Shirley Temple Story (1976), Antoni
Padrós
Shirley Temple (Rosa Morata) se entera por el
noticiario radiado de Louella Parsons (Marta Vives) de que los capitostes de la
M-G-M han decidido darle a Judy Garland el papel protagonista en El mago de Oz.
En compañía de las señoras Pit (Dolors
Ducastella), Pot (Montse Fontova) y Put (Carmela Rambla), las tres hijas de
generales, emprende el camino hacia la Ciudad de la Esmeralda, donde vive el
Mago. Shirley Temple entretendrá el viaje con sus amigas interpretando
canciones del repertorio cinematográfico estadounidense y relatándoles unas
historias tan alegóricas como crípticas.
Un comando anarco-estructuralista (Paco Caja,
Jesús Garay y Lluís Rambla) las sigue con un decorado de cartón que ponga en
evidencia la artificiosidad de lo que cuentan e intentará tomar la voz para
relatar su propia historia en un momento de gran convulsión ideológica.
En el camino (que no es de baldosas amarillas)
les saldrán al encuentro otra serie de personajes como una lúbrica Hada del
Este (Gloria González), el decadente míster Voland (Walter Cots) oun trovador
que canta que la Ciudad de la Esmeralda es España pero que quien sabe quién es
el Mago de Oz.
En un decorado teatral, Shirley y las hijas de
los generales se encuentran con un mago de capa y chistera (Joaquín Gándara),
alumno, según confesión propia, del Gran Mandrake. El mago pretende poseer el
secreto de la materialización de la carne y de la sangre, suerte de misterio
teológico que cristaliza en forma de una paloma que saca de la chistera.
Desgraciadamente, la paloma está muerta, lo que provoca una gran tristeza en
Shirley y sus compañeras.
El mago argumenta entonces que el oficio de
prestidigitador “consiste en crear la ilusión, en señalar, de un cúmulo de
hechos, aquellos que permiten ver o vivir el momento mágico. El mago ordena el
mundo de tal forma que la lectura resultante arroja una fugaz visión del
paraíso”. Pero el mago opina que esa visión es “siempre amarga”, de ahí la
desolación que producen sus trucos.
Su último número, el “grand finale” de su
actuación, consiste en coger con los dientes la bala disparada a bocajarro con
una pistola de duelo. Shirley será la encargada de apretar el gatillo. El truco
recibe el nombre de “el beso de la muerte”.
Shirley
Temple Story es una de las películas clave del underground español. Sin concesiones de
ningún tipo, rodada en 16mm y, en buena parte, con negativo de sonido, lo que
proporciona un contraste brutal a algunos tramos, ajena a cualquier procedimiento
administrativo y con una duración –casi cuatro horas- que excede desborda
cualquier expectativa de proyección comercial, aparece ahora en formato
doméstico, junto con el resto de la obra cinematográfica del francotirador
Antoni Padrós.
Shirley Temple Story (1976)
Producción:
Antoni Padrós (ES)
Director:
Antoni Padrós.
Guión:
Antoni Padrós, Fernando Huici.
Intérpretes:
Rosa Morata (Shirley Temple), Dolors Ducastella ( señora Pit), Montse Fontova
(señora Pot), Carmela Rambla (señora Put), Paco Caja (Paco), Jesús Garay
(Jesús), Lluís Rambla (Luis), Gloria González (el Hada del Este), Joaquín
Gándara (el prestidigitador), Walter Cots (míster Voland), Marta Vives (Louella
Parsons), Anna Alzamora (Rose Mary), Francesc Tudó (José Dos Santos), Montse
Cardús (María Dos Santos), Jordi Figueras (el trovador), Josep Molins (Johnny),
Ludwig Wangüemert (el arcángel ario), Pepe Carreras (el vampiro), María
Balletbò (la muerte), Montse Prunes (Mammy Samba), Albert López (el Mago de
Oz), Xavier Gusi (el hombre triste), Bassam Kanaan (el árabe), Enric Majó (el
gigoló), Enrique Carbó (el espía), Xavi Espona (el guardaespaldas), Jaume
Fontanals (el chófer), Toni Freixa (el marinerito), Maruja Rambla (la “girl”).
210
min. Blanco y negro.
3 comentarios:
¡...la hostia... esta a la vi hace un par de milenios en la film avant a filmo que hubo en la Valencia prehistórica, con Tío Paco hablo, nada menos... creía que nadie se acordaría de ella, aunque en mi confusa memoria personal es un grandísimo ejemplo de underground puro y duro... madre mía, quién iba entonces a pensar que el recuerdo sería capaz de transformar en venerable lo que antaño solo pudiera verse como ra también, demonios colorados...!
La vio usted en su lejana y juvenil senectud, venerable Abuelito, y sus dilectos nietos cuando apenas éramos niños de pecho. Ahora, gracias a los trabajos de restauración de la Filmoteca de Catalunya, se puede volver a ver la obra completa del señor Padrós. Verla así, completa, puede provocar una severa indigestión, pero esta historia de Shirley Temple sigue siendo una libérrima patada en salva sea la parte a cualquier convención, signo y seña de un tiempo en el que el adjetivo "independiente" aún no se había convertido en una marca...
¡Andá, como "España"!
Sus nietos le desean lo mejor para 2013 en su nuevo Desván
Por lo que leo debe de ser una película de culto que tuvo su época pero,lo siento,esta vez la reseña no me abierto el apetito.
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