11 de febrero de 2016

En la arena del circo

Na arena tsirka (1951), Leonid Varlamov

Ya hemos hablado aquí de otros documentales realizados en la década de los cincuenta que nos muestran a muchos de los grandes maestros del circo soviético en diferentes disciplinas. Gracias a estos documentales, Na Arena Tsirka (1951), Arena Smelykh (Circus, 1953) y Artisty Tsirka (Circus Stars, 1957) sabemos que el trabajo circense de muchas de las troupes que nos asombran ahora viene de lejos.

Este documento circense es el más antiguo de los tres y aunque en su ficha pone color en la copia que hemos tenido la suerte de ver, cuando aparece el color más bien parece coloreado. En cualquier caso, este contratiempo no nos impedirá disfrutar de un magnífico film de variedades circenses, un excelente programa de circo con los nombres más importantes del circo soviético del momento.

Un gran desfile de artistas es el adecuado prólogo para lo que vamos a ver a continuación. El programa lo abre una exhibición de los ¡dieciocho! caballos en libertad de Leonid Anisimov, algo que difícilmente volvamos a ver en una pista de circo. Por si nos han parecido pocos caballos le sigue el número de la troupe Kalganov, jinetes acróbatas de Turkmenistán. La alegría, el color y la destreza de los jinetes en este tipo de actos levanta el ánimo de los espectadores que se sienten jinetes libres en la meseta de Ustyurt.


El estado de ánimo perfecto para deleitarse con el trabajo de la contorsionista Valentina Demine, de la que nos hemos encontrado estas palabras de Tristan Remy: "Les poses plastiques exécutées par Valentina Demina sont si gracieuses qu'elles effacent la sensation de contrainte qu'inspirent généralement les équilibres en dislocation". Más adelante, podemos disfrutar de los ejercicios de los acróbatas de mano a mano, el dúo los Malenkov. Estos artistas completan una vuelta a la pista sobre una bola de equilibrio realizando un equilibrio a una sola mano sobre la frente.

Otro grupo de acróbatas excéntricos muy dinámicos dan pie a la pareja de antipodistas Anna y Franco. Les sigue el verticalista Mikhail Egorov que sube como una bala una escalera de más de veinte peldaños. Este artista fue uno de los primeros en hacer claqué (tap dance) con las manos haciendo la vertical. A continuación, la malabarista Nazi Shiraj que hace malabares de rebote sobre un tambor vestida como una campesina del país.

Acto seguido, tenemos a dos de las troupes de acróbatas más famosas de toda la URSS: los Dovejko, con sus impresionantes saltos sobre báscula, y los Fedosovy, excelentes acróbatas sobre tapiz. Ambas colectivos trabajan con una precisión y una destreza de primer orden.

Konstantin Berman
Un hombre delgado, con una nariz falsa, un pequeño bigote y ojos brillantes, aparece en el balcón de los músicos. Orgulloso de su elegante apariencia, bien vestido, con sombrero y una mariposa por pajarita, saluda a los músicos y al público, da un paso en falso y ¡zas! cae directo al suelo, desde seis metros o más de altura. La asustada audiencia emite un angustioso ¡Ah! mientras el payaso se incorpora como si no hubiese pasado nada y sigue su camino.


Así es como Berman comenzaba todas sus actuaciones y así es como le podemos ver en esta grabación. Asómbrense y admiren la preparación física de este payaso. Berman domina la equitación, la acrobacia, el funambulismo, la bicicleta, malabares y el aro aéreo. esto le permite participar en cualquier parte del programa, interrumpir el trabajo de los mozos o parodiar los números en los intermedios. En este documental le podemos ver con los acróbatas de tapiz, con los caballos de Sherz, como forzudo y con Emil Kio, el mago, en un divertido número.
Después de una primera intervención de este payaso tenemos la suerte de poder ver los caballos de Alexander-Sherz con una sensacional subida de cuatro acróbatas al mismo tiempo a los lomos del caballo. Sin tiempo para respirar sale a la pista la troupe de funambulistas Tsovkra de Daghestan. La dificultad y variedad de sus ejercicios sobre el alambre de altura son de una belleza impecable. Triple y cuarta altura, además de mortales, pirámides y todo tipo de saltos hacen que no podamos cerrar la boca del asombro.

Les siguen una troupe de Icarios, otra de acróbatas sobre cama elástica y cuadrante y un conocido de la hija de Brezhnev, el artista Milaevy que sostiene sobre sus pies –a veces solamente sobre uno de ellos–, tumbado sobre una trinka, una escalera gigante sobre la que varios acróbatas realizan diferentes ejercicios. No nos extraña que Gallina se enamorara de tremendo portor.


Otro artista de renombre, el mago KIO, uno de los primeros magos en adoptar la pista para sus ilusiones. Sus juegos, sus "magias" son inmediatas, de un efecto directo, impactantes. Además le podemos ver en una introducción junto con el payaso Berman haciendo los dos de enanitos dentro de sendas cajas mágicas.

Las hermanas Koch realizan equilibrios sobre una rueda. Sus ejercicios son muy originales y la presentación muy atractiva. Los artefactos o aparatos que utilizan son novedosos y realzan el número. Otro famoso domador entra en la pista: Ivan Rouban que realiza un acto mixto de leones y osos. Le sigue un original acto aéreo inspirado en la carrera espacial que en esos momentos mantenían la URSS y EEUU, un cohete modernista sirve de estructura móvil para que Helena Sinkovska y Victor Lisin realicen sus giros y turbillones sujetos por un dental en lo alto del circo.
En el penúltimo capítulo tenemos a otros dos domadores que han hecho historia: Filatov y sus inteligentes osos del que ya hemos hablado en otra entrada e Irina Bugrimova, una recia beluaria que se columpia junto a un león a bastante altura. La actitud de Bugrimova es decidida y autoritaria. Su acto resulta muy dinámico con un final muy poético: ella tumbada sobre los leones, una imagen que hay que ver.

Y como remate, el documental nos muestra el trabajo de los descendientes del apellido más ilustre del circo soviético: Durov. De Vladimir Durov podemos ver unas imágenes de su maravillosa fantasía "El tren", esta vez lleno de pingüinos en vez de cerditos, el conejo percusionista, el gallo con el que mantiene una conversación mientras soporta estoicamente el paso de un zorro que va y viene delante de su pico o el majestuoso elefante que sigue el ritmo del acordeón con sus grandes patazas. Yuri Durov nos muestra un leopardo en completa libertad, en medio de la pista y una colección de animales como hurones, mapaches, monos, perros, etc. En definitiva, un espléndido documental y un excepcional documento, una muestra del circo soviético en su mejor época. Que lo disfruten.

Na arena tsirka (On circus ring, 1951)
Producción: Central Documentary Film Studio (URSS)
Director: Leonid Varlamov
65 min. Color

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