Hindle
Wakes (1927), Maurice Elvey
Nos alertaba don Roberto Amaba, con motivo de
la entrada sobre el rodaje en Blackpool Pleasure Beach de The Open Road (1924-1926), de la utilización de este mismo parque de atracciones como
localización en la versión de 1927 de Hindle
Wakes. Corrimos prestos a esa cornucopia audiovisual que es el YouTube y
enseguida dimos con un fragmento de la película de Maurice Elvey que,
para desgracia nuestra ha sido borrado: En su lugar hemos encontrado un gif en twiter que aunque no nos complace del todo nos sirve para contemplar la principal atracción y sentir el mismo vértigo que sus protagonistas: https://twitter.com/i/status/885889044823113728
Maurice
Elvey
Porque míster Elvey se siente émulo de E.A.
Dupont y su seminal Variete (1925), y no duda en colocar la cámara en cuanta barquilla lanzada a velocidad
vertiginosa se le ponga a tiro (de cámara). Aunque , según Rachel Low en su History of British Film, estas tomas
podrían haber sido rodadas por Basil Emmott, un colaborador de John Grierson, que como todos ustedes saben
es el creador de la escuela documentalista británica.
Casi nada dijimos sobre este esforzado
director británico cuando comentamos The Clairvoyant (El vidente, 1934). Dejemos
constancia ahora de su veteranía —lleva en activo desde 1913— y de que realiza
numerosas adaptaciones literarias para una productora llamada Stoll antes de
marcharse en 1924 a Estados Unidos contratado por la Fox Film Coroporation. De
regreso al Reino Unido se establece como productor independiente y realiza, a
finales del periodo mudo, unos cuantos melodramas en los que hace gala de su
buen gusto visual: Human Law (1926), Palais de Dance (1928) y High Treason (1929). En este grupo se
encuadra Hindle Wakes.
La acción se desarrolla en Lancashire. Los
trabajadores de las factorías textiles de la localidad de Hindle sólo disponen
de una semana de vacaciones a lo largo del año. Durante esos siete días la mano
de obra ligada a la maquinaria de sol a sol descansa, los telares se detienen y
las sirenas enmudecen. Esta semana propicia el breve romance interclasista
entre Fanny Hawthorn (Estelle Brody) y Allan Jeffcote (John Stuart). El amor
florece en el parque de atracciones de Blackpool y se consuma en una escapada a
la cercana localidad de Llandudno.
Quiere el destino fatal que la coartada de la
muchacha se descubra. Sus padres exigen una reparación moral al dueño de la
fábrica y éste advierte a su hijo de la responsabilidad que ha contraído con la
chica. Pero es ella la que hace valer su derecho a decidir sí quiere o no quedarse con
él. Esta parte sigue el patrón de la obra teatral de Stanley Houghton, miembro
de un grupo de dramaturgos de Manchester que abogaban por el realismo en la
escena y por la presentación en el escenario de conflictos intergeneracionales.
Blackpool,
parque de atracciones
Elvey monta en paralelo la presentación del
modesto hogar de los Hawthorn y de la mansión de los Jeffcote. Luego, se da a
la sinfonía maquinista durante las escenas en la fábrica. Y, finalmente, se
gusta en la planificación y el montaje, según la película va ganando en
dramatismo. El día en Blackpool, no obstante, queda como lo más memorable de la
cinta. Los interiores se ruedan en estudio, pero contra lo que suele ocurrir
tanto la fábrica como los exteriores —muy abundantes, sobre todo en la parte
que nos interesa— están rodados en exteriores naturales. Carreteras, calles,
estaciones, hoteles… Blackpool y su zona de recreo se ofrecen a nuestros ojos
con una riqueza descriptiva impresionante.
Fanny y Allan se encuentran en un puesto de tiro al blanco, flirtean
ante el Maxim Flying Machine y sienten el vértigo del enamoramiento en la
montaña rusa Big Dipper. En el salón de variedades y baile Palace se entregan
al frenesí del jazz.
Una vez más, el parque de atracciones se
convierte al tiempo en escenario y metáfora de la gran pasión que, como bien
decía Wilde se diferencia del capricho en que éste dura toda la vida. Lo
sorprendente es que esta vez es ella —y no él ni sus respectivas familias— quien
toma la decisión.
Coda
(de versiones)
La obra de Stanley Houghton fue adaptada de
nuevo a la pantalla con la llegada del sonoro y, entonces fue Victor Saville,
que ya había elaborado el guión de la versión de Elvey, el encargado de dirigirla.
En 1952 llegó a la gran pantalla la última
adaptación cinematográfica que conocemos de la obra. En esta ocasión los
protagonistas fueron Lisa Daniely, como la chica de los Hawthorn y Leslie Dwyer
como el heredero de los Jeffcote.
Hindle Wakes
(1927)
Producción: Gaumont British (GB)
Director:
Maurice Elvey.
Guión:
Victor Saville, basado en una obra teatral de Stanley Houghton.
Intérpretes: Estelle Brody (Fanny Hawthorn), John
Stuart (Allan Jeffcote), Norman McKinnel (Nathaniel Jeffcote), Marie Ault (Mrs.
Hawthorn), Humberstone Wright (Chris Hawthorne), Gladys Jennings (Beatrice
Farrar), Irene Rooke (Mrs. Jeffcote), Peggy Carlisle (Mary Hollins), Arthur
Chesney (Sir Timothy Farrar), John Rowal (George Ramsbottom), Alf Goddard (Nobby),
Cyril McLaglen (Alf), B. Graham Soutten (Edward Hollins).
116
min. Blanco y negro.
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