18 de julio de 2012

El corazoncito de Ninon (o un crimen en el baile de los ferroviarios)


La Bête humaine (La bestia humana, 1938), Jean Renoir

El presente texto cuenta el final de la película.
Avisamos a nuestros lectores con la misma advertencia que se puede
leer en el letrero grabado a la entrada de las catacumbas de París:
“Detente, estás a punto de entrar en el reino de la muerte”.


Jacques Lantier (Jean Gabin) es el maquinista de la Lison, la locomotora que hace el trayecto Paris-Le Havre. Pero, ay, sufre unos trastornos hereditarios que le producen violentas crisis de epilepsia homicida.


Roubaud (Fernand Ledoux), el subjefe de estación está casado con Séverine (la mujer pantera Simone Simon). Para que no se descubra una falta que ha cometido, Roubaud empuja a Séverine a los brazos de Grandmorin (Jacques Berlioz). Luego, celoso, lo asesina en el tren. Cabuche (el propio Jean Renoir) es acusado del crimen. Pero Lantier ha sido testigo del hecho y se aprovecha de la situación para aproximarse a Séverine.


Ambos deciden acabar con Roubaud. Sin embargo, Lantier es víctima de una de sus crisis y…






Ya te advertimos, lector, que no pasaras del frontispicio. Nosotros no hemos tenido más remedio que hacerlo porque si traemos hoy a colación La Bête humaine es, precisamente, por la escena de la muerte de Séverine. Renoir ya había hecho algo parecido en La Chienne (La golfa, 1932), cuando Legrand (Michel Simon) apuñalaba a Lulu (Janie Marèze). Los dejamos en la habitación mientras ella se burlaba de él con un abrecartas en la mano y, después de ver a los músicos callejeros y los ciudadanos concitados a su alrededor, ascendemos por la fachada y, tras detenernos brevemente en un gatito que pasea por la ventana, vemos a través de ésta a Lulu degollada en la cama. En un gesto de suprema ternura necrófila, Legrand le besa la mano antes de abandonar el lugar del crimen.

 
El crimen de Severin en La Bête humaine tiene lugar durante el baile de los ferroviarios, Un chansonier popular, Marcel Veyran, interpreta el vals “Le coeur de Ninon” (Buccucci - Bereta - Millandry), perfecto contrapunto sentimentalón a la brutal acción que está teniendo lugar en el piso superior.


El fogonero Pecqueux (Julien Carette) y su esposa (Colette Régis) asisten al espectáculo. Veyran canta:

El corazoncito de Ninon,
Es tan pequeño, tan dulce, tan fragil…
Es como una leve mariposa
El corazoncito de Ninon.


Ningún otro rastro cinematográfico hemos encontrado de Marcel Veyran salvo su intervención, también como cantante, en Le mensonge de Nina Petrovna (Las mentiras de Nina Petrovna, 1937), de Viktor Tourjansky.


Glenn Ford y Gloria Grahame protagonizaron la versión de la novela de Zola que Fritz Lang dirigió en Estados Unidos con el título de Human Desire (Deseos humanos, 1954).

La Bête humaine (La bestia humana, 1938)
Producción: Paris-Films Production (FR)
Guión y Dirección: Jean Renoir, de la novela  "La Bête humaine" de Emile Zola.
Intérpretes : Jean Gabin (Jacques Lantier), Simone Simon (Séverine), Fernand Ledoux (Roubaud), Julien Carette (Pecqueux), Blanchette Brunoy (Flore), Jenny Hélia (Philomène Sauvagnat), Gérard Landry (Henri ), Colette Régis (Victoire ), Jacques Berlioz (Grandmorin), Charlotte Clasis (Phasie), Léon Larive (el mayordomo), Georges Spanelly (el secretario), Jean Renoir (Cabuche), Claire Gérard (una viajera), Corteggiani (el jefe de sección), Guy Decomble (el guardabarreras), Marcel Veyran (el cantante), André Tavernier (el juez de instrucción), Jacques Roussel (el comisario Cauche), Maurice Marceau (un mecánico), Marcel Pérès, Emile Genevois, Jacques B. Brunius, Jacques Becker, Georges Péclet, Jacques Beauvais, Marguerite de Morlaye.
105 min. Blanco y negro.

3 comentarios:

El Abuelito dijo...

Recuerdo más la versión de Lang, con la royunda presencia de Broderick Crawford, si no me confundo... habrá que volver sobre esta francesa, que la memoria tiene un límite y hay cosas que se van olvidando...

Sr. Feliú dijo...

Y con Gloria Grahame en el papel de "la bestia humana"... O eso es lo que Lang le contaba a Bogdanovich que había entendido el productor de la novela. La "bestia" no eran nuestros monstruos interiores ni una herencia genética nefanda, sino las mujeres. Todo ello convierte a la película de Lang en un "noir" casi canónico, con ambientación ferroviaria, eso sí.

La versión de Renoir es, junto con Los bajos fondos, lo más próximo al realismo poético a la francesa que hiciera nunca. Ya sabe: fatalismo, Gabin, crimen, humos y nieblas...

Que usted la disfrute en su retiro estival, venerable Abuelito.

sus nietos que bien le quieren

angeluco10 dijo...

Ah,vale,vale,la de lang es otra versión.Ya decía yo que me sonaba.