29 de diciembre de 2012

Visitamos en París “El pozo misterioso”


Etudes sur Paris (1928), André Sauvage

Sólo veinticinco años estuvo en funcionamiento el parque de atracciones parisino situado junto a la Porte Maillot, entre 1909 y 1934. Entre sus atracciones más célebres contaba con la cripta los faraones, la rueda diabólica, la montaña rusa, un ferrocarril en miniatura con un recorrido de casi dos kilómetros y las inevitables cataratas. En 1928 montó allí su carpa el Bostock American Circus ofreciendo algún espectáculo de animales salvajes por los que era célebre en todo el mundo.


Hemos llegado a este parque en dicho año de la mano de André Sauvage y de sus maravillosos Etudes sur Paris.


A finales de los años veinte y principios de los treinta las “sinfonías urbanas” cinematográficas son un género por derecho propio. Berlín, San Petersburgo o Sao Paulo cuentan con su propia composición cinemática en la que el ritmo de la vida de la gran ciudad queda reflejado en el ritmo sincopado de las imágenes…


André Sauvage, cineasta secreto, no intenta reproducir el frenesí del trasiego urbano sino los ritmos escondidos de la vida de los ciudadanos. Meticulosamente, de norte a sur y de este a oeste, deja que su cámara recoja brevemente los grandes monumentos y los bulevares parisinos, pero, sobre todo, nos muestra a las gentes que trabajan en las gabarras que recorren los canales, al obrero que lleva a su hijo en la barra de la bicicleta o a los pescadores del Sena.


Busca ángulos inéditos de las estatuas, juega con la geometría de un anemómetro o con la de un rosetón de Notre Dame, encuentra encuadres insólitos y siempre exactos… De pronto, la cámara sorprende a una mujer que no sabe si cruzar o no una calle, o a dos señoras que parlotean cobijadas bajo un paraguas mientras los niños vuelan las cometas.


Es así, como de pronto nos vemos inmersos en el “Parc de Paris” con esa barraca rotulada “El Pozo Misterioso” en la que un autómata anuncia una atracción denominada el “despelote de la parisina”. Acodada en la barandilla, una mujer mira a la cámara sonriente. ¿Es ella la parisina que se presenta cual Venus cada cuarto de hora ante los espectadores ansiosos de lecciones anatómicas? ¿O es sólo una modesta chica que se dedica a vender los boletos para que los espectadores vean a una Lady Godiva de papel maché?


A unos planos más sincopados, propiciados por la vuelta en la montaña rusa, les sucede, por corte neto, otro de dos arrapiezos que se han fabricado un balancín atravesando un tablón sobre un bloque de piedra. Un lirismo nada forzado, nacido de la sencillez, que nos hace pensar que Sauvage es el puente natural entre el Cavalcanti de Rien que les heures (1926) y el Humphrey Jennings de A Diary for Timothy (1946).


Etudes sur Paris (1928)
Producción: André Sauvage et Cie (FR)
Guión, Montaje y Dirección: André Sauvage.
Fotografía: Jean de Miéville y André Sauvage.
80 min. Blanco y negro.

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