad.
Producción, Guión y Dirección: Enric Ripoll-Freixes y Josep Maria Ramon.
Documental. 32 min.
Blanco y negro.
3 comentarios:
...un documento extraordinario, que roza -o entra de lleno- en lo prohibido por la censura franquista, mostrar la realidad tal cual era, o sea, lo que el No Do no mostraba nunca... Inmoral, según sus criterios; pobre,según el de cualquier testigo imparcial y en todo caso muy lejana de la pía imagen que el Régimen pretendía ofrecer... Testimonio y arte, pues el documental está bien trabado, montado y demás... Joyita sin par!
Y además, venerable Abuelito, con el mérito de mostrar que bienpensantes y crápulas, novios formales y puteros, chavalería y artistas en lo suyo, comparten una calle propensa a acoger cualquier tipo de actividad ociosa... valga la paradoja.
Si el No-Do ponía siempre sus cámaras mirando en dirección contraria, los tiempos actuales parece que nos empujen a que todo sea de puertas adentro.
Y no nos vamos a poner en plan nostálgiico que para eso somos sus nietos díscolos y zascandiles.
Muy buena historia sobre el ocio y los magos en barcelona! Sin duda un capitulo inicial en la historia del ocio y el entretenimiento en barcelona
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