7 de enero de 2013

Corazón de music-hall


Lady Paname (1950), Henri Jeanson

Henri Jeanson es uno de esos guionistas-dialoguistas que dieron brillo al cine francés de los años treinta y cuarenta. Periodista, comediógrafo, anarquista, gran amigo del actor Louis Jouvet, el arte de Jeanson se medía por sus afilados diálogos y un cierto cinismo sobre la condición humana. Colaboró con la plana mayor de los directores de su quinta: Carné, Duvivier, L’Herbier… Una sola vez se puso tras la cámara y fue para dirigir este guión propio.


Lady Paname es una película irregular, más deudora de la brillantez de los diálogos y de la caracterización de su reparto coral que de la puesta en escena. Esto provoca ciertas arritmias mediado el metraje cuando los conflictos sentimentales que atañen a prácticamente todos los personajes necesiten tiempo para desarrollarse. El único que resulta inmune al virus del sentimiento amoroso es el fotógrafo anarquista Bagnolet (Louis Jouvet) que utiliza este seudónimo para que nadie lo relacione con su hermano, cuya condición de diputado considera la mayor ignominia que pueda caer sobre un ser humano.


El amor de la cantante Caprice (Suzy Delair) por el compositor Jeff (Henri Guisol), el de su hermano Marcel (Pierre Trabaud), un ladronzuelo, por la prostituta Janine (Huguette Faget), e, incluso, el del famoso chansonier Marval (Raymond Souplex) por su señora, cuya ausencia somatiza en afonía galopante, son el entramado sentimental sobre el que se sustenta un rendido homenaje a la música de los años veinte y a los espectáculos de music-hall, a la calle Faubourg Saint- Martin, que viene a ser, según Jeanson, el equivalente parisino a Tin Pan Alley.


Todo comienza cuando la primera cantante del famoso Teatro Olympia —construido en 1888 por el catalán Josep Oller, promotor también del Moulin Rouge—, Mary-Flor (Germaine Montero) decide plantar al empresario Milson (Henri Crémieux). Entre los oropeles del éxito y el consuelo de la botella, elige la botella. Milson contrata entonces a Caprice a la que convierte en una estrella en la primera noche, gracias al repertorio de Jeff. Hay una canción dedicada a la primavera que tiene gafe. Cuantos la han ensayado han salido malparados. Por eso Marval consiente en que se la quede la recién llegada. Pero el tiro le sale por la culata porque todas las desgracias caen sobre él, mientras las actuaciones de Caprice, rebautizada como Lady Paname, se convierten en un éxito clamoroso.


Buena parte de la acción se desarrolla entre cajas, en los camerinos, tras los decorados, ofreciendo un cuadro vívido y entrañable del teatro popular de la época. Además de los ensayos y canciones interpretadas por Caprice y Marval tenemos ocasión de ver en acción a un equilibrista en monociclo, a una familia de acróbatas llamados Les Apollo y a una pareja que realiza un espectacular número aéreo.


Postdata.- Entre las pinceladas que redondean el ambiente, la aparición de un hombre con barba que invita a Caprice y a una amiga a pasar un buen rato en su chaletito de Gambais antes de apoyar a un carca en su denuncia de la ola de pornografía que inunda París. Si la tranquila villa de Gambais es tristemente célebre es porque allí residía hasta que lo condujeron a la guillotina Henri-Désiré Landru.


Lady Paname (1950)
Producción: Spéva Films (FR)
Guión y Dirección: Henri Jeanson.
Intérpretes: Suzy Delair (Caprice Bosset “Lady Paname”), Louis Jouvet (“Bagnolet”), Henri Guisol (Jeff), Henri Crémieux (Milson), Raymond Souplex (Marval), Jane Marken (madame Gambier), Claire Olivier (Léa Bosset), Camille Guérini (Auguste Bosset), Véra Norman (Oseille), Pierre Trabaud (Marcel Bosset), Monique Mélinand (Costa, la pianista), Germaine Montero (Mary-Flor), Huguette Faget (Janine), Maurice Régamey (Fred, el chulo), Odette Barencey (la señora de los aseos), Jane Helly (madame Marval), Georges Douking, Odette Laure, Maurice Nasil y Les Apollos.
106 min. Blanco y negro.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Aunque sólo sea por la ambientación, ya merece la pena verlo. Es como vivir en un circo.