23 de marzo de 2013

Del constructivismo a la sinfonía urbana


Berlin: Die Sinfonie der Grosstad (Berlín, sinfonía de una ciudad, 1927), Walter Ruttmann

“Un soneto me manda hacer Violante,
que en mi vida me he visto en tal aprieto…”

Dedicado a don angeluco


Nos recordaba hace un par de meses el fidelísimo don angeluco que no habíamos dedicado aún una entrada a Berlin: Die Sinfonie der Grosstad cuando Berlín fue, en aquellos años de la República de Weimar, sede de toda clase de “ismos”, incluidos el jazzbandismo, el kabarettismo y otros asunto que aquí interesan sobremanera. Aducíamos como excusa ante nuestro demandante el propósito, cien veces demorado, de ofrecer una visión más amplia del asunto. En los próximos días saldaremos esta deuda.


Berlin: Die Sinfonie der Grosstad es pieza clave de un género que fue cultivado con tenacidad en los últimos años del cine silente. La idea, tan sencilla como resultona, es que la ciudad tiene sus propios ritmos ocultos y que el ojo perspicaz de la cámara y el montaje pueden hacerlos visibles.


No quedó ciudad sin sus 24 horas cinematografiadas: París en Rien que les heures (Alberto Cavalcanti, 1926) y en Etudes sur Paris (André Sauvage, 1928) —de la que hablamos en esta entrada—, Praga en Praha v zári svetel ( Svatopluk Innemann, 1928), Niza en A propos de Nice (Jean Vigo, 1930), Moscú en Chelovek s kino-apparatom (El hombre de la cámara, Dziga Vertov, 1929), Lisboa en Lisboa, crónica anedótica (Leitão de Barros, 1930) y Oporto en Douro, faina fluvial (Manoel de Oliveitra, 1931), Nueva York en A Bronx Morning (Jay Leyda, 1931), Sao Paulo en São Paulo, sinfonia da metrópole (Adalberto Kemeny y Rudolf Rex Lustig, 1929) e, incluso, la ciudad condal en la tardía Barcelona, ritmo de un día (Antonio Román, 1940). De muchas de ellas se habla en la interesante página del Doctor Ojiplático.


Los resultados son variopintos: del experimento formal a la pieza de vanguardia. En la estela de la película de Cavalcanti, Berlin: Die Sinfonie der Grosstad alterna escenas orquestadas para la cámara con la observación pura de la realidad, organizando las secuencias mediante el ejercicio del montaje “a la soviética”. De este modo, el vértigo que siente una suicida antes de lanzarse desde un puente se logra alternando los primeros planos del rostro de la mujer con el violento descenso por la montaña rusa de un parque de atracciones.


Trenes, madrugadores, tráfico, escaparates, transeúntes, paraguas bajo la lluvia… Todo va encontrando acomodo en el transcurso del día berlinés gracias a estas operaciones de yuxtaposición que conjugan juegos y analogías visuales, abstracción pura (las vías del tren), maquinismo futurista y algunos instantes de quietud.


El quinto acto, el último, está dedicado a la noche. O sea, a los teatros de revista, los salones de baile y otros locales de diversión. Aquí es donde podemos ver fugazmente algunos números de variedades –malabaristas, acróbatas en bicicleta, trapecistas cómicos…- que se dan la mano con los concursos de resistencia dancística, el frenesí del jazz, la apoteosis del charlestón y los anuncios luminosos.


La reputación de Berlin: Die Sinfonie der Grosstad sigue incólume después de casi cien años, no sólo como testimonio de una época, sino como expresión depurada y cabal de lo que el cine silente era capaz de ofrecer sin recurrir a elementos ajenos.


Berlin: Die Sinfonie der Grosstad (Berlín, sinfonía de una ciudad, 1927)
Producción: Deutsche Vereins-Film (AL)
Director: Walter Ruttmann.
Guión: Walter Ruttmann y Karl Freund, a partir de una idea de Carl Mayer.
Documental.
74 min. (version restaurada). Blanco y negro.

2 comentarios:

angeluco10 dijo...

Muchas gracias por la dedicatoria,no lo había visto antes porque no hay tiempo para todo y ya ha pasado un mes desde esta reseña.

La más famosa,o que yo creo que es la más famosa,es la película de Dziga Vertov "Un hombre con una cámara" pero cuando ví ésta me pareció que no desmerecía en nada a aquella e incluso que tenía un nexo de unión entre todas las escenas mucho más elaborado que la otra.

Sr. Feliú dijo...

Muchas gracias a usted por la sugerencia. Ya habrá visto -o verá- que nos ha servido además para pegarle un somero repaso al cine relacionado con el "kabarett".

Siempre suyos, profesor Javier y Sr. Feliú